El acusado de matar a su mujer en Guadahortuna disparó al creer que se le abalanzaban "hormigas gigantes"
Asegura que tuvo alucinaciones después de beberse un litro de whisky en su casa
El hombre de 54 años al que un jurado popular enjuicia desde este lunes en la Audiencia Provincial de Granada acusado de asesinar a tiros a su mujer en junio de 2018 en el municipio de Guadahortuna ha mantenido, en su declaración ante el tribunal, que disparó cuando creyó que se le abalanzaban unas "hormigas muy grandes" tras consumir un litro de whisky en su casa.
El acusado, para el que la Fiscalía pide 28 años de prisión por la presunta comisión de delitos de asesinato y de tenencia ilícita de armas, ha defendido que fue desde la casa de su madre, donde vivía después de que su mujer lo echara de casa por sus problemas con el alcohol, con un revólver que había encontrado un año antes en la calle, en el barrio granadino de Almanjáyar, tras oír lo que creyó que eran "voces y gritos" de una discusión en la que podían estar involucrados sus hijos.
Al llegar a la altura de la casa familiar, ha mantenido que vio que no existía tal discusión, que cogió a su nieta y luego la devolvió a su nuera, tras lo cual disparó a lo que creyó que eran "cuatro o cinco bichos", que ha descrito como "grandes, marrones, con las orejas y los dientes muy largos", que se "tiraban" hacia él, y que fueron cayendo.
Iba "mareado un poco" y, después, volvió a casa de su madre, tras lo cual ha mantenido que no recuerda nada de lo que pasó, ni haber preguntado por cómo estaba su mujer, tras haberle disparado.
Ha reconocido que entonces dejó de ver estos bichos producto supuestamente de una alucinación, en una declaración en la que ha detallado, a preguntas del magistrado que preside el tribunal, que tomaba desde hacía años dos litros de güisqui y dos cartones de vino aproximadamente al día.
En el proceso está representada la familia de la víctima como acusación particular, que se ha sumado a las tesis y a la petición de condena de 28 años de la Fiscalía, incidiendo en el "carácter machista y posesivo" del procesado, quien "no aceptaba la decisión de su mujer de acabar con el matrimonio", así como la Junta de Andalucía, que ejerce la acusación popular en defensa del "interés general".
Antes del inicio del juicio, que ha comenzado con la constitución del jurado, compuesto por seis hombres y tres mujeres, con dos varones suplentes, la letrada de la familia, Montse Linares, ha señalado que espera que el jurado los "escuche" y "valore las pruebas que hay, que son muy contundentes" para demostrar la presunta comisión de los delitos de asesinato y de tenencia ilícita de armas.
A la llegada del acusado, en prisión provisional por estos hechos, dos mujeres de la familia lo han increpado a la entrada de la Audiencia, mientras que los dos hijos varones de la víctima se han intentado abalanzar sobre él, y han tenido que ser reducidos por agentes de Guardia Civil y Policía Nacional, que posteriormente ha procedido a su identificación.
Ha sido, según Linares, un "año muy duro" para ellos, pues es "muy difícil afrontar una situación como esta" después de que "te arrebatan" a tu familiar de "esa manera". Pidiéndoles tranquilidad en todo momento, la letrada ha señalado que "es humano que estén destrozados" y que "lógicamente para ellos es muy duro" porque, en cualquier caso, "tienen que estar aquí", pues "no está su hermana" su hija o su madre.
El acusado, que ha defendido que trataba a su mujer con "respeto" aunque discutían, ha indicado, a preguntas de su defensa, que reduce la calificación de los hechos a un supuesto homicidio en su caso, que "quería" a su mujer, y que por ello le "insistía" en volver, y que no recordaba los disparos que dio, ni la patada que supuestamente le habría pegado su hijo cuando se habría ido a disparar contra él mismo.
Relato de los hechos
Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado se dirigió al domicilio familiar el 16 de junio de 2018, en torno a las 13,30 horas, en el que ya no vivía por su "afición" a la bebida, por lo que residía con su madre.
Portaba supuestamente un revólver para cuyo uso no tenía licencia. Con "el decidido e inequívoco propósito de acabar con la vida de su esposa", de 43 años, al llegar cerca del domicilio familiar, divisó cómo ella caminaba de espaldas, por lo que, "sin mediar palabra y de forma sorpresiva", habría efectuado un primer disparo que "le alcanzó a la espalda".
Ello le provocó "una parálisis súbdita de los miembros inferiores" a la víctima a la que, ya en el suelo, realizó supuestamente un segundo disparo a la región abdominal. Por último, y, según el fiscal, "con intención de asegurarse de la muerte" de ella, le descerrajó un tiro a quemarropa en la cabeza.
La víctima fue trasladada al Hospital de Traumatología de Granada, donde, a pesar de ser intervenida quirúrgicamente, falleció a las 17,30 horas del 17 de junio, por los politraumatismos causados por herida de arma de fuego.
El Ministerio Público agrega que el matrimonio, que tenía tres hijos en común, llevaba unos meses separado, lo que el acusado "no aceptaba, en la creencia de que su esposa pudiera mantener alguna otra relación con otra persona". Por ello, en otras ocasiones, se había dirigido a ella "con insultos y admoniciones de muerte", a lo que ningún miembro de la familia prestó atención.
En el momento de los hechos, el acusado "no presentaba ningún signo de haber ingerido bebidas alcohólicas" ni constan en el informe forense "patología neurológica ni psiquiátrica", detalla la fiscal, que pide para él 25 años de prisión por la presunta comisión de un delito de asesinato, por el que también interesa diez años de prohibición de acercarse a sus hijos a menos de 500 metros y de comunicarse con ellos.
Asimismo, el Ministerio Público solicita la privación de la patria potestad de la hija que es menor de edad, mientras que por un supuesto delito de tenencia ilícita de armas pide también la pena de tres años de cárcel.