Andalucía va bien, no lo estropee usted, señor Sánchez

Desde 2019, Andalucía ha experimentado una transformación económica notable bajo el liderazgo de Juanma Moreno, logrando que la comunidad destaque en múltiples sectores productivos y gane terreno en competitividad. Las cifras hablan por sí solas: un crecimiento en el sector tecnológico e industrial, exportaciones agroalimentarias récord, y un turismo que atrae a más de 33 millones de visitantes al año.

La región también está liderando en energías renovables y consolidándose como un actor clave en exportaciones y proyectos de alta tecnología. Todo este impulso, sin embargo, se encuentra en riesgo debido a la incertidumbre fiscal y la falta de una financiación autonómica justa que el Gobierno de Pedro Sánchez parece ignorar.

El plan del PSOE para perpetuar el impuesto a eléctricas ha suscitado una "oposición clara y contundente" por parte del presidente Moreno, quien advierte del impacto negativo que esto podría tener en Andalucía. La comunidad ha logrado avances significativos en energías renovables y cuenta con proyectos millonarios como los de hidrógeno verde de Iberdrola y Cepsa.

Estos proyectos no solo reindustrializan la región, sino que también abren oportunidades para una Andalucía competitiva en el ámbito de la energía limpia. Perpetuar con impuestos a estos sectores amenaza con frenar esta tendencia, desincentivando inversiones y limitando el desarrollo económico que tanto esfuerzo ha costado consolidar.

La competitividad de Andalucía ha sido posible, en gran parte, gracias a una serie de seis rebajas fiscales impulsadas por el gobierno autonómico, que han posicionado a la comunidad como la segunda en competitividad fiscal a nivel nacional. Pasamos de ser una región con alta presión fiscal a una comunidad que ofrece condiciones atractivas para empresas nacionales e internacionales, la segunda más atractiva en España, después de Madrid.

Este avance podría verse truncado si el Gobierno central persiste en su intención de mantener la carga a las empresas energéticas, poniendo a España en desventaja frente a países como Portugal y limitando la capacidad de Andalucía para generar empleo y crecimiento sostenible.

A esto se suma el grave problema de la infrafinanciación autonómica, un tema crítico que afecta directamente la calidad de los servicios públicos que se prestan a los andaluces. Andalucía, junto con otras comunidades autónomas, recibe menos recursos por habitante en comparación con la media nacional, algo que agrava la desigualdad en la prestación de servicios como sanidad, educación y dependencia. Según un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Andalucía y otras comunidades como Murcia y Comunidad Valenciana son las más perjudicadas por el actual sistema de financiación autonómica. Esta situación pone a Andalucía en desventaja al recibir aproximadamente 170 euros menos por habitante que la media nacional, una diferencia que equivale a 1.409 millones de euros anuales.

El presidente Juanma Moreno ha insistido en la necesidad de reformar el Sistema de Financiación Autonómica. Sin embargo, a pesar de las promesas de reforma, el gobierno de Pedro Sánchez ha hecho oídos sordos y no ha dado pasos concretos en esta dirección.

Desde Andalucía se reclama un fondo transitorio de nivelación que permita compensar esta brecha de recursos, garantizando que los ciudadanos andaluces reciban el mismo nivel de financiación por habitante que otras comunidades. A medida que la brecha se amplía, el riesgo de una disminución en la calidad de los servicios públicos es cada vez mayor, y los andaluces merecen un trato justo y equitativo por parte del Estado.

La transformación de Andalucía en una economía moderna y diversificada es innegable. Con inversiones extranjeras que superan los 27.500 millones de euros en exportaciones y proyectos de alto valor estratégico en sectores como la minería, la agroindustria y el turismo, la comunidad está en su mejor momento. No obstante, decisiones fiscales y la falta de compromiso con la financiación autonómica pueden poner en peligro estos avances. Andalucía necesita certezas y un entorno fiscal estable para seguir avanzando. La visión de una Andalucía pujante y competitiva debe ser protegida, y depende en gran medida de que el Gobierno de Pedro Sánchez no ponga trabas al desarrollo andaluz.

Por tanto, señor Sánchez, no estropee lo que tanto está costado construir en Andalucía. No hipoteque el presente ni el futuro de nuestra comunidad con decisiones impositivas o promesas de reforma incumplidas. Andalucía va bien, y tiene derecho a seguir creciendo con el apoyo y la equidad que merece.