Los 70 años de reinado de Isabel II, la monarca que no estaba llamada a reinar
A nivel político, ha visto pasar a 15 primeros ministros y se ha reunido con un amplio abanico de jefes de Estado
La reina Isabel II ha fallecido este jueves a los 96 años, después un histórico reinado de más de 70 años en el que ha visto pasar a 15 primeros ministros y en el que ha gozado de un amplio respaldo de la ciudadanía británica, pese a los escándalos que periódicamente han sacudido a la familia real.
Isabel, cuyo nombre secular es Isabel Alejandra María, nació el 21 de abril de 1926 en Londres, la capital británica. Hija del rey Jorge VI y de Isabel Bowes-Lyon, llegó al mundo en el seno de la Casa Real de Reino Unido, la Windsor, sin, aparentemente, posibilidad de reinar. El hermano mayor de su padre, Eduardo VII, ascendió al trono tras la muerte del abuelo de Isabel, el rey Jorge V, en 1936.
No obstante, Eduardo anunció menos de un año después sus intenciones de casarse con una plebeya estadounidense, Wallis Simpson, que se había divorciado en dos ocasiones. El primer ministro británico de la época, Stanley Baldwin, advirtió al monarca de que no podría seguir siendo rey si se casaba con Simpson, por razones políticas y religiosas. Eduardo antepuso el amor a la corona y el 11 de diciembre del mismo año abdicó, por lo que Jorge asumió el trono como tercer monarca de la Casa Windsor.
Con la muerte de Jorge VI en 1952, se convirtió en la reina de los siete países independientes pertenecientes a la Mancomunidad de Naciones, a la edad de 25 años, y el resto es historia. Con siete décadas de trono a sus espaldas, Isabel es la reina que durante más tiempo ha gobernado, más que cualquier otro monarca en la historia británica. Era un icono mundial y una figura muy querida y respetada en todo el mundo.
Conocida por su sentido del deber y su devoción a una vida de servicio público, ha sido una figura importante para Reino Unido y la Commonwealth durante tiempos de enormes cambios sociales. El Palacio de Buckingham destaca en su web que la reina ha visto el servicio público y voluntario como uno de los elementos más importantes de su trabajo.
Quizá por eso y quizá por el revuelo que supuso la abdicación de su tío, Isabel II no se planteó dejar el trono, teniendo en cuenta que su primogénito y heredero, Carlos, de 73 años, esperaba heredar la corona en algún momento. De joven, la monarca ya dijo que reinar sería un trabajo "de por vida" y lo ha cumplido.
Mientras, su popularidad en Reino Unido era más que notable, con índices alrededor del 62 por ciento a junio de 2022, según datos de la firma YouGov. "Creo que hablo en nombre de mi generación cuando digo que el ejemplo y la continuidad que brinda la reina no sólo es muy raro entre los líderes, sino que es una fuente de orgullo y tranquilidad", dijo en una ocasión su nieto Guillermo de Cambridge.
Rara vez ha concedido entrevistas y poco se sabe de sus opiniones personales, que nunca ha expresado en público. Su trabajo como monarca siempre se ha centrado en labores de representación, que ha llevado a cabo de forma impecable.
A nivel político, ha visto pasar a 15 primeros ministros y se ha reunido con un amplio abanico de jefes de Estado, ha visitado el extranjero en muchas visitas con carácter histórico y ha participado en innumerables eventos conmemorativos. Asimismo, mantenía vínculos, como patrona real o presidenta, con más de 600 organizaciones benéficas, asociaciones militares, organismos profesionales y organizaciones de servicio público.
Durante los últimos años de su vida, ha continuado llevando a cabo compromisos públicos, aunque el ritmo bajó tras el año de práctica reclusión que pasó durante la pandemia del Covid-19, incluso después de vacunarse. Se contagió de la enfermedad en febrero de 2022, cuando ya estaba aquejada de problemas de movilidad.
Así, sobre todo a partir de 2022, comenzó a recortar significativamente sus apariciones públicas. No acudió, por ejemplo, a las tradicionales fiestas en los jardines del Palacio de Buckingham y el de Holyroodhouse, con 96 años, y esta semana recibió a la nueva primera ministra, Liz Truss, en Balmoral (Escocia) en lugar de en Londres.