Los farmacéuticos rurales que ayudan a combatir los síntomas de la despoblación

Cristina, Laura y María del Carmen, se desplazan a diario por los municipios rurales para llevar a cabo una grata labor asistencial

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En la comarca de Loja existen pequeños municipios donde la asistencia sanitaria es fundamental para la población residente | Foto y Vídeo: Rafael Muñoz
Elena Parra
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Son cerca de las nueve de la mañana, un señor pasea tranquilamente por la calle, el pueblo parece vacío, aunque a lo lejos se escucha el cacareo de un gallo. Minutos después llega un coche y aparca al lado del consultorio médico. Son el médico, la enfermera y Cristina, la farmacéutica del botiquín de Ventorros de Balerma.

Este pequeño municipio, perteneciente a la comarca de Loja e Iznájar en Córdoba, apenas cuenta con 200 habitantes. A pesar de ello, tiene su propio consultorio médico donde se atiende varios días en semana a la población, la mayoría son personas mayores. Paqui, que vive enfrente del edificio, se acerca al botiquín farmacéutico de Cristina. Va en busca de la medicación pautada que debe tomarse diariamente.

En el interior del consultorio hay más de 12 personas esperando a ser atendidas. Mientras unos pasan consulta con el doctor, otros hacen la cola para coger los medicamentos que precisan. "En un pueblo donde aparentemente parece que no hay vida, hay muchas vidas que dependen de los servicios asistenciales que llegan al pueblo", comenta Loli, una vecina.

Cristina es una de las farmacéuticas de botiquín que se desplaza cada día por distintos municipios rurales adscritos a la farmacia de Zagra. Esta joven recalca la importancia de la farmacia rural, "hay muchas personas que no tienen la posibilidad de desplazarse y nos necesitan aquí". Reconoce que lo mejor que se lleva de esta labor asistencial es el trato con el paciente, "hemos creado una familiaridad y hay un cariño que gana a cualquier obstáculo".

"Ella se preocupa mucho por nosotros, nos pregunta si tenemos o no pastillas, nos recuerda cuándo nos sale la medicación…Si algún día nos quitan a Cristina salimos todo el pueblo, aunque sea andando, a replicar a donde haga falta", declara Paqui.

Son las 11:30 horas, Cristina y el equipo médico recogen sus cosas para marcharse al próximo destino, Ventorros de la Laguna, allí están esperando los próximos en pasar a por sus medicamentos.

De Ventorros de Balerma a Riofrío

A unos 16 kilómetros de Ventorros de Balerma se encuentra el municipio de Riofrío, conocido por su particular gastronomía de trucha y caviar. En un pequeño local de dimensiones muy reducidas se encuentra Laura, la farmacéutica encargada del botiquín de Riofrío y Fuente Camacho.

Laura destaca emocionada la labor tan "encomiable" que realizan. "Estamos aquí para lo que ellos necesiten", subraya y añade que "al final, todo esto es para que a ellos les venga bien, se les ayude, se les facilite las cosas y no tengan que trasladarse a otro municipio más grande". "Es una pequeña farmacia que se hace grande con el trato del uno al otro", afirma.

Una labor asistencial que no sería posible sin el granito de arena que deposita María del Carmen Martínez, la farmacéutica titular que gestiona estos cuatro botiquines rurales desde su farmacia en Zagra. La sanitaria considera que es una labor "muy importante" debido no solo al trabajo sanitario que realizan en estos municipios, sino por la labor social que llevan a cabo. "Además de suministrar y acercar la medicación, somos un apoyo moral para las personas mayores", comenta.

"La farmacia rural es un trabajo muy vocacional, tú tienes que estar con el paciente, tienes que animarlo, tienes que escucharlo, y eso es lo bonito de esto, el acompañamiento y ver a los pacientes como tu gente", detalla la farmacéutica. A pesar del esfuerzo económico que supone mantener estos cuatro botiquines, María del Carmen no pierde la ilusión por "estar donde tenemos que estar" y brindar un servicio "tan necesario como es vivir".

Las farmacias botiquín ayudan a combatir los estragos diarios a los que se enfrentan cientos de personas mayores por la despoblación rural. El Colegio de Farmacéuticos de Granada apoya esta iniciativa social y asistencial que permite que las recetas y los medicamentos lleguen a los lugares más especiales, facilitando y mejorando la vida de la población de edad avanzada.







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