Almuñécar vibra con la procesión de su Patrona Coronada
Fue un acto multitudinario que volvió a marcar en el calendario de la ciudad una de esas jornadas donde ni la amenaza de lluvia no impidió que todo se desarrollará como estaba previsto
Almuñécar volvió a vivir con devoción y solemnidad la festividad de su Patrona, Virgen de la Antigua Coronada. Decenas de miles de personas vibraron anoche con la procesión marítimo-terrestre y los fuegos artificiales declarados de Interés Turístico
Eran casi las 20,30 horas cuando salía a la calle desde la iglesia parroquial a la Patrona de Almuñécar, que junto con la Banda Municipal de Música sexitana, cerraba el cortejo procesional que había quedado formado en la Puerta de Granada.
En el atrio y las calles aledañas al templo parroquial aguardaba numeroso público, mucho de ellos preparados con toda clase de medios para plasmar el momento. Por supuesto la comitiva religiosa estaba formada por el cura párroco Vicente Guerrero acompañado por representantes de la Hermandad de la Virgen de la Antigua. Abría el cortejo una amplia representación de cofradías y hermandades. A la que se unía la representación municipal encabezada por la alcaldesa, Trinidad Herrera,
Ya en la calle el trono de la Patrona, portado por unos 60 horquilleros, a las órdenes de Marcos Najarro y a los sones de la citada Banda Municipal de Música de Almuñécar bajo la dirección de Manuel Vargas Gardón, avanzaron en el recorrido hasta alcanzar las primeras avenidas tras abandonar la Puerta de Granada.
La Virgen de la Antigua, que fue coronada el pasado día 6 de agosto, lucía más bella que nunca con una decoración floral con “piñas” formadas por rosas y nardos que destacaba en los respectivos ángulos del trono. Además de las coronas, Virgen y el Niño, lucía, por sexto año consecutivo el bastón de “Alcaldesa Honorifica” y la “Medalla de la Ciudad” que le fue concedida por el pleno de la Corporación. Todos querían verla porque era su primera salida tras la citada coronación.
Fue una tarde gris, calurosa y con alguna brisa, que hacía ondear a la numerosa decoración que fue instalada hace dos semanas con motivo de la Coronación. Se temía que lloviera. Al final fueron solo cuatro gotas en distintos momentos del recorrido. Fue solo en la zona del parque El Majuelo, cuando el reloj marcaba la diez de la noche, cuando se dejó notar algo más esas gotas.y fue entonces cuando se cubrió la Imagen “por precaución”, si bien solo fue cubierta unos 50 metros.
Fueron varios momentos muy intensos para los horquilleros y camareras, muchas de ellas portando mantillas blancas. No faltaron los tradicionales cantes y bailes del fandango cortijero en Honor de la Patrona. Como es costumbre al llegar a la avenida Costa del Sol aguardaba el grupo de cante y músicos que hicieron bailar al grupo de fandango encabezado por Inés Prados López.
Era el día grande de Almuñécar y su gente, algo que se notaba a lo largo del recorrido. La procesión se hizo despacito para llegar a la playa de San Cristóbal dos horas más tarde.
Al finalizar el baile se abrió un pasillo desde el paseo hasta la orilla para que pasara la Virgen. Había sido introducida en una hornacina de cristal y portada por cofrades hasta su barco. Si hasta su barco porque desde seis años la Patrona cuenta con barco propio. Acompañadas por decenas de embarcaciones que iluminaban el paso del barco de la Patrona hasta alcanzar el Peñón de Fuera, cuando ya comenzaría a quemarse un gran castillo piro-musical de fuegos artificiales que se encargó un año más los responsables de la pirotecnia Esteban Martín de Motril.
El sonido, el fuego, la luz y el color ocuparon espacios como los de los Peñones del Santo, El Castillo de San Miguel o la playa Puerta del Mar, junto con el propio Mar Mediterráneo. El escenario es único y muy especial.
Según la historia, la Virgen de la Antigua fue nombra Patrona de Almuñécar en e1 año 1569. Ayer como en los últimos más de cuatro siglos los almuñequeros volvieron a venerarla con toda la devoción. Fue un brillante broche a una semana intensiva de fiestas patronales que vivió la ciudad sexitana, tanto de día como de noche.