Acusado de incendiar su edificio acepta ser ingresado en un centro penitenciario psiquiátrico
El hombre acusado de prender fuego a una vivienda de su mismo edificio, en Granada, tras amenazar a sus vecinos con matarlos, en el verano de 2013, ha aceptado este miércoles ser ingresado en un centro penitenciario psiquiátrico por un periodo de cinco años.
Adolfo M.L., de 41 años, iba a ser juzgado en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada pero un acuerdo entre las partes personadas, la Fiscalía, el actor civil y su defensa, ha evitado la celebración de las pruebas testificales y periciales previstas.
El Ministerio Público, que inicialmente pedía para el procesado, que padece un trastorno psicótico de tipo paranoide, 11 años de cárcel y multa de 600 euros, ha modificado su solicitud de condena, a los cinco años de prisión y 30 euros de multa, por un delito de incendio y una falta de lesiones, con la prohibición de acercarse a su comunidad de propietarios durante un periodo de 5 años.
No obstante, la fiscal encargada del caso ha considerado que, teniendo en cuenta la alteración psíquica que padece, la pena de prisión se le puede conmutar por su ingreso por el mismo periodo en un centro penitenciario psiquiátrico.
Además, deberá indemnizar en cerca de 400 euros a uno de sus vecinos, al que agredió tras recriminarle su actitud, en unos 4.800 a la propietaria de la vivienda que incendió, y deberá también abonar los gastos que ya afrontó la compañía de seguros. A esta petición se ha adherido la propia compañía de seguros, y la defensa, y el inculpado ha mostrado su conformidad, aunque, según ha precisado, no estaba de acuerdo con lo que había salido "publicado en la prensa".
Los hechos se remontan al 9 de julio del pasado año, sobre las 00,00 horas, cuando el procesado, "guiado por el ánimo de atentar contra la integridad" del resto de sus vecinos, se desplazó desde su piso, en el tercero, al 2º C de su comunidad de propietarios, en la calle Rigoberta Menchú, en Granada, rociando la entrada de la vivienda con un líquido inflamable que portaba en una botella de plástico de Coca Cola de dos litros.
Así, le prendió fuego a la entrada "con ánimo de poner en peligro" al resto de inquilinos del inmueble, y provocó una explosión que alertó a los moradores de otros pisos. Mientras tanto, el inculpado aprovechó para desplazarse al exterior arrojando a un contenedor de basura la botella de plástico empleada para rociar la puerta del 2º C.
Una vez que regresó al interior de la comunidad de propietarios, uno de sus vecinos, "ante las sospechas de que había sido el autor del fuego intencionado", le recriminó su actitud, a lo que el inculpado le respondió agrediéndole con un puñetazo que le hizo caer al suelo, donde continuó pegándole, y fue precisa la intervención de varias personas para reducirle y que parara.
El incendio provocado tuvo la consideración de "grande", aunque fue extinguido debido a la pronta intervención de varios vecinos, lo que influyó en que no se extendiera a otros pisos y zonas de la comunidad. El piso afectado sufrió desperfectos tasados en 4.806,03 euros.
Con anterioridad a estos hechos, según el fiscal, el procesado mantuvo una actitud de "hostigamiento" contra sus vecinos, profiriendo expresiones tales como "voy a mataros a todos, voy a abrir la bombona de butano para que todos revienten, voy a prenderle fuego a todos el edificio", y otras frases similares "causantes de un profundo temor" entre las personas que vivían en el mismo inmueble.
El inculpado padece un trastorno psicótico de tipo paranoide, de tal modo que en el momento de los hechos tenía "parcialmente disminuidas sus facultades volitivas e intelectivas", lo que "no le impedía totalmente conocer el alcance de sus actos ni guiar su voluntad conforme a dicha comprensión".