Acusado de matar de un disparo al joven que asaltó su finca en Arenas del Rey
El hombre ha alegado que cuando llegó al lugar de los hechos "ya había pasado todo" y que "nunca disparó el arma"
El hombre acusado de matar de un disparo a un joven que entró junto a otras tres personas más en su cortijo, situado en el término municipal de Arenas del Rey, en busca de una plantación de marihuana, ha señalado que, cuando llegó al lugar de los hechos desde su residencia, ya "había pasado todo" y que "nunca" disparó el arma, que por otro lado ha señalado que no era suya.
Este procesado, que se enfrenta por estos hechos a una petición fiscal de 33 años de prisión, ha sido el primero en declarar, pasado el mediodía, de los tres acusados que se sientan en el banquillo por este caso, que juzga desde este lunes, con la fórmula del jurado popular, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada.
Esta persona, que solo ha respondido a las preguntas del magistrado presidente, la fiscal y su defensa, está acusada de un delito de asesinato, otro de tentativa de asesinato --dado que disparó a otro hombre que no murió-- y de tenencia ilícita de armas.
En su declaración, ha indicado que, a su llegada, después de que lo avisara el trabajador que tenía contratado en la finca, también en el banquillo, unos 15 o 20 minutos antes, el joven estaba herido, que llegó a hablar con él, y que, junto al encargado, que estaba en "shock", hicieron por meterlo en una furgoneta con una mantas, pero no "liadas" en torno al cuerpo, con la idea de trasladarlo al hospital.
Sin embargo, ha explicado que, después de apartar la escopeta y el rifle que habrían llevado los asaltantes junto a la carretera, y llegar a la puerta del cortijo, donde estaba su mujer --que lo había trasladado porque él tenía una luxación, y que también está acusada en la causa, también ha desvinculado de los hechos--, y la Guardia Civil, esta habría dado orden, según su testimonio, de que la furgoneta no fuera hacia el hospital sino que volviera.
"Me están acusando de algo que no hice", ha mantenido el principal acusado, quien también ha señalado que, que él supiera, "no había ninguna marihuana en el cortijo", y que al parecer el encargado habría sido atacado por los asaltantes, uno de los cuales fue el posteriormente fallecido, y otro resultó herido. Ha negado plan alguno para matarlos, ni que quisieran deshacerse del cadáver.
Sí ha reconocido que rajó las ruedas de un coche que habían visto previamente entre los olivos, y que llegó a la puerta con dos piedras al haber escuchado que otro vehículo, que resultó ser el del Instituto Armado, había llegado.
A los chavales ha dicho que no los conocía, a excepción de uno de ellos que, según ha testificado, habría sido el que habría organizado todo para llevarse, de acuerdo con las palabras que le habría dicho el posteriormente fallecido, "marihuana y todo lo que hubiera" en la finca. El herido y los otros dos están llamados a declarar como testigos en esta causa, y están acusados en un proceso aparte en que se juzgará un intento de robo con violencia en relación también con lo sucedido aquella noche.
Según la Fiscalía en su escrito de acusación provisional sobre la causa cuyo juicio ha comenzado este lunes, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se desencadenaron en la madrugada del 11 de octubre de 2019, cuando cuatro hombres acudieron a bordo de una furgoneta a las inmediaciones del cortijo 'Los Sevillanos', en un paraje próximo a la orilla del pantano de Los Bermejales, adonde se acercaron "con la intención de curiosear la ubicación por si encontraban en la casa o en la finca anexa restos de una plantación de marihuana que pudieran obtener para su propio beneficio".
Dentro de la vivienda habría estado uno de los acusados, alarmándose al escuchar los ruidos que venían del exterior, y alertando a la pareja de propietarios de la finca. Los tres se habrían puesto de acuerdo sobre el modo de actuar para "dar caza a estas personas y evitar que pudieran escapar con vida de la propiedad", mantiene el fiscal.
Así, el principal acusado y su pareja se habrían desplegado por la finca a bordo de un todoterreno y localizado entre unos olivos la furgoneta de los asaltantes, y supuestamente le rajaron las ruedas, dejaron cargados un rifle y una escopeta, y él habría salido andando hacia la finca mientras ella se habría quedado vigilando en el vehículo.
El otro acusado, por su parte, se habría atrincherado en la vivienda y, cuando llegaron dos de los asaltantes, supuestamente salido tras ellos armado, a lo que el principal investigado, dirigiéndose hacia el lugar, habría cogido la escopeta y disparado por la espalda a uno, al que habría alcanzado en cadera y pierna, aunque logrando escabullirse y llamar a la Guardia Civil. Entonces habría cogido el arma más potente, el rifle, y disparado a otro, que sí murió a causa de las heridas.
Los otros dos implicados --el varón, como el acusado principal, en prisión provisional por estos hechos-- se enfrentan a una petición fiscal de 26 años de prisión por su implicación en el asesinato que se produjo en la finca y la tentativa de asesinato al otro hombre.