La Granada periurbana gana peso por el cierre de la hostelería

Miles de granadinos aprovechan la mañana de domingo para pasear en familia o hacer deporte por espacios como la Dehesa del Generalife o el Parque Tico Medina

Paseos por Granada
Ambiente en los parques periurbanos de la capital | Foto y vídeo: Javi Gea
Miguel López Rivera
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Mientras muchos granadinos se manifestaban contra la 'ley Celaá', otros tantos aprovechaban el buen tiempo para pasear por la ciudad en este penúltimo domingo de noviembre. Sobre todo por los entornos de los parques periurbanos. El Llano de la Perdiz, la Dehesa del Generalife el Parque Tico Medina, la Fuente de la Bicha son los lugares preferidos por la mayoría de familias durante esta segunda ola del coronavirus. Una actividad alternativa a la clásica cerveza con tapa que el cierre de la restauración ha borrado del mapa.

Después de escuchar al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, todo hace indicar que el próximo 29 de noviembre se repetirá la estampa. Y es que el coronavirus está poniendo más a prueba que nunca el ingenio y la capacidad de la ciudadanía para combatir el aburrimiento.

El tedio dominical es una constante en la vida de las sociedades occidentales. La organización del trabajo en base a los días laborables reserva desde tiempos inmemoriales el último día de la semana para actividades más profanas.

Pero claro, ahí están el invierno y sus días que parecen durar sólo unos pocos minutos. En toda la Península Ibérica, y por supuesto también en Granada, a las siete de la tarde ya es noche cerrada. Una compresión de las horas de luz que hace de la mañana una franja muy atractiva para pasar el día en familia.

Antes de que el Covid-19 llegase a nuestras vidas, la mayoría optaba por bajar a la playa o subir a Granada -según el punto desde el que se analicen los hechos-, hacer una escapada por el campo o, simplemente, dar un paseo tras la misa del mediodía y tomar unos vermús con una buena tabla caliente en las Bodegas Castañeda.

Nada de eso es posible, al menos de momento. Y eso es así por varios motivos -el cierre perimetral, el de los bares o las medidas sanitarias- que se resumen en uno solo: el coronavirus ¿Pero quién dijo aburrimiento? Nada de eso es posible en Granada. Eso sí, para combatirlo de forma efectiva y segura hay que ahondar en la Granada menos urbana, aunque cada vez más 'mainstream'. Esa que abandona el mundanal ruido del asfalto y la que aleja la idea de que es la tercera ciudad más contaminada de España pese a no estar entre las 15 más pobladas. Ahí está la vía de escape y cada vez más granadinos la están descubriendo.

La estampa en los parques

Sólo hay que echar un vistazo al aspecto que presentaba el Parque Tico Medina este domingo. Colindante a la Circunvalación en su tramo sur, junto a Armilla, este espacio reúne en varias hectáreas una extensa planicie de césped. Ingredientes idóneos para montar un picnic, jugar con los más pequeños al fútbol en dos porterías improvisadas en un banco o, simplemente, dar un paseo a través de sus agradables veredas. Aparatos de gimnasia pasiva -aunque se recomienda no usarlos para evitar el contacto- completan la oferta.

Al tramo del río Genil que se prolonga más allá del final del Paseo del Salón se le conoce como Fuente de la Bicha. En realidad, es simplemente una vía peatonal que conduce hasta la Bola de Oro y llega hasta Pinos Genil. Actualmente, la prohibición de desplazarse entre municipios impide completar el recorrido, pero existe la posibilidad de caminarlo hasta los límites de la capital. Y eso es lo que cada vez hacen más los granadinos durante la segunda ola de la pandemia usando este sendero que el acervo popular renombró en su día como 'Paseo del Colesterol' y que es frecuentado por los ciclistas.

Aunque hablar de ciclismo en la Granada periurbana es hacerlo del Llano de la Perdiz. En general, de todo el entorno del cementerio. Por desnivel, es un reto de exigencia física que cada vez más gente ha adaptado a las caminatas. Es el Llano de la Perdiz un emplazamiento muy relacionado con el deporte porque, además de a los aficionados al mundo de la bicicleta y a los propios senderistas, esta explanada ha acogido durante años a las peñas de fútbol de media ciudad. También es una buena opción si lo que se quiere es desentumecer los músculos en familia y 'coronar' la hazaña con un aperitivo llevado de casa. Una alternativa que cada vez seduce más a la 'peña'.