Alaya archiva la causa contra los empresarios que pujaron por los suelos de Mercasevilla
La juez ha archivado la causa al entender que han prescrito los delitos de maquinación para alterar el precio de las cosas y fraude y exacciones ilegales y que no se les puede aplicar el delito de prevaricación.
Por este motivo, Alaya ha archivado la causa abierta contra seis empresarios que fueron imputados tras pujar por los suelos de Mercasevilla, entre ellos dos hermanos de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez,
Como es sabido, el procedimiento impulsado para enajenar los suelos del mercado central de abastos de Mercasevilla fue fallado en favor de la propuesta elevada por el grupo promotor 'Sanma Desarrollos Urbanísticos', filial de la constructora Sando, pese a que concurría una oferta económicamente superior por parte del grupo Noga.
En un auto dictado el pasado 8 de octubre, al que ha tenido acceso Europa Press, la magistrada de Instrucción número 6 de Sevilla declara extinguida, por tanto, la responsabilidad penal contra estos empresarios, a los que tomó declaración el pasado mes de junio.
Entre los empresarios se encuentran Eduardo Báñez García, como consejero delegado y firmante de la oferta presentada por Construcciones Juan de Robles, y Juan Nicolás Báñez García, consejero delegado solidario de esta empresa, ambos hermanos de la ministra de Empleo, así como Ignacio Bayón Marine, presidente del consejo de Administración de Realia Bussiness.
Asimismo, también archiva la causa respecto a Bárbara Gutiérrez-Maturana Kalachnikoff, presidenta y consejera delegada del consejo de Administración de Sociedad Azucarera Larios; Martín Eugenio Sánchez-Ramade Moreno, presidente de Edamar --empresa que quedó disuelta y extinguida por haber sido absorbida por Noriega el 26 de junio de 2007--, y Antonio Vicente Sánchez-Ramade Carrascosa, hijo del anterior y que firmó la oferta presentada por Edamar como apoderado solidario.
En el auto, la instructora no menciona si archiva la causa respecto a José Romero González, presidente del consejo de Administración de Prasa que también pujó por los suelos y al que también afectaría la prescripción de los delitos, aunque fuentes del caso consultadas por Europa Press han señalado que debe tratarse de un error y que el sobreseimiento también le afectaría.
En este sentido, da traslado del auto a la representación tanto de José Romero González como de Bárbara Gutiérrez-Maturana "para que manifiesten si desisten de sus respectivos recursos, al carecer los mismos de objeto".
La juez archiva la causa respecto de estos empresarios en un auto en el que arremete duramente contra la Fiscalía de Sevilla, pues recuerda que fue ella quien solicitó la declaración como imputados de los empresarios referidos, representantes legales de una serie de entidades que concurrieron al concurso público de los suelos de Mercasevilla "con la presunta aviesa intención, junto a ésta y Sanma, de fijar artificialmente un precio favorable a ésta última a fin de que se adjudicara el referido concurso".
"ERROR" DE LA FISCALÍA
Al hilo, la instructora recuerda igualmente que fue el Ministerio Público el que, a instancias de uno de los imputados, solicitó que se declarara extinguida la responsabilidad criminal de los empresarios por prescripción de los delitos de maquinación y fraude y execciones legales, mientras que respecto al delito de prevaricación "no sería predicable el tipo de la prevaricación por extraneus, que comparte esta instructora".
En este punto, Alaya asevera que "ha debido tratarse sin duda de un error de cómputo por parte del Ministerio Fiscal", ya que tales delitos "estaban prescritos desde el inicio de las actuaciones", un "error" que "seguramente" está "justificado" por la asistencia del fiscal "a varias macrocausas, pero que ha generado ciertas consecuencias".
Así, y en primer lugar, la juez critica que dicho "error" por parte del Ministerio Público ha provocado "cierto retraso en la tramitación" de las actuaciones, "pues el escrito del Ministerio Fiscal fue de abril del presente año", y en segundo término ha originado "un esfuerzo inútil", pues "hubo que tomarles declaración" al considerar que "el fiscal manejaba también el tipo de prevaricación en su condición de extraneus, al igual que con Sanma, perspectiva de la que ahora se aparta en el precedente escrito".
Además, "ha provocado un incidente que no es de agrado en una instrucción de sumario, donde como bien sabe el Ministerio Fiscal cada posible imputado nuevo se valoraba extremadamente", a lo que hay que sumar, asimismo, "las molestias propias de quien va a declarar implicado en un tema que encima posee repercusión mediática".