Aldeas Infantiles SOS, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016

Aldeas Infantiles SOS es una organización privada de ayuda a la infancia, internacional, sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es ofrecer a los niños una familia, un hogar estable y una formación sólida

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Imagen ilustrativa | ALDEAS INFANTILES SOS
E.P.
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Aldeas Infantiles SOS ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016, según ha hecho público este martes en Oviedo el jurado encargado de su concesión. Esta candidatura ha sido propuesta por Amaya Valdemoro, exjugadora de la selección española de baloncesto.

Aldeas Infantiles SOS es una organización privada de ayuda a la infancia, internacional, sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es ofrecer a los niños una familia, un hogar estable y una formación sólida, adoptando un modelo familiar de carácter universal, en función de las características sociales y culturales de cada país.

Fue fundada en 1949, tras la II Guerra Mundial, por Hermann Gmeiner, creando la primera Aldea en Imst (Austria). Actúa como una federación de asociaciones nacionales de Aldeas Infantiles SOS, con presencia en 134 países y territorios. Su actual presidente es el indio Siddhartha Kaul. En España está presente desde 1967, aunque se constituyó oficialmente en 1981.

Con la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas como guía, Aldeas Infantiles SOS fue pionera en una forma de trabajar a largo plazo con los niños huérfanos o abandonados, para los que construye un entorno familiar en cuyo seno el menor tiene la oportunidad de crear lazos afectivos y desarrollarse integralmente como persona hasta la edad adulta.

Los cuatro principios sobre los que trabaja la organización son: un entorno familiar protector, el apoyo de redes familiares y sociales, la toma de decisiones y acciones basadas siempre en el interés superior del niño y la participación de los niños en la toma de decisiones que afecten a su vida.

Cada Aldea Infantil SOS está compuesta por varios hogares en los que viven las denominadas 'Familias SOS', formadas por una madre o padre o ambos, que conforman un entorno en el que procuran que los menores se sientan respetados, queridos y protegidos, como si estuvieran en su propia casa. En el proceso de acogida de Aldeas Infantiles SOS, los grupos de hermanos biológicos siempre se mantienen unidos.

Cada aldea tiene un equipo de educadores, psicólogos y otros profesionales que proporcionan la ayuda necesaria para conseguir el mejor desarrollo de cada niño acogido, a través de la atención personalizada. Aldeas Infantiles SOS también trabaja en el fortalecimiento de familias vulnerables, de modo que puedan atender adecuadamente a sus hijos.

En todo el mundo existen más de 570 aldeas infantiles atendiendo a más de58.880 niños, y más de 1.880 centros -residencias de jóvenes, colegios, hospitales, etc.- y programas desarrollados por la organización, que atienden a más de 490.000 niños, jóvenes y adultos.

Ha ofrecido más de 943.000tratamientos médicos en sus 76 hospitales y su programa de atención de emergencias ha tenido más de 725.000 beneficiarios en todo el mundo. Aldeas Infantiles SOS España, que cuenta con ocho aldeas en Barcelona, Pontevedra, Madrid, Granada, Cuenca, Santa Cruz de Tenerife, Zaragoza y Las Palmas de Gran Canaria en las que atendió, en 2014, a 6.275 niños y jóvenes, también financia otras quince aldeas en Iberoamérica y tres en África, que abarcan a17.228 niños y jóvenes.

Aldeas Infantiles SOS también se moviliza ante situaciones de crisis o catástrofes en cualquier lugar del mundo para dar cobijo a los menores afectados. Por ejemplo, en 2013, la organización se movilizó en Filipinas, tras el tifón Haiyan; en Siria, la República Centroafricana y Malí. Su financiación proviene principalmente de las aportaciones de socios y padrinos, además de donaciones de particulares o instituciones públicas y privadas.

En esta edición concurrían un total de 33 candidaturas, procedentes de Austria, Brasil, Colombia, Corea del Sur, Cuba, Estados Unidos, Filipinas, India, Irlanda, Japón, México, Portugal, Rusia, Sudáfrica, Suiza, Timor Oriental, Ucrania, Venezuela, Vietnam y España.

El jurado de este Premio -convocado por la Fundación Princesa de Asturias-estuvo presidido por Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias, e integrado por Íñigo Abarca Junco, José María Arias Mosquera, conde de Fenosa, Antonio Basagoiti García-Tuñón, Antonio Brufau Niubó, Sol Daurella Comadrán, Felipe Fernández Fernández, Pedro Luis Fernández Pérez, José Antonio Fernández Rivero, Emilio Ferré Solé, Santiago García Granda, José Luis García Palacios, Ignacio Garralda Ruiz de Velasco, Antonio Huertas Mejías.

Alicia Koplowitz Romero de Juséu, marquesa de Bellavista, Wenceslao López Martínez, Teresa Mallada de Castro, Adolfo Menéndez Menéndez, José Oliu iCreus, Matías Rodríguez Inciarte, Ángel Carlos Ron Güimil, Pedro Sanjurjo, Andreas Schierenbeck, Antonio Suárez Gutiérrez, Ángel Antonio del Valle Suárez, José María Villanueva Fernández, Juan-Miguel Villar Mir, Santiago de Ybarra y Churruca, conde de El Abra, y Pedro de Silva Cienfuegos-Jovellanos (secretario).

Este ha sido el último de los ocho Premios Princesa de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su trigésimo sexta edición. Anteriormente fueron otorgados el Premio Princesa de Asturias de las Artes a la actriz y directora de escena Núria Espert; el de Comunicación y Humanidades, al fotoperiodista estadounidense James Nachtwey.

El de Ciencias Sociales, a la historiadora británica Mary Beard; el de Investigación Científica y Técnica al ingeniero mecánico y biofísico estadounidense Hugh Herr; el de los Deportes, al triatleta español Javier Gómez Noya; el de las Letras, al escritor estadounidense Richard Ford y el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC en inglés) y el Acuerdo de París.