21 horas con Obama
Pedro Vaquero del Pozo | @pvaqdp
¿Cuánto ha costado el viaje de Obama a España? ¿Cuánto le ha costado a nuestro erario público? Lo que les haya costado a los estadounidenses nos interesa menos, la verdad. Pero lo que hemos tenido que poner los españoles, eso nos interesa más. No lo sabremos nunca.
Como no sabremos jamás lo que hacen los americanos en las bases militares donde tienen presencia en nuestro suelo patrio: Zaragoza, Torrejón, Rota y Morón. Después de la visita de Obama sabemos que el presidente de EE.UU. ya había visitado España a finales de los ochenta como mochilero. Pero los militares yanquis de las bases no han venido de turismo.
El presidente en funciones Rajoy y su gobierno habían dado enorme importancia a esta visita. Los medios de comunicación españoles se habían hecho eco creando una enorme expectativa en los ciudadanos y ciudadanas. Iba a permanecer dos días en España, pero tuvo que recortar su visita, volver un día antes a su tierra para estar en el funeral por las cinco víctimas mortales de la última matanza de Dallas.
¡Pobres sevillanos! Se han quedado sin poder mirar –y admirar o denostar (“yanquee go home”)- a Obama. Lo habían preparado todo: 4.500 policías, guardias civiles y militares, aparte de los 600 homólogos que acompañaban a mister Obama, cientos de periodistas y fotógrafos, etc. Ante la pregunta de “qué le parece a usted que Obama haya suspendido la visita a Sevilla”, todos los encuestados lo lamentaron muchísimo. Salvo una señora adornada del gracejo chauvinista sevillano que contestó: “Pues él se lo pierde”… Pero no parece que a Obama le haya preocupado mucho perderse la visita a Sevilla en plena canícula de julio. En el Air Force One se está más fresquito. La ciudad está consternada. Sobre todo los sevillanos que viven del turismo, que ya pensaban hacer su agosto en julio con la visita del primer yanqui del mundo. El alcalde de Sevilla se ha apresurado a hacerle una invitación para que visite Sevilla cuando deje de ser presidente de EE.UU. Pero no será lo mismo.
Berlanga en su película Bienvenido mister Marshall reflejaba un pueblo typical spanish en pleno aislamiento internacional del régimen franquista, que hacía cola para confeccionar la carta a los reyes magos ante la inminente visita de los yanquis a ese pueblo. ¿No se parece demasiado la situación a la actual pasada de largo del cortejo de Obama? ¿Qué hemos avanzado desde los años 50 del siglo pasado hasta ahora? Claro que hemos cambiado: en vez de un dictador, ahora hay una democracia con cuatro partidos. Pero seguimos siendo territorio colonizado por el imperialismo de EE.UU., que pasan de nosotros.
¿Para qué ha venido Obama a España? Él lo tenía claro, y lo ha dicho en pocas palabras: 1. Que España es un importante aliado de EE.UU.; 2. Que debemos ser un país fuerte y unido. Y lo ha dicho con gestos: a Rajoy le ha tratado como a un “primer ministro”, dedicándole una larga conversación en privado, -de la que se ha filtrado poco-, mientras que a los otros tres aspirantes les ha dedicado ¡tres minutos a cada uno! (Uno se pregunta: ¿cómo lo habrán medido… cronometrándolo, con toque de campanilla o timbre?).
Obama ha venido a Europa a afianzar la fidelidad de la UE a la OTAN en su estrategia de ofensiva contra el Estado Islámico, y a consolidar la estrategia comercial del TTIP, en la que tanto tiene que ganar EEUU. y tanto que perder la Europa social y ecológica. Y ha querido recalar en España en un momento en el que la UE se resiente por la brecha creada por el Brexit, y en una coyuntura española de “inestabilidad” por el surgimiento de una contestación social y política a las actuaciones neoliberales diseñadas por Wall Street y los organismos internacionales liderados por EE.UU. Peligran las bases del imperio.
Y ¿qué nos ha querido decir? Pues que en España se siente muy fuerte rodeado de sus militares (visitas a Torrejón y Rota) e incluso de los nuestros. España: fuerte y unida. Eso es lo que quiere el “amigo” americano. En España Obama no es ese simpático presidente progresista que quiere regular más sanidad y menos armas para los estadounidenses. No. En España es otra cosa. Es el puto amo del mundo, el césar imperator visitando sus colonias.
Pues a mandar, que para eso estamos. ¿O no?