Casi 700 niños han participado en los talleres educativos del Centro Lorca con 'La maleta de Federico'

Durante todos los jueves y viernes del mes de mayo, cientos de personas han podido disfrutar de la actividad impartida por el reconocido folclorista Manuel M. Mateo

maleta-federico-garcia-lorca
El taller fue impartido por Manuel M. Mateo | Foto: Gabinete
Gabinete
0

Durante esta primavera, cientos de personas han podido disfrutar en el Centro Federico García Lorca de una nueva edición de sus talleres educativos con 'La maleta de Federico', impartido por el polifacético artista y creador Manuel M. Mateo. Se ofrecieron 30 sesiones para escolares de toda Granada, con tanto éxito de convocatoria que, en apenas cinco días, ya estaba todo completo y con una amplia lista de espera.

Han pasado por el Centro Federico García Lorca cerca de 700 niños y niñas que han disfrutado cantando junto a Manuel M. Mateo una serie de canciones que Federico cantó y escuchó, pero que no llegó nunca a grabar.

El Centro Federico García Lorca ha ofrecido además un 20% de estos talleres a colectivos con necesidades especiales como Asprogrades, Granada Acoge, Asociación Pro Inteligencia Límite, programa CaixaProinfancia y la asociación de invidentes Doble Huella, entre otros.

El próximo jueves 26 de mayo a las 20:00 horas, en el Auditorio del Centro Federico García Lorca, Manuel M. Mateo ofrecerá de forma gratuita 'La maleta de Federico' para que todo el público interesado pueda conocer este interesante trabajo de investigación que recupera un repertorio lorquiano bastante desconocido, basado en los cancioneros y recopilaciones de folclore que sabemos que Federico García Lorca consultó para musicalizar su obra. Romances, canciones y coplas de todo el país que solía cantar no solo en castellano, sino también en gallego o catalán. Por otro lado, se rescatan los sones y pregones que pudo escuchar por las calles de la Habana y algún tango de Carlos Gardel, a quien el poeta conoció personalmente en Buenos Aires.

El taller se apoya en una maleta que imaginamos pudo acompañar a Federico en su trayecto vital. Dentro de ella están todos los instrumentos tradicionales con los que cantaremos juntos (guitarra, dulcimer, zanfoña, guitarro, claves..). También allí se guardan primeras ediciones de cancioneros que sabemos consultó, mapas de ciudades visitadas y un cuaderno de viaje en el que el poeta anota la música y las canciones que va recuperando.

Esa maleta es el propio corazón de un niño que escucha cantar a las criadas en los hogares de su familia en la capital y en la Vega de Granada o el de un joven que descubre la música tradicional de otras regiones de España en sus primeros viajes de estudios. Es la maleta que le acompaña junto a Manuel de Falla a escuchar los cantos y las músicas de la Alpujarra o buscando romances en el Albayzín y Sacromonte con Ramón Menéndez Pidal y su hija Jimena, lugares que también le abrieron los ojos al Cante Jondo. Esa maleta sonora cruza el Atlántico y el poeta la llena de las músicas de un jazz que camina sus primeros pasos y en la que mete los nuevos sones de Cuba. La misma que carga con La Barraca y con la que atraviesa media España.