8 antídotos contra el estrés
Según señalan desde la web de la estadounidense Clínica Mayo, no es necesario emplear mucho tiempo ni recursos mentales
Poner en práctica algunas herramientas para liberar estrés puede devolver la paz y la serenidad al día a día sin la necesidad de invertir demasiado tiempo o quebraderos de cabeza en ello.
CÓMO COMBATIR EL ESTRÉS DIARIO
Según señalan desde la web de la estadounidense Clínica Mayo, no es necesario emplear mucho tiempo ni recursos mentales para aliviar parte del estrés diario acumulado en el trabajo, el hogar o la familia. Desde la web de la institución médica apuntan ocho métodos para combatir la agitación física y mental en la que vivimos:
1. Actívate
Casi cualquier forma de actividad física puede servir para aliviar el estrés, no es necesario ser un atleta ni es impedimento estar bajo de forma, el ejercicio siempre es una buena opción. La actividad física fomenta las endorfinas y otros componentes químicos cerebrales que promueven el bienestar.
El ejercicio también centra tu mente, mejora el humor y ayuda a eliminar las irritaciones diarias. Piensa en caminar, correr, practicar la jardinería, la limpieza en casa, el ciclismo, la natación, el trabajo con las pesas o cualquier cosa que te active.
2. Ríe más
Aunque el buen sentido del humor no cura enfermedades sí puede ayudar a que te sientas mejor, aunque tengas que forzar una risa falsa ante tus torpezas. Cuando te ríes no sólo se alivia la carga mental sino que también se producen cambios físicos positivos en el cuerpo. La risa dispara y relaja después la respuesta de estrés. Así que lee los chistes que te envíen, cuenta algunos, disfruta de los monólogos televisados o de las películas de humor o queda con tus amigos más divertidos.
3. Conecta con los demás
Cuando estás estresado e irritable el instinto puede llevar a que te aísles. En vez de esto, queda con la familia y los amigos y realiza vínculos sociales. El contacto social es un buen liberador de estrés porque ofrece distracción, proporciona apoyo y ayuda a tolerar los altibajos de la vida.
Date un respiro con una pausa para el café con un amigo, envía un mail a un familiar o visita alguno de tus lugares de reunión favoritos. Si tienes más tiempo puedes hacerte voluntario de una organización no gubernamental y ayudar a otras personas a la vez que te ayudas a ti mismo.
4. Reafírmate como persona
Aunque quieras hacerlo todo esto no es posible, al menos no sin pagar un precio. Aprender a decir que no o a delegar puede ayudarte a gestionar tus tareas y tu estrés. Decir que sí podría ser una manera fácil de mantener la paz, evitar conflictos y hacer el trabajo de la forma que deseas.
Pero también puede suponer un conflicto interno dado que tus necesidades y las de tu familia quedan en un segundo lugar, lo que podría conducir a estrés, ira, resentimiento e incluso el deseo de venganza. Todo ello no supone ni mucho menos una reacción calmada y pacífica.
5. Prueba con el yoga
Con su serie de posturas y ejercicios de respiración controlados, el yoga es una herramienta muy popular para aliviar el estrés. La disciplina aporta aspectos físicos y mentales para conseguir serenidad de cuerpo y mente, lo que ayuda a la relajación y la gestión del estrés y la ansiedad. Puedes probar yoga en casa o buscar una clase. El Hatha yoga en particular es bueno para liberar estrés por su ritmo pausado y movimientos más fáciles.
6. Duerme lo suficiente
El estrés a menudo afecta al sueño. Cuando tienes demasiado por hacer y demasiado en lo que pensar, el sueño se resiente a pesar de que es el momento en el que cerebro y cuerpo se recargan. Y la cantidad y calidad de sueño que tienes afecta al estado de ánimo, nivel de energía, concentración y al funcionamiento en general. Si tienes problemas de sueño busca una rutina relajante para ir a dormir, escucha música suave, olvida los relojes y cíñete a un horario estable.
7. Escribe un diario
Anotar los pensamientos y sensaciones puede ser una buena vía para liberar las emociones. No pienses en lo que escribes, escribe sin más lo que pase por tu mente. Nadie tiene que leerlo así que no busques la perfección en la gramática o el estilo.
Deja que tus pensamientos pasen al papel o a la pantalla del ordenador. Una vez que lo hayas hecho puedes deshacerte de ello o guardarlo para reflexionar más tarde sobre lo que escribiste.
8. Busca ayuda profesional
Si nuevos estresores suponen un reto para tu capacidad de afrontamiento o si las medidas de autocuidado no alivian tu estrés, quizás necesites buscar refuerzos en forma de terapia o consultarlo con tu médico. La terapia también puede ser una buena idea si sientes que la situación te ha sobrepasado o te mantiene bloqueado, si te preocupas en exceso o si tienes problemas para realizar las rutinas diarias o cumplir con tus responsabilidades en el trabajo, la casa o la escuela.
Los orientadores profesionales o terapeutas pueden ayudarte a identificar las fuentes de tu estrés y cómo aprender nuevas herramientas de afrontamiento.