Los niños más necesitados de Granada buscan hogares de acogida
La asociación Aldaima necesita familias que puedan cuidar a pequeños con dramas familiares y brindarles un techo donde desarrollarse
La gente de a pie, los que creen que tienen una vida normal, que los problemas más serios no están cerca, deberían ser conscientes de las penurias que hay alrededor de ellos. Ni siquiera hace falta salir de Granada. En la misma provincia hay muchísimos niños en situación de necesidad, buscando un hogar en el que vivir temporalmente hasta que se resuelve su situación familiar. Son pequeños que, por circunstancias de la vida, les ha tocado criarse y desarrollarse en un ambiente irrespirable para un alma infantil. Familias desestructuraras, con problemas de adicciones, donde ha habido abusos, violencia e incluso despreocupaciones por la alimentación y el aprendizaje. Una serie de dramas que quedan grabados en la retina de los niños y que, al fin y al cabo, son los que menos culpa tienen de todo eso.
Aldaima es una asociación que nace de la inquietud de un grupo de profesionales que trabajan en el ámbito de la protección infantil. Ellos buscan sensibilizar e impulsar el acogimiento familiar como medida prioritaria para los niños más necesitados. Entre sus proyectos, el objetivo es prevenir e intervenir contra el maltrato infantil. Esta asociación pide ahora más que nunca ayuda humanitaria. Tras la pandemia, desde Aldaima afirman que "se han reactivado los casos de chiquillos que están expuestos a esos problemas". Ahora están llegando más chicos que familias de acogida hay y, por lo tanto, tienen un problema "grave".
Estos niños, que tienen desde unos meses de vida hasta los siete años, aparte de las dificultades ya enumeradas, plantean otros contratiempos a los que tienen que hacer frente las casas de acogida. Estos son afrontar negligencias en los cuidados básicos, como el de los dientes, cuidar la higiene personal, alimentarlos debidamente, tratarlos tras haber experimentado maltratos. Circunstancias que, al principio, pueden dificultar la convivencia hasta que se adaptan a unas nuevas normas.
Nuevos padres de acogida
José y Eva María son una de las parejas que hay afiliadas a la asociación Aldaima. Hace 12 años, siendo recientemente padres primerizos, tantearon la posibilidad de ofrecer su hogar como una residencia de acogida. Sin embargo, por sus circunstancias personales en ese momento la solicitud fue denegada. Continuaron su vida, formando su propia familia, y hace un tiempo recordaron la idea que tuvieron más jóvenes. "¿Y si probamos ahora? Tal vez sea un buen momento", fue la pregunta que se hicieron. Sin dudarlo, acudieron de nuevo a Aldaima y volvieron a ofrecer su casa como un posible destino.
En esta ocasión, y desde hace casi dos meses, pudieron hacer realidad su deseo. Eva, cuando accedía a la sede de Aldaima para hacer la entrevista, lo primero que ha dicho ha sido ofrecer su casa: "Cuando necesitéis una, aquí nos tenéis para mandarnos los que hagan falta". Una muestra de que la solidaridad y el corazón de esta familia puede contra cualquier situación de vulnerabilidad que se les presente por delante. Unidos son capaces de sacarlo adelante.
No solo estas acciones repercuten en la paz mental de las personas por obrar bien. También son lecciones humanitarias para sus propios hijos. "Hoy en día creemos que lo tenemos todo, pero, más bien, somos afortunados. Pensamos que el drama está lejos de nosotros, pero desgracias como las de estos chicos no hacen más que demostrarnos que a la vuelta de la esquina puede haber situaciones de necesidad. Nuestros hijos, viendo los problemas de ellos -refiriéndose a los niños acogidos-, son conscientes de las dificultades y les ayuda a madurar, a apreciar las cosas de la vida", se sincera Eva María.
'Programa de urgencia'
El programa que plantea Aldaima es ofrecer un hogar estable a estos niños en situaciones de vulnerabilidad. De esta forma, tienen un techo donde desarrollarse en un tiempo aproximado de seis meses. Es el denominado como 'Programa de urgencia'. Aunque ese periodo de medio año "no suele ser suficiente para que lleguen a una decisión final sobre los menores", como aseguran las trabajadoras de Aldaima que atienden a GranadaDigital. Normalmente la duración media en la que los niños están con sus guardadores, como así se les conoce a las personas que los acogen, asciende hasta los 18 meses. Pese a esto, pueden hacerse cargo de ellos hasta que se resuelve el caso de forma definitiva.
Mientras tanto, estos nuevos 'padres' portan consigo un documento que acredita que están bajo su responsabilidad. Hay ocasiones en las que los progenitores biológicos se entrometen y pueden ocasionar problemas legales. De esta forma, esquivan cualquier suceso delictivo. Los niños son de la provincia de Granada casi en su totalidad y, por tanto, sus padres, a menudo, se entrometen en estas relaciones más recientes. Es algo que saben aquellos que se ofrecen como voluntarios y con lo que deben lidiar.
De forma legal, muchos de los niños reciben una visita de sus ascendientes, bien sea semanal, quincenal o mensual, pero tienen una regulación que les permite verlos durante una hora en ese periodo de tiempo estipulado. La decisión queda en manos de un equipo de técnicos gestionados por la Junta de Andalucía, quienes son, desde el momento en el que separan a los padres de sus hijos, quienes ejercen como tutores legales de los menores.
Hay otro caso distinto que sucede cuando tanto padre como madre firman conjuntamente una renuncia a la patria potestad sobre su hijo. Desde el momento de la firma, tienen un mes para sopesar si la decisión es definitiva. Al cumplirse el plazo, los padres renuncian a todos los efectos a los cuidados de los pequeños y, ya sí, pasan a estar en adopción. Con su nueva familia disponen de un periodo de prueba indeterminado de tiempo, en el que se certifica que tendrán todo lo que necesitan, para finalmente recibirlos en adopción.
Son muchos los niños que están en problemas, con necesidad de encontrar una casa donde, al menos, vivir los próximos meses hasta que se dé una solución a su caso. Por ello, la asociación Aldaima necesita familias que quieran y tengan la posibilidad de ayudar. Al fin y al cabo, son solo niños.