"El aborto se ha hecho toda la vida en la ginecología, no es ningún secreto"
Enriqueta Barranco, granadina reconocida por su labor en el ámbito de la salud femenina, cuenta cómo ejerció su profesión bajo diferentes legislaciones

La ginecóloga granadina y miembro de la Sociedad Española de la Contracepción Enriqueta Barranco ha dedicado toda su vida a la salud de las mujeres y a la salud reproductiva femenina. Fue pionera en la ciudad de la Alhambra en poner dispositivos intrauterinos (DIU), aunque confiesa que en la Granada de los años 80 había mucha reticencia al respecto. "Había un desconocimiento enorme acerca de ese método y también habían muchas discusiones, incluso dentro del ámbito médico, porque se consideraba un método que podía ser abortivo", recuerda Barranco.
Es que cuando empezó a ejercer, allá por el año 1979, el aborto estaba completamente prohibido y la anticoncepción apenas estaba legalizada desde hace un año, pero la ginecóloga ya "recomendaba el método anticonceptivo desde mucho antes de que estuviera legalizado", explica. Barranco recuerda la primera ley que despenalizó el aborto en 1985 tenía varios supuestos que cumplir: "para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada (…), que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de violación (…), que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas", recoge el BOE.
"Era libre en la medida de que había siempre un apartado en el que decía por razones psicológicas", recuerda Barranco mientras explica que esa ley "se necesitaba de que un psicólogo informara de que la mujer no estaba preparada para tener ese bebé que venía de camino y eso lo que dejaba era una puerta abierta a que algunas denuncias y algunos jueces encausaran a los médicos porque no cumplían las reglas", termina la profesional. Recuerda que un compañero suyo "tuvo la mala fortuna que una mujer que se había quedado embarazada y abortó sin permiso del marido, porque la maltrataba, pues el marido denunció a este compañero porque no tenía el asesoramiento psicológico" recogido en esta ley, precisa la profesional.
Por el año 85, las granadinas sí que hablaban del aborto en las consultas ginecológicas. "Cuando se legalizó la ley del aborto, la voz cundió, las mujeres se enteraron y solicitaban abortar", empieza a explicar la ginecóloga, mientras recuerda que en aquel entonces se "hacía una tramitación a través de los servicios centrales de la Junta de Andalucía, que todavía no estaba el SAS terminado de regular, y se articulaba un procedimiento para que las mujeres pudieran abortar cuando lo requerían", relata Barranco. Siempre y cuando se cumplieran "con los requisitos, entre otros, el de las causas psicológicas".
Barranco no se reconoce como una luchadora sino que incorporó sus conocimientos "a lo que era necesario en aquel momento", explica. Empezó a hablar de anticoncepción en los años 80 a médicos de centros de salud o de atención primaria para "que no evitaran que las mujeres recurrieran a las consultas en las que se prescribían métodos anticonceptivos" aunque reconoce que hubo mucha reticencia no tan solo en el ámbito sanitario sino en la prensa, en la ciudadanía o en la iglesia católica. Explica que en esos momentos era "impensable" ir a un centro de salud para solicitar una prescripción de una pastilla anticonceptiva. Entonces, "se crearon unas consultas de planificación familiar a las que los médicos de cabecera derivaban a las mujeres que solicitaban anticoncepción para que nosotros se las prescribiéramos", recuerda Barranco. Sostiene que "el aborto se ha hecho desde toda la vida en la ginecología y los ginecólogos han hecho abortos, lo único que pasa es que fuera de la ley, pero sí, el aborto no es ningún secreto".
Fue en 2010, precisamente, el 3 de marzo que se creó la ley que eliminaba los supuestos que recogía la normativa anterior aunque se puso en vigor el 5 de julio de ese mismo año. En ese momento seguía habiendo reticencias aunque confiesa que "las sigue habiendo y probablemente las habrá a lo largo del tiempo". Afirma que no siempre en la historia de Granada hubo clínicas para realizar abortos y que fue cuando se legalizó que abrieron dos centros, pero que las granadinas solían ir entonces a Málaga. Además, interpreta los datos más recientes del Ministerio de Sanidad que expone que en 2023 la mayoría de abortos se realizaron en la sanidad privada. "Las mujeres tanto aquí como en cualquier lugar del mundo, cuando quieren interrumpir un embarazo, quieren hacerlo en la más absoluta tranquilidad y, en muchas ocasiones, en secreto", explica Barranco mientras continúa diciendo que accediendo a la sanidad privada en lugar de la pública se evita la burocracia. Explica que "en los servicios de ginecología no se enseña los abortos voluntarios así como así. Entonces, hay bastantes obstáculos porque incluso en hasta algunos se carece de aparatos adecuados si hay que hacer la aspiración. En fin, que hay bastantes cuestiones que no se han solucionado".
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