El acusado de matar a la joven de Juncaril declara que tenía alucinaciones y escuchaba voces
Ha manifestado que salió de su vivienda aquel día con un cuchillo "porque creía que me iban a matar"
El acusado de asesinar el 5 de febrero de 2021 a una mujer de 29 años en la empresa en la que trabajaba en el Polígono Juncaril de Albolote, donde le asestó puñaladas y golpes por todo el cuerpo, ha reconocido el crimen en la segunda sesión del juicio que se está celebrando contra él en la Audiencia de Granada. No obstante, ha asegurado que "no recuerda nada" de la agresión, "solamente un forcejeo" con la víctima, de nombre Ana Elena, pues, según ha relatado, en aquel momento sufría alucinaciones con "el demonio" y escuchaba "voces a través de pirámides" que le hacía creer que "todo el mundo le quería matar".
Los miembros del jurado popular han podido escuchar la declaración del acusado tras el visionado que se ha hecho de las imágenes del crimen, que fue grabado por las cámaras de seguridad de la empresa y de cuya dureza ya advirtió el día anterior la fiscal del caso. De nuevo, más de una decena de familiares y allegados de la víctima han seguido el desarrollo del juicio desde el interior de la Sala, alguno de ellos envueltos en lágrimas, y otros tantos han recibido al acusado a gritos de "asesino" cuando ha entrado en los juzgados.
El acusado ha declarado que en la mañana en que se produjeron los hechos salió de su vivienda porque pensaba "que se le iba a aparecer el demonio" y "las pirámides le perseguían". "Salí con un cuchillo porque creía que me iban a matar", ha sostenido, afirmando no recordar el motivo por el que acabó en la empresa de su padre, donde trabajaba la víctima. De hecho ha negado, a preguntas de las acusaciones, que tuviera cualquier tipo de enemistad con ella o con su posición en la empresa o discrepancias sobre el cobro de la nómina, desvinculando cualquiera de estos extremos del crimen.
"Tenía mucha confusión mental, sólo recuerdo un forcejeo con Ana Elena (...) perdí la noción del espacio y del tiempo, me dieron ataques de pánico y de ansiedad incontrolables", ha repetido en varias ocasiones a preguntas de la Fiscalía y de las acusaciones que ejercen los padres de la víctima, por un lado, y un hermano de ella por el otro.
Ha negado que tras el crimen se deshiciera del cuchillo de manera intencionada sino que una vez fuera de la empresa, víctima aún de las alucinaciones, se tropezó y al estar a punto de cortarse optó por "lanzarlo". Las fuerzas del orden lo recuperaron en el interior una piscina de lodo que hay en la zona exterior de la empresa. También ha dicho no recordar que se llevó un juego de llaves del negocio y el teléfono de la víctima.
La Guardia Civil lo localizó aquella misma mañana en las inmediaciones de su domicilio en Albolote, pero ha reconocido que no declaró ni comentó ni a los fuerzas del orden, ni en el juzgado ni en las primeras inspecciones médicas y psicológicas que se le practicaron su problema de salud mental, por el que empezó a recibir tratamiento unos 40 días después de lo ocurrido logrando salir del "limbo de las alucinaciones". "Ahora sé que no estuvo bien y estoy muy arrepentido".
Este juicio, que continuará el jueves, se está repitiendo, con un nuevo jurado y otro magistrado presidente, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anulara el veredicto del jurado popular anterior que le declaró culpable, y por el que fue condenado a 27 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, y por otro delito de robo.
En ese momento los miembros del jurado descartaron que el acusado sufriera durante el crimen un brote psicótico por padecer esquizofrenia --como sostiene la defensa-- pero el alto tribunal andaluz considera que no hubo suficiente motivación en este asunto y anuló también la sentencia condenatoria.