Alberto Ortega: "No soy el mejor, pero llevo lo mejor" (vídeo)
Granada Digital ha tenido el honor de mantener una charla con el capataz de la Semana Santa de Granada que más hermandades pone en la calle, cinco, y este año saldrá por primera vez al martillo del Silencio
Olor a incienso, restos de cera, marchas procesionales, costaleros, nazarenos, mantillas y muchas cosas más nos hacen pensar en la Semana Santa. Pero si hay una persona que ya ha llegado a ser un referente en el mundo cofrade, es Alberto Ortega. Natural de Las Gabias, cofrade desde la infancia, antiguo costalero y es el actual capataz de cinco hermandades que procesionan en la semana de pasión, a las que se suma los pasos de hermandades de gloria como el Rosario de Plata (Copatrona de Granada), San Cecilio y el Corpus de los Favores.
Durante muchos años, Alberto, ha estado al mando del martillo de la Borriquilla, la Cañilla, Los Favores y la Resurrección, aunque desde el presente año también será el responsable de procesionar al Santísimo Cristo de la Misericordia, el Silencio.
Siempre amable, cercano hasta la obligación del tuteo, risueño, con un sentido del humor ácido y una sabiduría propia del que lleva muchos años en esto, Alberto Ortega nos recibió en el que es su barrio, el Realejo. Su apretada agenda no le permite separarse en demasía de su rutina, pero el pródigo capataz tuvo la gran gentileza de dedicarnos una parte de su escaso tiempo libre.
Pregunta (P).- ¿Cómo son los inicios cofrades de Alberto Ortega?
Respuesta (R).- Mis inicios cofrades son familiares, a través de mi padre. Él no era cofrade pero le gustaban mucho las cofradías y siendo muy pequeñitos a alguna nos llevaba. Recuerdo la primera vez que mi tío nos llevó a mi hermano, a mi primo y a mí a la hermandad de las Penas donde salí de monaguillo y mi hermano de penitente, estamos hablando de los años 70, esos fueron mis inicios. Luego salí de nazareno en la Estrella, porque mi padre también conocía a Torcuato, y ya con 13 o 14 años entré de costalero en la hermandad de los Favores.
P.- ¿Cuándo te pones al frente de un paso de semana santa por primera vez? ¿Cuántos años llevas en ello?
En el año 2001, cuando salió elegido en la Borriquilla de hermano mayor Pepe Luís García Villar, que me conocía de otros ámbitos distintos a la Semana Santa, me propone el cargo de capataz general de la Borriquilla. Llevaba ya 15 años de costalero y era una aventura grande, probamos y la verdad es que fue satisfactorio. De costalero llevo 30 años ya.
CON EL SILENCIO SIENTO UNA ILUSIÓN ESPECIAL PUESTO QUE ES UNO DE LOS TESOROS MÁS IMPORTANTES DE LA IMAGINERÍA BARROCA ESPAÑOLA
P.- Hace una semana saltó la noticia de que también te han nombrado capataz general del Silencio, un paso que es completamente diferente a los que vienes sacando normalmente y que va en rotundo silencio. ¿Te lo esperabas? ¿Qué sentimientos te produce?
R.- No, para nada, de esa noticia no te esperas nada. No lo sabía hasta el momento de la primera conversación. Como en todos los casos, sientes una ilusión especial, un sentido de la responsabilidad puesto que se te pone en tus manos uno de los tesoros más importantes de la imaginería barroca española como es el Cristo de la Misericordia, de José de Mora. Bastante ilusión, la verdad, bastante ilusión y bastante responsabilidad.
P.- El hecho no llevar banda de música tras el paso, ¿es un hándicap o es preferible para el trabajo de capataces y costaleros? ¿Qué diferencias encuentras?
R.- Depende, va con el carácter de la hermandad. Hay costaleros que prefieren ir sin música y otros que les gusta ir con ella. Pero el atractivo de un paso no está en la música, sino en el propio paso. En el Silencio el atractivo está en el Cristo y en la hermandad. El marco y la salida de esa cofradía quizá sean únicos en el mundo.
