Alimentación, ejercicio físico regular y control del estrés, claves para retrasar el envejecimiento

La reducción calórica permite retrasar muchas de las enfermedades asociadas con la edad, como cáncer, diabetes, arterosclerosis, o enfermedades cardiovasculares

envejecimiento activo
Imagen ilustrativa | Foto: Gobierno Vasco
E.P.
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Llevar a cabo una alimentación saludable, practicar ejercicio físico de manera regular y controlar el estrés son algunas de las claves aportadas por la directora de International Medical Institute de Vithas Internacional, Cecilia Almuiña, para retrasar el envejecimiento.

"Son numerosos los compuestos que han demostrado ejercer actividades biológicas relacionados con el antienvejecimiento, tales como la anti-oxidación, antiinflamación, detoxificación. En líneas generales, se trata de evitar los productos perjudiciales o que puedan llegar a ser tóxicos y elegir alimentos cuyos componentes hayan demostrado contrarrestar los principales procesos biológicos responsables del envejecimiento", ha comentado.

En este sentido, la experta ha informado de que existen tres elementos clave a la hora de elegir una alimentación saludable: el contenido antioxidante de los alimentos, la selección de alimentos fuente de grasas insaturadas y las proporciones saludables mediante la restricción calórica necesaria en cada caso.

No obstante, todo ello debe ir acompañado con la supervisión médica necesaria para aportar los nutrientes óptimos en las proporciones saludables y bajo los principios de una alimentación sana: suficiente, variada y equilibrada, ajustada a las necesidades de cada persona.

PUNTOS CLAVE PARA UNA ALIMENTACIÓN ANTIENVEJECIMIENTO

En concreto, los alimentos de origen vegetal son los que aportan mayor contenido antioxidante, especialmente las frutas y hortalizas, el cacao, el aceite de oliva virgen extra, las aceitunas, el té verde y los frutos secos.

"Este tipo de alimentos contienen de forma natural una serie de sustancias antioxidantes, como son el ácido ascórbico o vitamina C, presente en cítricos y verduras, como lechuga, pimientos, patata; la vitamina E, principal antioxidante liposoluble del organismo; carotenoides, que se encuentran en alimentos de colores naranjas, rojos y amarillos, como tomates, zanahorias o pimientos y polifenoles, que se presentan en alimentos como el cacao, las uvas negras y el aceite de oliva virgen extra, entre otros", ha explicado la doctora.

Otro elemento clave es el contenido graso insaturado de los alimentos, puesto que una dieta rica en Omega 3, que se encuentra de forma abundante en hojas verdes, aceites de semilla y aceites de pescado, y Omega 6, especialmente presente en aceites de maíz, girasol y soja, tiene efectos biológicos protectores de la salud como, por ejemplo, anticancerígenos, antiinflamatorios, antiagregación plaquetaria y de protección frente a la sequedad de la piel.

El último punto es la restricción calórica que, como señala la especialista, consiste en equilibrar el consumo de calorías de la dieta en consonancia con el gasto calórico. "Con ello conseguimos niveles más bajos de glucemia, menor proporción de radicales libres y un incremento de los niveles de adiponectina, que tiene un efecto antidiabético y antiaterogénico. La reducción calórica permite retrasar muchas de las enfermedades asociadas con la edad, como cáncer, diabetes, arterosclerosis, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas", ha zanjado la especialista.