Abierto el plazo para pedir las nuevas ayudas a la construcción sostenible
Con esta partida, la Junta prevé incentivar más de 50.800 obras de mejora energética de edificios e infraestructura en los próximos cuatro años
La Junta de Andalucía abrirá este lunes el plazo para que los ciudadanos, las pequeñas empresas y las entidades locales soliciten las nuevas ayudas a la iniciativa de 'Construcción Sostenible', destinada a la mejora energética de edificios e infraestructuras, en una convocatoria, dotada con 163,7 millones de euros para los próximos cuatro años, que financiará entre el 20 y el 85 por ciento del coste de proyectos de construcción sostenible y renovación de instalaciones de aislamiento térmico, iluminación y climatización, entre otros.
Con estos 163,7 millones de euros, la Junta prevé incentivar más de 50.800 obras de este tipo en los próximos cuatro años, que supondrán un ahorro en la factura energética de 1.400 millones. Asimismo, está previsto que con esta iniciativa se generen 17.000 nuevos empleos.
En el marco de la puesta en marcha de esta iniciativa, el Consejo de Gobierno autorizaba a inicios de mayo una transferencia de 75,92 millones de euros a la Agencia Andaluza de la Energía (AAE). Esta entidad, adscrita a la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio, es la encargada de gestionar el Programa de Incentivos al Desarrollo Energético Sostenible 2017-2020, del que forman parte las ayudas.
La línea de apoyo que ahora se abre, denominada 'Construcción Sostenible', es la primera de las tres que componen el programa de incentivos. Las otras dos, que también se convocarán antes del verano, son las de 'Pyme Sostenible', dirigida a impulsar un cambio de modelo energético en las pequeñas y medianas empresas, que será publicada a finales de mayo; y 'Redes Inteligentes', para iniciativas de eficiencia y ahorro en las ciudades andaluzas, que se publicará a finales de junio.
Los tres bloques de ayudas suponen una aportación pública inicial de 227 millones, cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, que se sumará a los 400 ya invertidos desde 2009. Asimismo, su despliegue conllevará la creación de unos 23.500 empleos hasta 2020.
Las ayudas a la construcción sostenible respaldan inversiones de ahorro, eficiencia, aprovechamiento de fuentes renovables, reforma y adaptación de infraestructuras urbanas de uso público y privado, incluido el residencial, con un total de 38 categorías de proyectos incentivables.
Entre ellos destacan los relativos a aislamiento de cerramientos, cubiertas, suelos y ventanas; protección solar; soluciones bioclimáticas; autoconsumo mediante energías renovables, y climatización e iluminación. También se respaldarán iniciativas de mejora energética y seguimiento del consumo mediante nuevas tecnologías.
Con la dotación consignada de 163,7 millones de euros, la Junta prevé incentivar más de 50.800 obras de este tipo en los próximos cuatro años, que supondrán un ahorro en la factura energética de 1.400 millones.
Respecto a los importes, la línea respalda inversiones a partir de los 500 euros, con un mayor porcentaje de cobertura para las que conllevan soluciones más complejas e integrales. Así, una renovación de ventanas en un edificio antiguo se apoya con un 30 por ciento, pero si se acompaña de un aislamiento el incentivo sube al 45 por ciento.
PRIORIDADES
En los proyectos relacionados con la energía solar concentrada y fotovoltaica, la geotérmica, la bioenergía o el autoconsumo con renovables, la financiación puede llegar al 85 por ciento de los costes totales. Por su parte, para las iniciativas que se realicen en municipios de menos de 20.000 habitantes los porcentajes oscilan entre el 60 y el 85 por ciento, llegando al 90 por ciento si la inversión la realiza un tercero a través de un contrato de servicios energéticos.
Igualmente se prioriza la incorporación de elementos que permiten un uso más eficiente de los recursos naturales, como los de bajo coste de funcionamiento, los que mejoran las condiciones térmicas de las edificaciones y los materiales y sistemas constructivos que proceden del aprovechamiento de la biomasa o el reciclaje. Desde el punto de vista social, se presta especial atención a los colectivos en riesgo de exclusión y a los más afectados por la pobreza energética, fijando mayores coberturas para intervenciones en viviendas protegidas.
En esta línea también se recogen los incentivos para proyectos de ahorro, eficiencia y fomento del uso de renovables promovidos por las administraciones, incluidas las distintas consejerías y entidades de la Junta en sus edificios.
De esta forma, la orden de construcción sostenible potenciará la gestión energética; las garantías de los resultados e idoneidad de las medidas --mediante un certificado antes y después de las actuaciones--; soluciones innovadoras; los sectores de la estrategia RIS3 --turismo, agroalimentario y salud--; el uso de ecomateriales o ecodiseño; las inversiones por terceros con servicios tecnológicos; el tratamiento de personas en riesgo de exclusión social, con incentivos dirigidos a entidades públicas para intervenciones en viviendas sociales; y la conservación del patrimonio histórico y cultural.
Las ayudas a la construcción sostenible, al igual que las de las otras dos líneas que componen el Programa de Incentivos, se canalizan a través de una red de empresas colaboradoras de la Agencia Andaluza de la Energía que facilitan su acceso a los beneficiarios con garantías de control. Hasta el momento, se han adherido más de 1.650 firmas, principalmente pymes, y se prevé llegar hasta las 8.000 cuando todas las líneas se encuentren operativas.
'Construcción Sostenible' adopta el nombre del anterior programa dirigido al mismo fin, desarrollado desde 2015 con un balance de 36.000 proyectos incentivados y 17.000 empleos generados. La iniciativa fue galardonada con el Premio Regiostars 2015, que concede la Unión Europea a los proyectos más innovadores cofinanciados por los fondos de cohesión, como ejemplo de buena práctica en el desarrollo regional.
El Programa de Incentivos al Desarrollo Energético Sostenible, que ha sido elaborado con la participación de un centenar de entidades representativas del sector, es una de las piezas fundamentales de la Estrategia Energética de Andalucía, aprobada por la Junta en 2015 con el mismo horizonte temporal del año 2020.
Entre otros objetivos, este documento plantea aportar con fuentes renovables el 25 por ciento del consumo final bruto (actualmente alrededor del 20 por ciento); reducir en un 25 por ciento el consumo tendencial de energía primaria; descarbonizar el consumo en un 30 por ciento respecto a 2007; autoconsumir el cinco por ciento de la energía eléctrica generada con fuentes renovables (actualmente alcanza el 0,4 por ciento), y mejorar en un 15 por ciento la calidad del suministro.