Al menos tres de cada cuatro expertos en educación no cree que haya mejor presupuesto ni pacto educativo de aquí a 2020
Prevén una reducción de centros públicos, aumento de la ratio de alumnos por profesor y que se mantenga la inestabilidad política
Al menos el 75% de los docentes, técnicos en educación y orientadores educativos son "pesimistas o escépticos" ante una hipotética mejora de los presupuestos para educación, una revalorización de la profesión docente o un "acuerdo social y político" (un pacto de Estado) que garantice la estabilidad normativa de aquí a 2020 y creen que "no mejorará la excelencia" de la educación española en este plazo.
Estas son algunas de las conclusiones de dos estudios (uno cuantitativo sobre la situación actual y uno cualitativo de prospectiva) presentados este viernes por la plataforma educativa 'Acción Magistral' que impulsan el Centro Reina Sofía de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y BBVA y que reúnen la situación actual de la educación y las opiniones y previsiones a corto y medio plazo de un total de 300 profesores y expertos en educación en todos los niveles, tanto de centros públicos como privados y concertados. El segundo estudio identifica aquellas posturas y opiniones en las que hay un consenso mínimo de al menos tres de cada cuatro encuestados (el 75%).
"Es una visión bastante desesperanzada, en primer lugar porque no creen que mejore el apoyo presupuestario --los estudios se hicieron en junio y octubre de 2015-- en los próximos 5 años, no mejorará la excelencia ni la imagen de los profesionales de la educación y no se logrará un pacto social y político. Creen que la FP será el único nivel de estudios que se salvará de esta situación", explican dos de los responsables del informe, los investigadores Ana Sanmartín y Miguel Ángel Rodríguez.
Estas perspectivas incluyen, según han indicado, una ligera reducción de los colegios públicos, la reducción de la plantilla de profesores (así como plantillas "más inestables" y con puestos temporales) e incremento de la ratio de alumnos por aula y un ligero incremento de los centros concertados y privados. "Se podría aventurar que la opinión mayoritaria es que la gran perjudicada de la crisis ha sido y va a seguir siendo la enseñanza pública", ha subrayado Rodríguez. Como excepción, creen que la FP continuará su expansión y tendrá "más y mejor oferta" y una dotación presupuestaria mayor que en años anteriores.
Desde el punto de vista del gasto en educación, el primer informe pone de relieve que, de 2009 hasta 2014, España ha pasado de invertir el 5,1% de su PIB en gasto final en Educación a un 4%, con reducciones más acusadas (entre 2007 y 2013) en Castilla-La Mancha (10,2% menos), Asturias (9,1% menos), Madrid (7,7% menos), Castilla y León (6,2% menos) y Canarias (5,6% menos). Mientras la media de la UE ha reducido el porcentaje del PIB que destina a Educación en 5 puntos entre 2009 y 2014, España lo ha hecho en 11 puntos durante el mismo periodo.
Además, en el caso concreto de las becas, España es el sexto país que menos porcentaje de su gasto educativo en becas y ayudas al estudio (el 9,4%) y, según las encuestas a profesores y expertos en educación, "se concederán menos becas, las que se concedan serán de menor cuantía y se concederán tras un proceso más exigente" que el actual. De hecho, la mayor parte de ellos cree que de aquí a 2020 las familias "continuarán abonando las actividades extraescolares sin ayuda de la Administración", así como el material escolar, salvo en aquellos casos en que se concedan becas.
ESCÉPTICOS ANTE LA SITUACIÓN POLÍTICA
En cuanto a la posibilidad de un pacto educativo que garantice la estabilidad de las normativas y currículos, los docentes y expertos en educación creen que en los próximos cuatro años, la situación "seguirá siendo inestable y poco consensuada". "Las leyes seguirán cambiando conforme lo hagan los gobiernos de turno, no se consolidará un modelo estable ni se podrá evaluar, el sistema se modificará antes de que se pueda evaluar su eficacia real", señala el documento.
De hecho, también son escépticos acerca de una mayor implicación de la comunidad educativa en las normas y políticas sobre el sector y creen que "no será consultada". "No se percibe que la educación vaya a ocupar un lugar prioritario en la agenda de las administraciones ni en lo que tiene que ver con el incremento de las partidas presupuestarias, ni en fomentar el debate público sobre el papel de la escuela y el profesorado, ni con los esfuerzos por dotar de prestigio la figura del docente", aseguran.
En lo que se refiere a este último punto, la valoración de la profesión docente, los responsables del estudio señalan que en la actualidad y en los cuatro próximos años, el perfil mayoritario el de los profesores será el de profesionales "desmotivados y poco valorados".
Aún así, señalan que existe y se irá afianzando una "minoría enormemente activa" de profesores "promotores del cambio, inspiradores, y comprometidos con su propia formación, con la innovación educativa, la búsqueda de nuevas fórmulas de relaciones escolares" y "más activos en las protestas y reivindicaciones acerca de las necesidades del sistema educativo".
Para el jefe de Responsabilidad Corporativa de BBVA, que ha participado en la presentación de los estudios, se trata de "un punto positivo", en medio del "pesimismo". "Sí se identifican ya emprendedores docentes, que pretenden de verdad transformar la educación, que trabajan de forma muy proactiva y están consiguiendo un impacto social muy relevante en sus centros", ha asegurado.
CURRÍCULOS MÁS FLEXIBLES Y MÁS EVALUACIÓN PARA TODOS
En general, la opinión mayoritaria de los expertos que han participado en la encuesta es que el nivel de preparación del profesorado en España "es bueno", aunque "se enfrenta a muchos retos", entre ellos la actualización de los currículos para dar respuesta a unas necesidades "todavía desconocidas", según ha subrayado el director del Centro Reina Sofía de la FAD, Ignacio Calderón, y la formación necesaria para aprovechar las herramientas que ofrecen las TIC en el ámbito educativo.
"La actualización de las capacidades de los profesores no se puede hacer de la noche a la mañana. Estamos hablando de unos 700.000 trabajadores, que es como una empresa grande grande y da como para hacer una política de recursos humanos complicada", ha resaltado Calderón.
En este sentido, la mayor parte de los participantes en el estudio creen que durante los próximos años se endurecerán las condiciones para acceder a la docencia y se implantarán sistemas de evaluación al profesorado que serán "obligatorios y periódicos". También creen que los rankings (especialmente PISA) tendrán "incluso más importancia" que la que tienen ahora y que los currículos educativos serán "más flexibles" y centrados en competencias instrumentales y se implantará el bilingüismo, aunque dudan que de aquí a 2020 desaparezca la religión del currículo oficial e indican que seguirá siendo evaluable.
Además, prevén que los centros tengan más autonomía en cuanto a funciones del equipo directivo y metodologías pedagógicas, se implementará "lentamente" la educación en valores y las familias aumentarán su participación en los centros (de forma menos pronunciada en los centros públicos).