Alejandro Fernández espera salir de prisión “antes de Navidad”
El abogado del joven condenado a cinco años de prisión por pagar con una tarjeta falsa afirma que el mismo día que Justicia firme el indulto parcial Fernández puede estar en libertad
Alejandro Fernández, el joven granadino que fue condenado a cinco años de prisión por pagar en 2010 casi 80 euros con una tarjeta falsa, continúa su lucha por alcanzar la libertad desde la prisión de Albolote. Una contienda que parece estar cada vez más cerca de acabar tras la posición favorable tanto del Ministerio Fiscal como de la Audiencia Nacional para aprobar un indulto parcial de tres años de su pena, lo que haría posible que el granadino saliese de la cárcel.
“Alejandro espera poder estar fuera de la cárcel antes de Navidad”, señala rotundo Francisco Javier Gómez, el abogado de Alejandro Fernández. Tal y como muestra el letrado, “se me hace impensable que antes de que acabe el año no haya una respuesta del ministro de Justicia, quien tiene que dar la resolución final”.
Según expresa Javier Gómez, el ministro de Justicia “no tendría por qué tardar tanto en responder cuando lo difícil ya está hecho”, en relación a los informes favorables del Ministerio Fiscal y la Audiencia nacional, que indicado que “ el condenado carece de antecedentes penales, ha mostrado su arrepentimiento por la participación en el hecho delictivo, tiene contrato de trabajo estable y mantiene muy buena conducta en el Centro Penitenciario de Albolote”, según se puede observar en el informe de la Audiencia Nacional, al que ha tenido acceso Granada Digital.
“Se me hace impensable que acabe el año y no tengamos respuesta del ministro. Pero también hay que decir que creíamos que iba a estar mucho antes de Navidad fuera de prisión y ya se acerca la fecha. Pero, aún así, no concibo de ninguna manera que pase la Navidad en prisión”, recalca el letrado al respecto.
Una situación que está despertando en Alejandro Fernández una mezcla de sentimientos encontrados, pues, según explica Gómez, cuando Alejandro se enteró de las novedades sobre el indulto parcial se mostró "contento e ilusionado", pero conforme el tiempo va trascurriendo, esa alegría se torna en desánimo pues “pasa el tiempo y ve que no se resuelve”. “Cuando una persona tiene tan cerca la libertad, cada día que pasa es una eternidad. Alejandro tiene la libertad tan cerca que cada día que pasa se hunde al ver que no llega el día de salir”, afirma Francisco Javier Gómez.
Según las palabras del abogado del joven, el principal motivo de que la situación de Alejandro Fernández se encuentre en “suspense” es que no existe ninguna normativa que muestre un periodo de tiempo en el que el ministro de Justicia deba resolver una situación de indulto parcial, pero “no tendría mucho sentido que se tire más tiempo para resolverlo porque si no el indulto ya no serviría de nada”.
Si la respuesta del ministro de Justicia fuese positiva, en el mismo momento en el que se notificase la noticia a Alejandro Fernández, éste pasaría a ser puesto en libertad “inmediatamente”, según informa Gómez. “Alejandro no tendría que ir a firmar, ni ir a dormir por las noches a la prisión ni nada, pasaría a estar en libertad como cualquier persona que no haya cometido ningún delito”, añade el letrado.
Y es que, tal y como adelantaba Granada Digital, si el Ministerio de Justicia decidiera dar el “visto bueno” a este indulto parcial, Alejandro Fernández pasaría de estar condenado a cinco años de prisión a estarlo a dos, lo que posibilitaría que estuviese en libertad sin cargos con la condición de que no cometiera ningún tipo de delito en el margen de cuatro años.
"Alejandro solo piensa en lo que ha dejado fuera, en el trabajo que consiguió después de tanto esfuerzo y en la casa que tiene y que no pueden pagar porque él era el único que trabajaba. Por eso, cuanto más tiempo tarden en resolver este indulto parcial, más tiempo estará Alejandro en prisión, con todo lo que esto conllevará para él", incide el abogado.
Alejadro Fernández, que tenía 18 años cuando sucedieron los hechos, fue condenado a cuatro años de prisión como responsable de un delito de tenencia de tarjetas de crédito o débito destinadas a su tráfico, y a un año por estafa, junto con otras siete personas. El joven mantuvo en todo momento que ignoraba que la tarjeta que usó era falsa y que se le había dado un amigo, e ingresó en la cárcel en Granada al no prosperar las distintas acciones que emprendió para evitarlo.¡