P.- ¿Eres consciente de que el Silencio es uno de los pasos más esperados de la Semana Santa granadina?
Quizá sean el Silencio, Los Gitanos o la Aurora las tres hermandades que más esperan los turistas, pero los cofrades esperan todos los pasos. Nosotros tenemos la fortuna de llevar pasos muy esperados como es la Borriquilla, está todo el mundo esperando que empiece la Semana Santa, el martes la Humildad, la Soledad en el Campo del Príncipe el viernes, no voy a decir nada del Señor de los Favores... y la Resurrección. Unos tienen atractivo turístico, y quizá el Silencio esté entre ésas hermandades de tanto tirón turístico.
P.- ¿Cómo te organizas los ensayos de tantas cofradías?
R.- Nosotros somos un grupo de 22 personas que nos organizamos para llevarlo todo adelante. Cada uno sabe lo que tiene que hacer, nos distribuimos las labores. Yo soy la cabeza visible de unas personas muy cumplidoras y muy trabajadoras.
P.- Llevas de segundo capataz a Enrique Muñoz, ¿crees que los éxitos que has cosechado y la promoción que has tenido entre las cofradías de la ciudad se debe también a él?
R.- Si no estoy rodeado de toda la gente de la que estoy, no podría hacer lo que hago.
P.- ¿Quién o quiénes son tus referentes en el mundo del martillo?
R.- En Granada hay dos referentes importantes, uno es con el que empiezo en este mundo de costalero, D. José Carvajal, que es una persona novedosa y luchadora; y el otro, que aunque nunca tuve contacto costalero con él, me dio los mejores consejos que me han dado en este mundo, era Antonio Sánchez Osuna, que en paz descanse. No dejaría fuera a Pepe Barrales, son personas que te enseñan muchas cosas.
P.- ¿Quién debe mandar en los pasos, el capataz o el fiscal?
R.- El capataz una vez que el paso está arriba, pero el fiscal es en realidad el que manda en cuando se para y cuando se levanta.
P.- Por experiencia propia, sé que no siempre se consiguen llenar las trabajaderas, ¿cómo te las ingenias para tener, incluso, varias cuadrillas en algunos pasos?
R.- Nosotros empezamos como todo el mundo, con muchas dificultades. No teníamos tanta gente. Poco a poco se fueron sumando personas que vieron que se trabajaba, que se hacían las cosas por el camino correcto y que se respetaba muchísimo al costalero. Es curioso, porque costaleros que saquen todas las cofradía que sacamos nosotros solo hay cuatro o cinco, unos 17 que salen en tres, 71 que salen en dos y el resto, hasta casi 500, sacan sólo una cofradía.
EL COSTALERO VIENE A TRABAJAR. DEBAJO DEL PASO NO HAY NINGÚN LUCIMIENTO
P.- Existe una problemática en el mundo del costalero, en el que se ha pasado de sufrir bajo una trabajadera a lucirse, de algún modo, creyendo que se venera la figura del mismo o tomando la tradición religiosa como folclore, ¿qué opinas sobre ello?
R.- Eso es una desvirtuación del tema. El costalero sigue sufriendo, los pasos siguen pesando e incluso son más grandes que antes, puede que algunos pesen más de lo que pesaban antes. El costalero no viene a lucirse, viene a trabajar y a hacer un buen trabajo. Debajo del paso no hay ningún lucimiento.
P.- ¿Alguien sin fe o no creyente puede formar parte de la Semana Santa? ¿Has tenido a algún costalero ateo?
R.- Declarado y reconocido no, pero con dudas existenciales y de fe si he tenido algunos costaleros. No diría ateos, porque si no crees en Dios no te puedes meter debajo de un paso, tienes que tener una creencia mínima. Pero sí personas que no son lo que la gente puede entender como vinculados a la iglesia.
