Abrazo colectivo de padres y alumnos en 17 colegios granadinos para recuperar el comedor escolar
Desde Educación se está buscando una empresa que se haga cargo de este servicio esencial para muchas familias de la provincia
Las protestas en los centros escolares de la provincia no dejan de sucederse. En este caso, han sido las familias de 17 colegios repartidos por la provincia de Granada los que se han concentrado este viernes a mediodía a las puertas de los centros escolares para protestar por la falta de comedor escolar. Y es que esta veintena de colegios de educación infantil y primaria ha comenzado el curso sin este servicio "esencial" para muchas familias.
El problema surge de una renuncia de la empresa adjudicataria, quien se excusa en que ofrecen el servicio a la Junta de Andalucía por un importe demasiado justo que no les permite hacer frente al gasto extra generado al tener que contratar más personal para cubrir las necesidades previstas por la pandemia del coronavirus. Algo a lo que la Delegación Territorial de Educación de la Administración autonómica en Granada aún no ha puesto remedio un mes después de haber comenzado el curso escolar.
De hecho, solo ocho de los 17 colegios que comenzaron el curso sin comedor han conseguido una solución para esta cuestión, ya que para el resto la opciones pasa por un aula de espera que desde Educación se ha puesto en marcha para los padres que no puedan recoger a sus hijos a una hora determinada "donde se nos da la posibilidad de llevarle un bocadillo a modo de aperitivo con el que matar el hambre de los niños hasta que puedan llegar a casa a comer", explica a GranadaDigital Carmen Palma, presidenta del AMPA del Colegio de Educación de Infantil y Primaria Fuentenueva, ubicado en la calle Gonzalo Gallas de Granada capital.
Por eso, desde las AMPAS de esos 17 colegios se ha organizado una protesta conjunta para este viernes a mediodía que ha consistido en un abrazo colectivo de padres y alumnos afectados en los respectivos centros. Así, se han sumado a esta iniciativa los colegios Abencerrajes, Fuentenueva, Victoria Eugenia, CEIP Alcazaba y el CEIP José Hurtado del Barrio del Realejo, en la capital, además del Tinar, San Isidro Labrador y Abadía -de Albolote-, el Juan Alonso Rivas de Colomera, el CEIP San Isidoro de Deifontes, el CEPR San Pascual Bailón de Pinos Puente, Nuestra Señora del Rosario en Dehesas Viejas, San Andrés en Montejícar y el CEIP Las Mimbres de Maracena.
"Hay muchas familias que dependen del comedor para poder llevar a cabo la conciliación laboral y otras para los que esta comida es la única solución para ofrecer una alimentación adecuada para sus hijos porque están pasando una etapa complicada. Esta situación nos está destrozando a las familias y está poniendo en riesgo a los abuelos, que al final son los que están teniendo que hacerse cargo de recoger a nuestros hijos de los colegios", lamenta Carmen Palma, quien ha recordado que hay también muchos trabajadores del centro escolar afectados por esta situación, "que están sin cobrar nada porque ya se les agotó la prestación y no se han podido incorporar aún a sus puestos de trabajo".
Una situación que está afectando a más de 1.200 familias en toda la provincia -de los que 185 están incluidas en el programa de alimentación infantil para familias en riesgo de exclusión social- que ven cómo la dejadez de la Consejería de Educación está causándoles más de un quebradero de cabeza.