Abierto el periodo de consultas para la causa de la beatificación de la vidente de la Virgen del Espino
Se trata de Rosario Granados, que nació y vivió en Chauchina y de cuya muerte se cumplen cien años en 2021
El Arzobispado de Granada ha abierto un periodo de consultas dirigido a los fieles diocesanos para comunicar cualquier información útil, a favor o en contra, o aportar elementos que puedan permitir la apertura de un posible estudio de causa diocesana de beatificación de Rosario Granados, conocida como la vidente de Nuestra Señora del Espino, patrona de Chauchina.
Según ha informado la Archidiócesis de Granada en una nota de prensa, Rosario Granados es conocida como vidente de Nuestra Señora del Espino, en Chauchina, y de su fallecimiento se cumplirán cien años en 2021. En 1903, aparecen tres llagas varicosas en su pierna izquierda, por lo que queda ingresada durante siete meses en el Hospital San Juan de Dios de Granada, de donde recibe el alta por no hallar curación.
Vuelve a Chauchina y allí se ve obligada a retirarse sola cada día, debido al mal olor que desprenden las llagas. Un Lunes Santo de 1906, se encuentra con una señora vestida de negro que le pide ir al cementerio y donde, "después de orar y despertar, se ve sin vendas, con las llagas curadas y pudiendo caminar".
La fama de santidad de Rosario Granados también llega por el perdón al asesino de su hijo, que muere apuñalado. Sin saberlo, acogió en su casa a un hombre que llegó hasta allí pidiendo refugio porque le perseguían "por haber apuñalado a otra persona". Tras conocer lo sucedido, perdonó al asesino de su hijo, "como la Virgen perdonó a los verdugos" de Jesús.
Granados nació el 25 de abril de 1839, en Chauchina, en el seno de una familia humilde y trabajadora del campo, bautizada en la parroquia de Nuestro Señor de la Humildad. Contrae matrimonio en 1859, pero pronto queda viuda.
Es una madre cariñosa y entregada, que pasa muchas horas en oración. Su devoción por la Virgen "le ayuda a encontrar consuelo y fuerza", para afrontar "una vida llena de privaciones". En su casa, pasan dificultades y fatigas, y comparte lo que tiene, mostrando su ser caritativo con pobres como ella.
Los restos mortales de Rosario están en una pequeña cripta, junto al camarín de la Virgen del Espino, donde fueron trasladados en 1961, con autorización del arzobispo Rafael García y García de Castro.