“¡Al cielo con ellos!”
Como llegó se fue. Esa emoción e ilusión súbitas que, al menos a mí, me embargan en cuanto me encuentro a las puertas de unos días especiales, llámense Navidad, Corpus o Semana Santa, dan lugar a una cierta pena –no llega al nivel de tristeza absoluta- que siento cuando terminan. Mi pensamiento en ese momento es: 'Se acabó. Ya, hasta el año que viene'. Eso es justo lo que me ha ocurrido esta Semana Santa que acaba de concluir.
Pero estos días dan para mucho. Para empezar el mismo Domingo de Ramos nos encontrábamos con que la Virgen del Rocío, procesionando en Vélez Málaga, acababa como si de un ninot de las Fallas de Valencia se tratara. Incendiada y envuelta en llamas. Un cirio de su candelería mal sujetado fue el causante. La fatalidad fue lo que hizo que volcase e incendiase el manto de la Virgen. Acabó dañando incluso la propia imagen, obra del imaginero sevillano Juan González García más conocido como “Juan Ventura”. Una pena.
Y para terminar la semana aquí en Granada, como no podíamos ser menos, casi arde el manto de Santa María del Triunfo en su procesión del Domingo de Resurrección. Otro susto más. Aun así, una de las cosas que más me ha llamado la atención de esta santa semana es otro asunto que es el que me lleva a escribirles hoy.
La vida se puede ver e incluso vivirse desde muchas y diversas perspectivas. Todas ellas muy respetables y perfectamente catalogadas y expuestas en las diferentes corrientes filosóficas que han ido surgiendo a lo largo de grandes periodos de la historia universal: Antigüedad, Edad Media, Edad Moderna, Edad Contemporánea, etc.
Por citar alguna podríamos hablar del Idealismo, del Escepticismo, del Estoicismo o del Pragmatismo. Estos serían unos pocos ejemplos de una larga lista. Todos y cada uno de nosotros seguramente nos sintamos, en mayor o menor medida, identificados o nos podamos reconocer casi fielmente en alguna de esas corrientes. Hay quien ve la vida desde un punto de vista totalmente pragmático y entiende que el conocimiento lo da la experiencia desde la práctica.
Seguramente conozca a alguien, o quizá pueda serlo usted mismo, cuya visión de la vida es más estoica. Es capaz de controlar sus emociones o sentimientos y también de mantenerse firme ante la adversidad a base de fuerza de voluntad.
Los hay quienes en todo ven un problema y son negativos existenciales y pesimistas a ultranza. Son incapaces de percibir el lado bueno de las cosas o situaciones pero siempre están ahí advirtiendo el lado oscuro.
El Cinismo es otra doctrina filosófica, rechazando los convencionalismos sociales y la moral comúnmente admitida. En fin, muchos ángulos y planos desde donde otear la existencia de uno mismo y del mundo que nos rodea. ¿Se identificaría usted con alguno de ellos? Seguro que sí.
Todas estas formas de aproximarse a nuestro entorno están ahí. Pero hoy en día, donde la tecnología lo invade todo, nos hemos dejado arrastrar y vemos la realidad a través de un nuevo prisma que no tiene nada que ver con ninguna corriente filosófica. Se trata de una pantalla, la de nuestro teléfono móvil.
Ya no tiene tanta importancia el acontecimiento en sí sino captar una buena imagen del mismo.
Esto, en Semana Santa toma especial relevancia:
-Disculpe caballero pero al levantar el móvil para grabar al Cristo de Los Gitanos me está usted clavando los codos en ciertas partes delanteras de mi pecho.
-No señora, no estoy grabando al Cristo de Los Gitanos, estoy grabando a su Madre.
-¿A la mía?
-No, a la madre de nuestro Señor, a María Santísima del Sacromonte. Pero sí, lleva usted razón. Ya notaba yo algo de dureza y resistencia al ir a subir los brazos. Discúlpeme usted, ha sido un gozo tan inesperado y placentero como involuntario y no intencionado por mi parte.
-Señora perdone que se lo diga así, de sopetón, pero tiene usted el móvil tan levantado para la instantánea que me imposibilita la visión del palio de María Santísima del Mayor Dolor. ¿Podría usted bajar los brazos aunque sea por dos minutos?
-No caballero, no estoy tomando ninguna instantánea del paso, es que después de 5 días viendo procesiones, se me han quedado encasquillados los codos en esa postura y me es imposible doblarlos y llevarlos a su posición natural, tendré que esperar al Domingo de Resurrección para ello.
-Pues nada, vaya fatalidad. No sabe cuánto lo siento. Su problema es mayor que el mío, no se preocupe que ya me cambio yo de sitio.
-Muchas gracias.
-No hay de qué.
Estas dos conversaciones podrían ser muy comunes a día de hoy.
No acabo de entender cómo muchos optan, a destajo, por ver los majestuosos tronos granadinos a través de una pantalla de 16x7 cm cuando pueden disfrutarlos sin filtros. Es un pecado venial del cual pocos escapamos.
Dentro de poco, cuando los capataces de cualquier cofradía que mandan los tronos den el grito de “¡Al cielo con ella!”, tendrán que gritar “¡Al cielo con ellos!”.
Y todos sabremos cuándo levantar nuestros teléfonos móviles. Al tiempo…..
Comentarios
4 comentarios en ““¡Al cielo con ellos!””
Inmaculada PR
15 de abril de 2023 at 16:39
Acertada reflexión, con ese toque de humor, que nunca falte.
Debo confesar, no sin cierta vergüenza, que me reconozco en esa situación. Me veo en Sevilla, madrugá del jueves santo, delante del imponente paso de la Virgen de la Esperanza de Triana, admirando la belleza de la imagen… a través de una pantallita de 5 pulgadas, dedicando mi atención a captar una imagen centrada y proporcionada en la pantalla de mi móvil, mientras me pierdo la maravilla que está aconteciendo delante de mis narices. No reparo en los aromas a incienso, en el sonido de las pisadas de los costaleros, en el silencio solemne al paso del trono, la emoción en el ambiente… detalles que un aparato electrónico nunca será capaz de registrar. Cuando dejo de grabar, veo a la virgen alejándose, de espaldas, y me quedo con la sensación de no haber visto nada.
El autor
15 de abril de 2023 at 18:02
Y además seguro que esas fotos al siguiente día se borran del móvil. Muy emotiva y bonita reflexión y muy bien descrita.
Muchas gracias Doña Inmaculada
FRANCISCO
16 de abril de 2023 at 10:15
Un artículo bonito,que en muchos momentos se convierte en menos educación de lo que dice en el artículo.De todas formas ,cómo dije antes,un artículo estupendo.
Remedios
18 de abril de 2023 at 11:20
Religiosa, artística, histórica, antropológica, sociológica, etc. La semana se contaron por decenas de miles las personas que se echaron a la calle a disfrutar de las procesiones