El acusado de matar a un joven en Santa Fe afirma que "nunca" ha tocado una pistola
Reconoce que tenía una mala relación con la víctima, que le había "robado" cinco mil euros
El acusado para el que la Fiscalía pide 21 años y diez meses de cárcel por matar supuestamente a un joven de un tiro en un descampado de Santa Fe, en el área metropolitana de Granada, ha negado los hechos ante el jurado popular que lo enjuicia desde este lunes en la Audiencia Provincial.
En la declaración que ha prestado ante el jurado, compuesto por seis hombres y tres mujeres, el procesado ha reconocido que tenía una "mala relación" con la víctima porque le había "robado" más de 5.000 euros en su casa con anterioridad.
Sin embargo, ha mantenido que, tras reclamarle el dinero, había perdonado al finado, si bien, cuando iba llegando a su casa del trabajo en la tarde del 7 de febrero de 2018, lo vio en el citado descampado, por lo que se le acercó para preguntarle "qué hacía vendiendo droga" en el barrio.
Entonces, ha defendido que el joven, de 24 años entonces, y al que conocía desde pequeño, mostró, siempre según la versión del acusado, que está en prisión provisional por estos hechos, una "actitud chulesca" y "echó mano a la cintura y sacó algo negro", que identificó como una pistola, por lo que huyó.
"Nunca he tocado una pistola", ha mantenido delante del jurado popular, ante el que también ha defendido que no tiene licencia de armas, ni escuchó esa tarde ningún disparo mientras huía del descampado.
Cuando llegó a su casa y se relajó, salió para el gimnasio, y empezó a recibir llamadas y mensajes de personas que lo "estaban acusando sin motivo", por lo que se acudió en busca de su novia para "refugiarse" en su casa.
"Tenía miedo de lo que podía llegar a pasar", ha señalado, reconociendo que terceras personas podían pensar "que eso había pasado" porque le había "robado" en su casa más de 5.000 euros, que pidió al hoy fallecido que le devolviera porque, de lo contrario, podía conllevarle un problema "muy gordo".
La Fiscalía le pide una pena de 21 años y diez meses de prisión por la presunta comisión de delitos de asesinato y de tenencia ilícita de armas, los mismos ilícitos por los que la acusación particular, que representa a la familia del fallecido, solicita para él 27 años de prisión.
Ambas partes mantienen que el procesado se habría dirigido, sobre las 17,30 horas del pasado 7 de febrero de 2018, en busca de su víctima, con quien había tenido "problemas personales previos" debido a "la supuesta implicación de éste en la comisión de un robo" en su domicilio.
El procesado se acercó supuestamente al joven y a unos conocidos del pueblo, y "empuñó a la vista de todos una pistola oscura en perfecto estado de funcionamiento y cargada con proyectiles del calibre nueve milímetros i38, de la que no disponía licencia alguna para su manejo".
La Guardia Civil lo detuvo en la madrugada del 8 de febrero de 2018 por su presunta relación con la muerte del joven, que fue trasladado al Hospital del Parque Tecnológico de la Salud de Granada, tras sufrir un accidente de tráfico, al empotrar su coche contra un árbol. Los facultativos hallaron una herida en el abdomen producida por un disparo, según detallaron entonces a Europa Press fuentes del Instituto Armado.
El fiscal detalla, en sus conclusiones provisionales, que el acusado realizó en el descampado primero "un disparo al aire", tras el cual la víctima, a la que antes había instado "a voz en grito" a que "se marchara de su barrio", fue a refugiarse "asustado en su automóvil".
Cuando "trató de escapar apresuradamente", el procesado, "guiado por el claro e inequívoco ánimo de quitarle la vida, se situó de pie frente al morro del coche, obstruyéndole la operación de huida y apuntando de súbito al asiento del conductor donde se había sentado" el otro, y "sin que éste pudiera por tanto repeler de manera alguna el ataque directo que iba a sufrir".
Después del disparo que le alcanzó la zona abdominal, "consiguió reunir las escasas fuerzas que le quedaban para tratar de escapar del lugar recorriendo algunos metros con su vehículo", hasta que, "segundos después, perdió la conciencia debido a la gran pérdida de sangre que sufrió". Los sanitarios no pudieron evitar su muerte "debido a la extrema importancia de las heridas sufridas", agrega el Ministerio Público.
Por su parte, la defensa del acusado, que pide la libre absolución, ha negado en el inicio del juicio oral "tajante e íntegramente los hechos", cuya relación está basada en una investigación que adolece de "errores que van uno detrás de otro".