El Albaicín, más solidario que nunca con sus vecinos
Las ayudas van desde las compras de productos de primera necesidad hasta la compañía telefónica a todo aquel que lo necesite
Desde la Asociación Ajuntamiento Albaicín se han unido a esa bonita y necesaria iniciativa que muchos barrios granadinos están llevando a cabo. Los días que se están viviendo no solo en la ciudad, sino también el mundo entero, ha sacado el lado más solidario de la población. Desde Ajuntamiento Albaicín se han propuesto ayudar a todas esas personas que por diversas razones no pueden salir a realizar sus compras.
Esta asociación lleva tiempo trabajando en distintos asuntos que preocupan al barrio y en los últimos meses se encargaban del asunto del Centro de Salud del Albaicín, donde pedían una plantilla solida de sanitarios. Con esta tarea comenzaron a conocer las difíciles situaciones de algunos de los vecinos de la zona y tras los últimos acontecimientos causados por el coronavirus, en el que no se permite salir a la calle a nadie, solo para comprar, decidieron comenzar a ayudar a aquellos vecinos que tienen un riesgo mayor de sufrir el Covid- 19. Esta iniciativa la sacaron al ver a otros barrios como el del Realejo que también lo hacía. “Este barrio es complicado, con el tema del turismo, las calles están cada vez más desiertas de vecinos y las calles empedradas y con cuestas son difíciles de transitar para algunos por los que pensamos crear este grupo” comenta Marina García, uno de los miembros que están organizando esta iniciativa.
Exactamente en el grupo hay 180 personas dispuestas a ayudar en estos momentos, aunque tal y como explica Marina García, ahora mismo es un grupo muy cambiante. “Nosotros creamos el grupo y empezamos tres, tres de Ajuntamiento y dijimos vamos a lanzar la idea a ver si sale un grupito de 10 o 15 personas y de repente en una mañana ya había ciento y pico, ha sido increíble la respuesta” explica entusiasmada Marina García que se muestra además muy agradecida por la respuesta. Podemos decir que los granadinos somos solidarios, “al menos en el Albaicín sí” bromea Marina García.
Hasta ayer, se estaban ayudando a nueve personas, sin embargo, los casos van aumentando y esta misma mañana han llegado dos casos más y continúan recibiendo llamadas.
Son varias las ayudas que ofrecen estos vecinos, no solo la compra, también acompañamiento telefónico. “Nos llamó la hija de un señor el otro día, ella vive fuera, y el señor es mayor y vive solo, nos pidió que si podíamos estar un poco pendientes, lo que vaya necesitando, llevarle la compra o ir a comprarle medicinas suele ser eso” explica Marina García, aunque “yo tengo también unas vecinas aquí que viven solas, tienen un hijo que le está llevando la compra, pero están solas todo el día, entonces cuando saco al perro me asomo, para ver si están bien o si necesitan” comenta. “Es más, de acompañar por teléfono porque la gente que se le ha asignado una persona a la que cuidar, suelen llamar todos los días para controlar que están bien solos, que no tengan síntomas de nada y que no les falte de nada” comenta la participante de la asociación.
Aunque al pensar en personas necesitadas siempre se viene a la mente personas mayores, no siempre es el caso, hay de todo, por ejemplo, hay una mujer en el Sacromonte tiene movilidad reducida. Esta mujer no puede dejar la basura en la puerta y tiene que ir a tirarla y eso le supone una dificultad cada día, para se encarga la asociación.
Entonces hay gente mayor pero también gente que tiene más dificultades. Otro caso que tienen en esta asociación, por ejemplo, es el de una persona enferma de cáncer que ha contactado con ellos. En definitiva, personas de riesgo, personas más vulnerables, que no pueden salir a la calle todos los días.
Los casos les llega de varias formas, por un lado, y como empezó todo, fue con un grupo de whatsapp. Allí los participantes daban los datos de algún familiar o vecino que necesita la ayuda, o el propio vecino lo hace. También se puede contactar con ellos mediante el correo [email protected] o por último vía telefónica, al 655841214. Estos vecinos han colocado unos carteles por las calles del Albaicín y en las tiendas de la zona donde facilitan estos datos. Desde que han colgado estos carteles, tal y como cuenta Marina García, están recibiendo más llamadas ya que para mucho es más fácil llamar y explicar su situación que añadirse a un grupo. Además, algunas personas del centro de salud les informan de algunos casos, aunque recalca Marina García, “El centro de salud está funcionando bien y los trabajadores sociales se están encargando de su trabajo, nosotros no vamos a sustituirlos, solo queremos colaborar con ellos y ayudar”
Con respecto a la organización, cada caso lo estudia el grupo de los tres primeros participantes en privado, luego preguntan en el grupo grande quien está disponible y en ese momento, se da en privado los datos de la persona que necesita la ayuda al voluntario. “No hacemos los datos públicos, solo se le da a la persona responsable” explica García. También, tal y como se les ha pedido desde el centro de salud, llevan un registro de cada persona por si llegara el caso de tener síntomas o enfermar, en ese caso se ocuparían los sanitarios.
El protocolo que se lleva a cabo para ayudar a estos vecinos les llega desde Barcelona, antes de ir a comprar, la vecina o vecino les llama para pedir lo que necesitan, en ese momento, se les recuerda que solo podrán abrir la puerta a la persona encargada de llevarle la compra.
La persona encargada de realizar la tarea deberá lavarse las manos con jabón antes y después de ir a comprar. También tendrá que llevar guantes desde que sale de casa y no se podrá manejar dinero sin ellos, aunque es preferible pagar con tarjeta. Es necesario mantener un metro de distancia entre los trabajadores del mercado y la persona que acude a la compra.
Para entregar la compra, no se puede tener contacto físico. Al llegar al domicilio de la vecina, tocan al telefonillo y le dicen el importe de la compra. Dejan la compra en la puerta y se alejan unos metros. La vecina recoge la compra y deja el dinero en el felpudo. Una vez que la vecina tenga la compra deberá desinfectar los productos y lavarse bien las manos.