P.- ¿Qué cualidades debe reunir un buen costalero?
R.- Obediencia total, obediencia al capataz, respeto a sus compañeros y al capataz, muchísima afición, y que le tiene que gustar muchísimo todo esto.
P.- ¿Has echado alguna vez a algún costalero?
R.- Bueno, más que echar, que no me gusta utilizar esa palabra, he prescindido o he invitado a personas a que no vengan más porque no compartían esto como nosotros lo compartíamos. Es preferible que una persona que no lo entienda igual se vaya y deje trabajar. Nadie vive de esto, así que es preferible que el que no esté a gusto, se vaya.
P.- Debajo del paso hay gente que va sufriendo mucho, por muchos motivos, ¿alguna vez te han dicho, gente de fuera, que qué necesidad hay de sufrir tanto?
R.- Si. La gente que no nos entiende lo interpreta así. Incluso hasta los padres y familiares allegados a muchos de los que van debajo se lo preguntan a ellos. Es difícil entender esto. Solo lo entiende el que lo vive, el que no lo vive no se explica que una persona sea capaz de echarse encima del cuerpo unos kilos para sacar un paso a la calle.
P.- La tradición granadina siempre ha sido ir “a hombros” y desde hace algunos años se están cambiado muchos pasos “a costal”, de hecho creo que uno de los pioneros fueron los pasos de los Favores, ¿qué varía para tí andar de una u otra forma?
R.- Sí, pionero fue los Favores. Cuando empieza a salir a costal se generó una polémica en Granada que duró más de 11 años, desde el 1981 hasta el 1992 que empiezan a salir los pasos de la Hermandad de La Esperanza y uno de los pasos de los Escolapios. La polémica ya está superada porque ya son más pasos los que van a costal a los que van a hombros. En el andar del paso, históricamente hay pasos que han andado bien de una manera o de otra. Lo importante es saber lo que se tiene que hacer y cómo se tiene que hacer.
EL GUSTO ESTÁ EN EL RECATAMIENTO, LA ELEGANCIA, SABER LLEVAR EL PASO Y RESPETAR QUE LO QUE SE LLEVA ES UNA IMAGEN SAGRADA
P.- Respecto a la polémica de los pasos de palio, si deben de “moverse” o no, ¿qué opina un capataz tan experimentado como tú?
R.- En el paso se puede andar de una manera para que se mueva más o se mueva menos, pero gran parte de que los pasos no se muevan tanto son culpa de los priostes, que buscan esa estética. Ahora se lleva que el paso no vaya dando en los balcones como antiguamente. La estética y el gusto no está en las bambalinas saliéndose, está en el recatamiento, en la elegancia, en el saber llevar el paso y en respetar que lo que va encima es una imagen sagrada. No es algo a lo que se le deba dar excesivo folclore.
P.- Antes de una salida procesional, te vemos como das una pequeña charla a tus cuadrillas ¿qué les dices?
R.- Nosotros tenemos por costumbre citar a la cuadrilla una hora y media antes, se les reparte las tarjetas de relevo, se habla con ellos, se vuelve a igualar, se repasa que venga todo el mundo con el calzado que tiene que ir, que ninguno cambie la igualá y se les hace ver la importancia que es sacar un paso y cumplir con la tradición, todos los años, de que una cofradía de Granada salga a la calle.
P.- Con todas las Cofradías que sacas tanto de Semana Santa como de gloria, ¿te sigues poniendo nervioso? ¿Cómo te preparas?
R.- Sí, siempre me pongo nervioso. Pero no hago nada especial. Intento estar tranquilo antes de irme. Si la cofradía sale temprano, como temprano e intento estar en mi casa un rato tranquilo con mi familia. El nervio del estómago no se quita nunca.
P.- ¿En algún momento de la procesión se te quita?
R.- Sí, cuando ya están los pasos en la calle y vamos cumpliendo horario ya voy tranquilo, relajado. Pero es responsabilidad más que nervios. Y si la salida es complicada, el nervio se multiplica.
