Aluvión de renovaciones y primer fichaje confirmado para el futuro proyecto del Covirán

El club rojinegro anuncia de una tirada que Wiley, Valtonen, Rousselle, Bamforth y Pere Tomàs seguirán siendo rojinegros, así como el fichaje de Rubén Guerrero

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Seis primeros jugadores confirmados para el tercer año de Covirán en la ACB | Foto: Fundación CB Granada
Ainoa Morano
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El Covirán pasa de crear 'hype', intriga o expectación para los menos dados a los términos de las nuevas generaciones, en lo que al mercado de fichajes ser refiere. Desde hace varios días se especulaba con los jugadores que podrían conformar ese bloque de efectivos ya conocido y columna vertebral del equipo de cara a su tercer año en la ACB. Nombres que el conjunto rojinegro ha confirmado este miércoles de una sentada.

El club granadino ha desvelado en tan solo una publicación quienes conformarán parte de su plantilla la próxima temporada. Cinco nombres que, sin duda alguna, generan una gran ilusión en una afición que quiere seguir soñando con la élite del baloncesto español y, sobre todo, sufrir un poco menos. Para conseguir ese objetivo, Jonathan Rousselle, Scott Bamforth, Pere Tomàs, Elias Valtonen y Jacob Wiley se enfundarán un año más la elástica rojinegra. Cinco jugadores que se han ganado con creces continuar en el Covirán y que toda la confianza se deposite en ellos.

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A ellos se une el primer fichaje de la temporada, Rubén Guerrero. El nombre del malagueño también sonó para la disciplina rojinegra desde hace unas semanas y ha sido confirmado junto a los cinco compañeros que ya se sabe conformarán la plantilla de Pablo Pin. El que fuera pívot de Monbus Obradoiro durante las dos últimas temporadas, canterano también del Unicaja y formado en la NCAA llega a Granada en busca del protagonismo que no encontrado bajo las órdenes de Moncho Fernández. Ha jugado un total de 25 partidos a lo largo del año, con una media de poco más de ocho minutos, tiempo en el que ha promediado 2'2 puntos y 2'8 rebotes. Sus números no son imponentes, pero sí su físico, arma de la que se vale para ser un pívot que se hace notar en la zona y que sin duda dará a los rojinegros un salto más en su nivel físico.

En el apartado de renovación, Jonathan Rousselle será uno de los elegidos para llevar la batuta del equipo. El base francés llegó a Granada a principios del mes de diciembre como sustituto de Yiftach Ziv. En sus primeros encuentros ya demostró que la edad no sería un impedimento para sacar a relucir en la pista la energía y la electricidad necesarias para ser determinante en varios encuentros. Vital para conseguir la victoria en la Fonteta ante la baja de Lluís Costa, líder en tierras malagueñas en uno de los partidos más complicados para los rojinegros de la temporada o heroico en el último encuentro del año ante Gran Canaria, siendo quien levantó al equipo cuando la permanencia estaba más lejos para hacer perdurar el sueño de la ACB un año más. Las lágrimas de Rousselle aquel 12 de mayo eran una señal inequívoca de un objetivo cumplido para un jugador al que habían desahuciado en su tierra. De un luchador que quiere seguir con su carrera y de quien ha podido encontrar un lugar y un entrenador con quien desarrollar su mejor juego.

Junto a Rousselle estarán dos de los nombres propios de la temporada: Jacob Wiley y Elias Valtonen. Ambos jugadores llegaron a la ciudad de la Alhambra en febrero como refuerzos para la segunda mitad de la campaña. Dos fichajes que demostraron la importancia de contar con efectivos con experiencia en la competición. La incorporación del pívot estadounidense fue como esa pieza que completa un puzzle. Su energía y su intensidad permitía a Pablo Pin dar descanso a sus interiores para conseguir un mayor equilibrio en el juego. Wiley hacía mejores a los demás. En el caso de Valtonen, a pesar de su juventud, su inteligencia en la toma de decisiones defensivas y ofensivas y su acierto desde el tiro exterior dieron al Covirán un tirador más de garantías y siempre dispuesto a pelear sobre el parqué, fuese cual fuese su minutaje. Entre ambos han promediado 17 puntos, 9'2 rebotes y 18'7 de valoración.

El Covirán hizo un gran trabajo en el mercado de invierno, unos aciertos que extrapola a este mercado de fichajes. Entre los aciertos aparece el nombre de Scott Bamforth. Aunque el escolta estadounidense llegó para el último mes de competición, su experiencia hizo que todos quedasen deslumbrados con su juego en su primer partido como rojinegro. "Parece que no era el primer partido con nosotros", expresaba Pablo Pin tras la primera actuación de Bamforth en el Palacio. En tan solo cinco partidos, el escolta promedió 10 puntos, 2'2 rebotes, 2 asistencias y 8'6 de valoración. Los puntos, la dinamita desde el tiro exterior y la lucha incansable en cada jugada están aseguradas.

Por último, pero quizás el más importante de todos, Pere Tomàs. El de Llucmajor cumplirá su cuarta temporada a las órdenes de Pablo Pin, asumiendo en esta campaña el rol de capitán tras la retirada de David Iriarte y la esperada salida de Lluís Costa. El alero será el referente, el jugador con más experiencia dentro de Covirán Granada, un líder al que seguir y escuchar, pues así se lo ha ganado. Pere Tomàs es ese tipo de jugador que cualquier entrenador desea tener. Comprometido, sin necesidad de acaparar demasiados focos y preparado para dejar sus números a un lado y hacer ese juego sucio que gana partidos. La esencia del Covirán que ascendió en 2022, de ese bloque de LEB Oro que siempre quedará en la memoria de la marea rojinegra permanecerá muy vivo en la figura de Pere Tomàs.

El Covirán ha dado su primer paso hacia el equipo que aspira a ser dentro de unos pocos meses. Las seis primeras piezas del puzzle ya están sobre la mesa y, aparentemente, parecen todos movimientos acertados. Se apuesta por la experiencia en la ACB y se dejan, de momento, los experimentos a un lado. Si los jugadores renovados muestran un nivel similar al de la ya acabada temporada y el recién llegado Rubén Guerrero saca a relucir todo lo que no ha podido mostrar en este último año, el proyecto rojinegro promete. Pero mejor no lanzar aun las campanas al vuelo.