La Alhambra invierte 500.000 euros en la recuperación del Albercón de Cartuja
El proceso de rehabilitación tendrá varias fases en función de las investigaciones y descubrimientos que se realicen
El Patronato de la Alhambra y Generalife invierte 500.000 euros en la recuperación del Albercón del Moro o de Cartuja, según ha informado este lunes en una nota la Universidad de Granada (UGR) tras una visita de la rectora, Pilar Aranda, con la directora del organismo que gestiona el monumento nazarí, Rocío Díaz, a las obras del espacio patrimonial universitario.
La rectora de la UGR, Pilar Aranda, y la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocía Díaz, han hecho esta visita junto al delegado de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Granada, Antonio Granados, conociendo así el proceso de rehabilitación, que tendrá varias fases en función de las investigaciones y descubrimientos que se realicen.
Las obras de esta primera fase comenzaron el pasado 11 de junio y durarán varios meses. Los trabajos, en todas las etapas que se vayan desarrollando en el futuro, son posibles gracias a un convenio de colaboración firmado entre la UGR y el Patronato de la Alhambra y el Generalife por la que éste, dependiente de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, realiza una inversión de 500.000 euros. La institución académica también ha firmado otro convenio con Emasagra, que realiza una inversión de 240.000 euros.
Durante la visita a las obras, que se extenderán varios meses, Pilar Aranda ha explicado que este es "un proyecto ambicioso de ciudad" que cumple dos funciones, en primer lugar, rehabilitar un espacio patrimonial que lo necesita y que así se da a conocer a la ciudadanía y, en segundo, contribuir a situar a la UGR "como una institución aún más abierta" a la capital y la provincia.
Es un "proyecto en el que hemos puesto mucha ilusión porque, en este caso, recuperar este patrimonio nos permite conectar zonas de la ciudad que parece que pudieran quedar más alejadas de otras redes ciudadanas", y "cuya importancia aún puede crecer mucho según nos apuntan los investigadores".
Por su parte, Rocío Díaz ha explicado que "la Alhambra cumple así con el compromiso adquirido con la universidad granadina para invertir en esta intervención que permitirá recuperar un espacio de gran valor patrimonial y convertirlo en un área abierta para la ciudadanía". La directora ha insistido en que "hacemos posible que la riqueza que genera" el monumento "mire a Granada y los granadinos para invertirse en la ciudad, en proyectos concretos mediante convenios con otras instituciones".
Para Díaz, "este proyecto es, además, una oportunidad única de poner el foco en la salvaguarda de nuestro patrimonio, ya que pretende recuperar un elemento prioritario, por su singular interés, dentro del proyecto integral para la puesta en valor del Campus de Cartuja, un espacio periurbano con un alto contenido histórico y paisajístico que la Universidad de Granada desea poner al servicio de la ciudad".
Según explica Guillermo García Contreras, profesor e investigador de la UGR y responsable de las excavaciones arqueológicas que se realizan en el albercón, un espacio que en la época nazarí --quizá antes según los últimos descubrimientos-- formó parte de una almunia, un palacio a las afueras de la ciudad destinado al ocio. Por la literatura existente, y coincidente con lo que se ha descubierto, esta es la más que posible localización de lo que en el siglo XIV fue un palacio de Ibn al Jatid, visir de Mohamad V. Posteriormente, en el XVI, los cartujos se quedaron con el recinto, para construir un monasterio. Más adelante, con las desamortizaciones del siglo XIX, los jesuitas compraron el lugar para construir una zona de recreo que, ya en el siglo XX, fue un espacio de recreo. El albercón en concreto ha tenido uso desde hace siglos como reservorio de agua.
Las obras de rehabilitación tienen como objetivo no solo el albercón sino también un templete que se construyó posteriormente y el entorno en general, con el objetivo de acercarlo a la ciudadanía para que pueda conocerlo y hacer uso de aquel espacio situado en un lugar privilegiado de la ciudad. Emasagra, por su parte, además de su contribución económica asume el traslado del depósito de agua que hay en el lugar a una nueva localización.