DE REGRESO, AL COSTALERO NO LE FALLAN LAS FUERZAS, LE FALLA LA CABEZA PORQUE PIENSA QUE NO PUEDE CON EL PASO
P.- A esa cuadrilla cuando viene de regreso hecha polvo... ¿cómo se le anima?
R.- Lo primero que funcione esa piña humana que estamos formando. Y en el momento que tiene que funcionar es cuando las cosas van peor. Cuando el paso le pesa a alguno, los demás tienen que rotar, darle a ésa persona la fuerza. No fallan las fuerzas, lo que falla es la cabeza, el costalero muchas veces se viene abajo porque su pensamiento cree que no puede con el paso, y puede perfectamente. Los que están pasándolo mal tienen que arroparse y venirse arriba.
P.- Te hemos escuchado frases en las salidas que marcan la personalidad de Alberto como capataz...
R.- Suelo decir que "No soy el mejor, pero llevo lo mejor". Gracias a Dios no tengo salidas difíciles. Cuando sacaba la Merced si era complicadísima, pero ahora quizá la más compleja sean los pasos que salen de Santo Domingo, con una puerta estrecha y salida en rampa. Aunque la Hermandad de la Humildad no es la difícil de sacar de allí.
HAY QUE LLAMAR LA ATENCIÓN CON UN ANDAR ELEGANTE Y BIEN HECHO, NO CREANDO ESPECTÁCULO
P.- ¿Cómo valoras la evolución de los pasos de misterio en Granada?
R.- En Granada históricamente había tres misterios, la Cena que iba a ruedas, el Huerto y la Sentencia. Eran los tres únicos pasos que llevaban varias figuras. Empieza la evolución y es "la Burra" la que empieza a convertir un paso de Cristo en un misterio, después el Perdón, el Trabajo, y ya se va viendo una evolución importante. Ante ello nos mimetizamos con una parte de Andalucía, que todos conocemos, y pretenden andar como ellos, lo que para mí es un error. Hay que llamar la atención desde el trabajo bien hecho, con un andar elegante y bien hecho, no desde el trabajo espectacular.
P.- ¿Cuál ha sido la salida más larga, respecto a la ‘chicotá’, que has presenciado?
R.- Con la Borriquilla una vez unieron cuatro marchas, como un popurrí, hicimos desde la salida hasta San Juan de Dios. Aunque suelo hacer dos o tres marchas. Hay que ser moderados.
P.- ¿Qué prefieres, la salida o el regreso?
R.- Todo.
P.- Semana Santa, ¿en Granada o en Sevilla?
R.- Granada, siempre.
P.- ¿Con qué momento de la Semana Santa te quedas?
R.- Hay muchos y tengo la suerte de vivir muchos de ellos. El principio y el final de la Semana Santa, las tres de la tarde en el Campo del Príncipe, subir y bajar la cuesta de San Cecilio, y si este año me toca sacar el Silencio... son momentos que difícilmente coge uno.
P.- Cuando acaba la Semana Santa, ¿qué?
R.- A vivir del recuerdo, a reunirse con los amigos, comentar lo vivido, descansar, relajarse, sentirnos satisfechos si han salido las cosas bien y, si han salido mal, reunirnos entre todos y poner remedios.
TEST GD COFRADE
¿Qué te viene a la cabeza cuando te digo?
o Cuaresma: Ensayo
o Ensayos: Noches
o Domingo de Ramos: Ilusión
o Incienso: El perfume de mi vida.
o Un Cristo: Muchos. Todos.
o Una Virgen: Ahí, que me permitan todos, la Misericordia.
o Una marcha: "Soleá dame la mano" de banda musical, "Cristo del amor" de cornetas y tambores, y de agrupación musical "Himno de San Antonio"
o Una calle del recorrido oficial: La calle Ganivet.
o Un deseo: Que salga todo bien y no llueva.
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