Acné, una problemática que no se puede prevenir
El 78% de la población padecerá la aparición de granos y espinillas a lo largo de su vida, siendo la edad de máxima prevalencia entre los 14 y los 16 años
Uno de los mayores quebraderos de cabeza de la mayor parte de niños y jóvenes de todo el mundo es la aparición de granos o espinillas durante su pubertad. Así, día a día se levantan con la esperanza de que desaparezcan definitivamente de su rostro y con la certeza de que mucho tendrán que tratarse la piel para que eso ocurra.
Y es que, tal y como señala la Academia Española de Dermatología y Venerología, se calcula que el 78% de la población padecerá acné a lo largo de su vida. Los que se encuentran más afectados por esta enfermedad son los jóvenes con edades de entre 14 y 16 años, lo que provoca que el 40% de ellos se sienta acomplejados.
“El acné afecta principal a los menores por los cambios hormonales que padecen, aunque también cada vez vemos a más mujeres adultas con acné, aunque de un tipo diferente”, señala al respecto la dermatóloga Soledad Saenz.
Según explica Saenz, la diferencia que se encuentra entre el acné de las personas jóvenes y el de los adultos es que el que aparece en edad tardía se centra en la “zona U”, conformada por los ángulos mandibulares, la zona peribucal y le cuello, mientras que en los adolescentes el acné se suele dar en la “zona T”, comprendida por la frente y la nariz.
Además, la dermatóloga recalca que que la piel de los adultos, al ser distinta que la de los adolescentes, es más madura y sensible, por lo que suele ser más propensa a formar cicatrices.
Esta enfermedad inflamatoria está motivada, tal y como afirma Saenz, por múltiples causas como los cambios hormonales o el estrés. Además, la dermatóloga señala la posibilidad de que la alimentación pueda suponer un impulso para que aparezcan espinillas y granos.
De ese modo, las glándulas sebáceas segregan sebo en exceso debido a estos cambios hormonales asociados no solo a la pubertad, sino también al embarazo, la menstruación o el estrés, lo que provoca que se obstruyan los poros de la piel.
Uno de los inconvenientes que existe para quien teme padecerlo es que, según las palabras de Saenz, no hay ningún tratamiento ni acción que pueda prevenir su aparición, aunque sí se aconseja que se mantenga una buena higiene para que la piel esté lo más sana posible.
Pero si ya te ves afectado por esos molestos granos, no te preocupes, no se podrá prevenir, pero sí tratar. Sobre este asunto, Soledad Saenz indica que lo fundamental es acudir al dermatólogo para que conozca el tipo de acné que tienes -leve, moderado y grave- y que, así, te aplique un tratamiento más o menos fuerte -basado en crema, antibióticos o medicación específica, según el estado del acné-.