Andalucía solo tiene dos quirófanos de epilepsia, uno en Granada

El lunes 10 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia, trastorno que afecta entre 5.000 y 8.000 granadinos

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Lugar donde se produce la epilepsia | Foto: Archivo GD
Andrea Piñar Anguita
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Hoy lunes 10 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Epilepsia, una enfermedad que afecta a unos 100.000 andaluces, según la Fundación Cerebro y Salud, de los cuales, entre 5.000 y 8.000 personas serían granadinos.

La epilepsia, según la International League Against Epilepsy, es "una alteración cerebral caracterizada por la predisposición permanente para generar crisis y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales derivadas de esta condición siendo posible su diagnóstico tras una crisis aislada (no provocada)".

Se trata de una enfermedad crónica que puede controlarse en un alto porcentaje de casos, siempre y cuando esté bien diagnosticada y reciba el tratamiento adecuado. Sin embargo, existe un 30% que se resiste a los fármacos, no importa el medicamento que se tome, continuará con las crisis.

Para estas personas farmacoresistentes existe otra posibilidad, la cirugía especializada con la que podrían liberarse de estas crisis si se sometieran a esta cirugía. El problema se encuentra en que en Andalucía solo hay dos unidades públicas especializadas en cirugía para la epilepsia, una en Málaga y otra en el hospital Virgen de las Nieves de Granada. También hay otro centro privado en Sevilla.

Por eso, decenas de epileptólogos están solicitando mayor concienciación por parte de los neurólogos y neuropediatras en conocer las ventajas de la cirugía en el abordaje de los pacientes con epilepsia resistentes a los fármacos. Y, por otra parte, también piden a las autoridades mayor inversión y puesta en marcha de centros de cirugía de epilepsia en Andalucía.

La epilepsia

Afecta a personas de todo el mundo y todas las edades, en España, unas 700.000 personas están diagnosticadas de epilepsia. La OMS estima que una de cada diez personas sufre una crisis epiléptica a lo largo de su vida.

La epilepsia es un trastorno que no siempre afecta del mismo modo, hay distintos tipos de crisis, pueden ser generalizadas, que afectan a los dos hemisferios cerebrales o parciales, que afectan a una parte.

Las crisis más conocidas son las generalizadas tónico- clónicas, se inician con rigidez en las extremidades y continúan con sacudidas de todo el cuerpo, además, suelen provocar caídas, que la persona se muerda la lengua o relajación de los esfínteres. Este tipo de crisis es la más aparatosa pero se puede tratar fácilmente con fármacos, también se trata de las menos comunes ya que al tener tratamiento, no suele repetirse.

Otros tipos de de crisis generalizadas serían las mioclónicas, que producen contracciones rápidas y breves de los músculos de todo el cuerpo, suelen pasar desapercibidas. Las crisis atónicas, que suponen una pérdida brusca de los músculos y que provocan el desplome de la persona y posibles lesiones ocasionadas por la caída. La crisis de ausencia provoca la pérdida y recuperación brusca de la conciencia. Dura unos segundo y se despiertan como si no pasara nada. Es más habitual en los niños.

Por otra parte, las crisis parciales pueden ser simples, que afectan solo a una parte, motora, geláticas, sensoriales o psíquicas. Las crisis complejas provocan una pérdida de la conciencia.

Posibles tratamientos para la epilepsia

La epilepsia puede ser tratada de varios modos, el tratamiento más común es mediante fármacos. Según datos del Grupo de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología “más del 60% de los epilépticos de diagnóstico reciente serán controlados mediante tratamiento”. La combinación entre la terapia con fármacos antiepilépticos y un estilo de vida sano permite el control de la epilepsia para ese 60%.

Desde la Federación Española de Epilepsia lanzan unas recomendaciones para el autocuidado:

  • recordar siempre tomar la medicación
  • evitar factores desencadenantes de las crisis
  • dormir suficiente
  • mantener un horario de sueño regular
  • no consumir drogas ni alcohol
  • evitar situaciones de estrés
  • llevar una alimentación sana
  • hacer ejercicio físico

Cada persona reacciona de manera diferente a un mismo fármaco, la clave está en encontrar el medicamento adecuado y la dosis exacta que necesita el paciente.

Otros posibles tratamientos son mediante la estimulación del nervio vago, el estimulador es un dispositivo que se implanta en el cuerpo del paciente mediante una intervención. Electroestimula periódicamente el nervio vago pudiendo reducir el número y la intensidad de las crisis.

Las opciones no se cierran aquí, existe una dieta cetogéica, es muy estricta y está basada en alimentos ricos en grasas y bajos en carbohidratos, proteínas y calorías. Su objetivo es reducir el número de crisis.

Como ya se adelantó al principio, para todos aquellos afectados que no les ayudan los tratamientos anteriores, existe la cirugía.