Alcalde, qué alcalde

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Antonio Resines y Luis Ciges, en un fotograma de la excepcional película 'Amanece que no es poco', del recientemente fallecido José Luis Cuerda | Foto: Youtube
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Tras el fallecimiento de Cuerda, el director de cine de Amanece que no es poco, uno tiene la tentación de comparar algunas de sus memorables escenas con lo que pasa en nuestro Ayuntamiento. En el pasado Pleno los socios de gobierno de PP y C´s entraron en una trifulca que conllevó la dimisión de Sebastián Pérez como presidente del PP al sentirse traicionado por buena parte de sus compañeros concejales, y por el propio alcalde, el Sr. Salvador, por tirarse a los brazos de Vox como un enamorado. Y en toda esta trifulca, uno no puede pensar más que en Gabino Diego que es el líder de un grupo de jóvenes americanos, que representan los concejales de Vox, que le dicen a Sebastián y a Luis, que han discutido si la técnica del carnero les viene bien en el caso que les ocupan y han decidido que el alcalde le toca las pelotas -a los americanos-, y que tienen un poder omnívodo y que podrían actuar de otra forma, pero deciden imponer su voluntad.

La pareja de Luis y el portavoz de Vox podrían ser la de los guardias civiles que van camino del bar para ordenar cómo se emborracha el populacho. Durante el trayecto, el guardia Fermín le comenta a su compañero: Lo de dar guantazos es un esquema muy sintético que conviene utilizar poco, y utilizarlo bien, casi en plan poético, diría yo. Y esto resume bien cómo se están repartiendo mamporros las tres derechas: Salvador contra Olivares, Sebastián contra César Díaz, Salvador y Onofre contra Sebastián... Claro que no lo están haciendo en plan poético, sino en plan mucho más prosaico.

Y es que para ellos no hubo elecciones libres. Las elecciones eran una excusa para echar del poder al PSOE y al alcalde Paco Cuenca. Una vez logrado este objetivo, pues ya empezó la trifulca. Unos querían hacer de Quique San Francisco y cambiar el papel: El alcalde soy yo; no señor, el alcalde soy yo aunque sea dentro de dos años; que te he dicho que lo que diga Miralles... Pero si tú tienes 4 concejales; ya, pero si quieres la Diputación de Málaga y mantener Murcia, pues esto es lo que hay...

Efectivamente, todos, PP, C´s y Vox, eran conscientes, desde el minuto primero, de que estaban vendiendo Granada, que se trataba de una partida de cartas donde, como antaño, uno se jugaba las tierras o una yegua. Y desde el minuto primero Granada fue una bien pagá por estos señores tan patrióticos que son capaces de vender su patria chica con tal de conservar el poder. El poder no para transformar la vida de la gente, sino para conservar y aumentar los intereses de los suyos.

Toda esta historia la podría resumir la escena de D. Roberto, el maestro. Las tres derechas, como los que hacían la ocupación pacífica en Amanece que no es poco, se pasan por el forro el decoro y, finalmente, imponen un examen para valorar los conocimientos del alumnado del pueblo. A partir de ahí, la gobernabilidad de esta ciudad, su día a día, es un galimatías vergonzante, repugnante desde un punto de vista ético: Las ingles, su importancia geográfica... Las ingles en la antigüedad... Cómo hay que tocar las ingles... Un kilo de ingle... Qué ingle... Qué alcalde.

La ciudadanía de Granada se pregunta estupefacta quién gobierna aquí, por qué se ha vendido Granada. Por lo pronto, lo que sabemos es que la veda por liderar la derecha está abierta y que las puñaladas traperas continuarán. El Sr. Díaz que sueña con ser candidato, Salvador con consolidarse, Pérez que se va pero que amanaza con volver, Olivares que vive para aniquilar a Luis y a los corporativos socialistas... En fin, todo por Granada pero sin Granada. Cuerda DEP.