Qué puede pasar si nos explotamos los granos y los puntos negros
Se pueden agravar después del verano y más con el uso de las mascarillas y, a pesar de lo irritantes que es verlos, no debemos reventarlos en ningún momento
Con el uso de las mascarillas han reaparecido en muchas personas los temidos granos y puntos negros de la adolescencia. Y es que, los granos o espinillas son manifestaciones del acné, una de las enfermedades dermatológicas más frecuentes, especialmente en esa etapa.
“Los granos son inflamaciones asociadas a una infección que se forma en la piel cuando el folículo pilosebáceo queda obstruido por una mezcla formada por el exceso de sebo segregado por las glándulas sebáceas, células muertas y suciedad; todo ello agravado por la presencia de Propionibacterium acnes, una bacteria muy ligada al acné”, explica en una entrevista con Infosalus el doctor Manuel Fernández Lorente, dermatólogo del Grupo Pedro Jaén (Madrid).
Los granos, también llamados ‘comedones cerrados’, según apunta el dermatólogo, pueden estar más o menos abultados y tener un color rojo de diferente intensidad. Aunque no sucede siempre, el doctor Fernández Lorente dice que pueden tener una acumulación de pus en el extremo.
Los puntos negros -comedones abiertos- no presentan inflamación, aunque la salida del folículo pilosebáceo también está obstruida, según prosigue el experto del Grupo Pedro Jaén, quien aclara también que el característico color oscuro se debe a la oxidación de la queratina y a las sustancias que forman el comedón al contacto con el aire.
Así, no es raro que alguna vez hayamos manipulado uno de los granos o puntos negros que nos han aparecido en la cara, una práctica que desaconsejan totalmente los dermatólogos, “ya que aumenta el riesgo de infección y además favorece que se queden marcas y cicatrices”, según precisa.
“Manipular los granos acarrea una agresión para la piel que puede ser peor que el propio grano. Efectivamente, es más probable que quede una cicatriz o una marca, tal y como hemos comentado”, insiste el especialista.
Por eso, el doctor Fernández Lorente recomienda ante un caso de acné acudir al dermatólogo para que paute el tratamiento y las recomendaciones de cuidado de la piel más adecuados para cada paciente.
En el caso de aparición de un grano puntual, este experto señala que no se debe tocar y se debe esperar a que desaparezca por sí mismo de manera gradual, y sin necesidad de manipularlo o reventarlo. “Los puntos negros se quitan observando las pautas de limpieza de manera escrupulosa con productos específicos para pieles propensas al acné. Las limpiezas de cutis periódicas ayudan a que no se acumulen”, agrega.
Cuidado diario para las pieles con acné o granos
Con todo ello, el especialista detalla en qué consiste el cuidado diario recomendado para las pieles con acné o con granos o puntos negros:
-Limpieza con productos específicos para pieles para el acné.
-Cosmética oil-free y maquillaje ligero y no comedogénico. No compartirlo.
-Tratamiento médico prescrito por el dermatólogo con activos seborreguladores (ayudan a que la producción de grasa para que no sea excesiva), queratolíticos (evitan la acumulación de queratina y afinan la superficie de la piel) y comedolíticos (combaten los granos y puntos negros).
Por otro lado, el dermatólogo del Grupo Pedro Jaén (Madrid) indica qué es lo que no se debe hacer en estos casos:
-Manipular granos y espinillas. Por el riesgo de infección, lesiones, marcas o cicatrices.
-Autodiagnóstico y automedicación. El dermatólogo es el profesional que mejor puede ayudar a la curación del acné. De lo contrario, el cuadro puede empeorar y dejar secuelas difíciles de tratar.
-Tomar el sol. El sol tiene efecto antiinflamatorio y además reseca la piel, lo que puede hacer que el acné mejore transitoriamente. El problema es que el sol también produce un engrosamiento de la capa córnea de la piel -la más externa- que favorece la obstrucción de los folículos pilosebáceos, empeorando el acné y causando un efecto rebote que vemos frecuentemente al final del verano. Exponerse al sol sin el control adecuado puede desencadenar un tipo de acné conocido como acné Mallorca o acné estival. Es de tipo inflamatorio, muy virulento y se manifiesta sobre todo en la parte superior del torso y los brazos.
-Renunciar a la protección solar. El mito de que las cremas solares son muy grasas y empeoran el acné no es cierto. Para evitar la sensación de grasa, hay que optar por fotoprotectores oil-free. Además, en la actualidad ya hay fotoprotectores que además de ser oil-free tienen principios activos efectivos contra el acné, por lo que además de protegernos del sol podemos tratarlo.
-Ser demasiado agresivos con la piel. Hay una cierta tendencia a abusar de limpiadores y exfoliantes con la esperanza de arrastrar los comedones. Esta costumbre puede irritar la piel y causar un efecto rebote.
¿El acné puede ser tratado?
En última instancia, el dermatólogo subraya que el acné es el motivo más frecuente de consulta en dermatología y debe ser tratado para evitar sus secuelas físicas y emocionales a medio y largo plazo: “Existen varias líneas de tratamiento oral y tópico tanto para los comedones abiertos (fundamentalmente ácido salicílico) como para los cerrados (peróxido de benzoilo, retinoides y antibióticos), así como cuidados y pautas para llevar a cabo en casa que han demostrado su eficacia”.
A su juicio, el dermatólogo es el profesional indicado para establecer el tratamiento más adecuado para que cada paciente mejore en el menor tiempo posible, sin que el acné rebote, se agrave o deje secuelas.