Almuñécar 'cierra' cuatro playas por exceso de aforo, una de ellas en La Herradura
La Policía Local ha tenido que regular el acceso a la zona oeste de San Cristóbal, Calabajío, El Pozuelo y la cala conocida como 'La Playita'
La Policía Local de Almuñécar ha tenido que regular este domingo el acceso a cuatro playas del municipio -una de ellas en La Herradura- por exceso de aforo ante el plan de contingencia establecido por la Junta para el litoral andaluz. A lo largo de la semana, esta circunstancia ya se ha venido repitiendo en la Costa granadina.
Uno de los espacios con más bullicio se ha localizado al oeste de la Playa de San Cristóbal. Concretamente, junto a la urbanización Chinasol. La abundante concentración de bañistas, consecuencia de la fina arena existente en el lugar, ha obligado a los auxiliares de playa a controlar las entradas y salidas en el área, así como a repartir la ocupación en la orilla a través de la parte central de San Cristóbal y hasta las inmediaciones del chiringuito El Piliki.
Además de San Cristóbal, el Ayuntamiento ha 'cerrado' Calabajío, El Pozuelo y una pequeña cala de La Heradura, junto a la Punta de La Mona, conocida por los vecinos como 'La Playita' o 'La Rijana', que no debe ser confundida con la playa del mismo nombre que hay en Gualchos.
Las altas temperaturas en la capital han animado a centenares de granadinos a aprovechar el domingo para bajar a la Costa. Allí, el día ha amanecido con bandera verde y una temperatura de 23 grados. Pero el paso de las horas ha elevado los mercurios hasta los 27, propiciando aún más afluencia a las playas.
Desde el Ayuntamiento de Almuñécar se recuerda que lo único que se hace en estos casos es regular la gente que entra, como en los establecimientos cerrados, evitando que accedan a las orillas más personas de las que ya han salido cuando se excede el aforo.
Las medidas actuales impiden pasar más de cuatro horas seguidas en la playa, una limitación que no es fácil controlar y que no todos los bañistas cumplen. Muchos incluso se dejan las sombrillas puestas una vez han abandonado la playa, con el objetivo de preservar el sitio horas después.
Esta medida, que ya estaba prohibida antes de la pandemia de Covid-19, ha costado más de un disgusto, pues desde el Ayuntamiento avisan de que cuando un nuevo bañista no puede acceder a su parcela -sobre todo cuando las playas están 'cerradas'- la Policía Local puede proceder a retirar esos enseres personales.