Amancio Prada repasa en el Festival de la Guitarra 50 años de carrera

El ilustre artista, que dijo llevar a Granada en su corazón, ofreció en el Teatro Isabel la Católica una singular antología de su obra

20240727-AMANCIO PRADA-032
Actuación de Amancio Prada en el Festival de la Guitarra | Foto: Gabinete
Gabinete
0

La relación de la poesía con la música es intensa. Basta con evocar la etimología de lírica, para entender que es un asunto que viene, al menos desde la antigüedad. Muchas veces en la poesía se habla de musicalidad. Y es que los versos, al cantarse adquieren una dimensión especial, incluso son más fáciles de entender. A fin de cuentas, ambas expresiones artísticas comparten, entre otros factores el de ritmo, como un elemento esencial. De todo esto saben bien muchos poetas y compositores. Paradigmático fue el uso de la de la Oda a la alegría de Schiller por Beethoven en su última sinfonía.

Amancio Prada entiende muy bien este concepto. Este año celebra medio siglo de la edición de su primer disco, en el que ya utilizaba estos recursos. Así lo ha continuado haciendo a lo largo del tiempo y lo ha realizado con éxito. Entre los factores de este triunfo, por encima de los tiempos y las modas, está la autenticidad. El leonés solo no adopta posturas fingidas en el escenario, sino que se muestra tal y como ha sido y continúa siendo, porque el paso de tiempo, lejos solo de dotar a sus creaciones solo de una pátina, las muestra con la misma frescura que cuando fueron concebidas, hasta el punto de que podría aplicarse a su obra, por lejana que esté su fecha de escritura, aquella frase que la tradición pone en los labios de Fray Luis de León, cuando luego de un tiempo de silencio obligado, volvió a su cátedra en Salamanca: decíamos ayer.

Granada, en su memoria

Pero ese tiempo, sí ha dotado a Amancio de una memoria, que él sabe cultivar y es capaz de recordar con una cualidad para evocar que resulta impresionante. Habló de sus vivencias granadinas, pero también de su niñez y adolescencia en su tierra natal o de sus encuentros con los poetas o de algunos momentos de su carrera.

Durante su concierto en el Festival de la Guitarra de Granada-Antonio Marín, justo después de cantar la Saeta de Bécquer con la que abrió el programa, citó alguna de las significativas veces que ha actuado en Granada, como aquel memorable concierto en el Monasterio San Jerónimo con San Juan de la Cruz como protagonista o el cinco a las cinco en que coincidió con Enrique Morente durante la celebración del nacimiento de García Lorca. Dijo llevar a Granada en el corazón y conociendo que lo suyo no es una pose, cabe calificarlo como una frase veraz.

En el Teatro Isabel la Católica, Amancio Prada, ofreció una singular antología de su obra. Machado, Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Rosalía … han sido algunos de los letristas que ha cuidado con el esmero de quien ama lo que hace. Casi solo en el escenario, acompañado por su guitarra, se basta para atraer la atención sobre él, su música y los textos. Entre sus seguidores los hay veteranos, que todavía recuerdan sus comienzos, otros que lo han ido descubriendo con el paso del tiempo y también nuevo público que asiste por primera vez a su representación y que queda emocionado ante tanto de derroche de arte y sensibilidad, incluso para hacer hermoso lo más cotidiano.

A la salida del concierto, muchos de estos espectadores que llenaron el teatro, lo esperaban con fervor. Unos querían retratarse junto a él, otros un autógrafo y muchos deseaban departir con él. Así tuvo la oportunidad de mostrar su cercanía y amabilidad. Amancio Prada supo de esta manera reconocer que su recital, una vez cantado y tañido, ya pertenece a cada uno de los que lo recibieron.