Álvaro Vadillo, la estrella fugaz del Granada CF
El extremo suele brillar con luz propia en las primeras partes, pero disminuye su rendimiento hasta ser sustituido tras el descanso
Nacho Santana
Como la estrella fugaz surca el cielo, Álvaro Vadillo surca la banda del Granada CF. Veloz, imparable y con brillo propio, no el astro, sino el extremo gaditano, al menos durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Como si de un mantra se tratase, el '7' rojiblanco se exhibe en la primera mitad de cada encuentro con paredes, regates, llegadas y pases que generan peligro por sí solos, llegando a ser el líder de la ofensiva nazarí en numerosas ocasiones.
Sin embargo, en la segunda parte su brillo se apaga. Tan pronto como se reanuda el juego, Vadillo se opaca y su participación en el juego se reduce progresivamente. En ocasiones, parece querer resurgir con alguna carrera para presionar o armar el contragolpe, pero termina por languidecer, exhausto, merced a un estado de forma que solo le ha permitido jugar los noventa minutos en seis ocasoines, siendo dos de ellas las primeras jornadas del campeonato.
Desde entonces, la historia se ha repetido. Veintiocho partidos han disputado los rojiblancos y en veintidós se ha visto a Vadillo dejar el campo tras perder progresivamente su brillo, producto de la fatiga que arrastra un jugador que ha jugado todos los partidos hasta el momento, incluso lesionado. Ni siquiera la semana de menos carga gracias a la suspensión del encuentro ante el Reus ha ayudado al gaditano a recuperar fuerzas, acumulando ya ocho jornadas seguidas siendo sustituido.
Un brillo veloz que, tal y como llega, se apaga y se va, así es el fútbol de la más fugaz de las estrellas de este Granada, un jugador con un físico mermado producto de las constantes lesiones que han lastrado su carrera. Sin embargo, aunque sea un brillo que dure poco más de sesenta minutos, Álvaro Vadillo sigue teniendo esa magia que hace que por sus botas pase la posibilidad de guiar a los rojiblancos a Primera división.
