Andrés Pérez Domínguez: “No soy un escritor lento, lo que soy es un escritor sin prisas”

Nicolás Gallardo ha vuelto a Sevilla tras haber pasado siete años fuera de España. Ahora, este peculiar inspector de homicidios de la policía, se está encargando de un caso que le está dando varios quebraderos de cabeza.

Pero Nicolás no es hoy nuestro protagonista, sino Andrés Pérez Domínguez, el escritor que ha dado vida a este personaje entre los lomos de un libro que ha publicado bajo el título de “Los dioses cansados”.

Durante su promoción, Andrés quiso hacer una parada en Granada Digital, tan sólo unas horas antes de la presentación que hizo de su novela en la librería Picasso de Granada.

Cercano y amable, el escritor no sólo habló de su “nueva novela” - y decimos “nueva” porque Andrés nos comentaba con una sonrisa que no le gusta llamarla “última” ya que “así parece que no vaya a haber más”-  sino también de toda su trayectoria y de algún que otro proyecto que tiene en mente para el cual ha tenido que viajar lejos de las tierras que acogieron a sus últimos personajes.

Pregunta (P): ¿Cómo ha evolucionado tu obra desde tu primera producción hasta esta última “Los dioses cansados”?

Respuesta (R): Yo quiero entender que cada novela es mejor que la anterior, es lo que yo pretendo. Siempre intento hacer algo que no haya hecho antes y hacer algo que no se haya hecho antes. Por lo tanto, cada vez eso estrecha un poco más la salida, pero es un reto muy estimulante. Mi obra ha evolucionado pero sí que es verdad que mis lectores siempre encuentran rasgos comunes y eso denota una personalidad como escritor.

(P): ¿Podemos decir, por tanto, que tienes una marca propia?

(R): Yo creo que sí, hay una marca “Pérez Domínguez”, por decirlo de alguna manera, igual que hay una marca de cualquier otro escritor. Y eso es inevitable porque a cada uno al final le obsesionan los temas que le obsesionan y no te puedes engañar, al final te va saliendo lo que eres.

(P): Has comentado en alguna ocasión que, por ejemplo, “La clave Pinner” fue para tí algo maravilloso, un regalo. Supongo que supuso un punto de inflexión en tu carrera. ¿Qué crees que esta nueva novela aporta a lo que es el completo de tu obra?

(R): Simplemente lo que me gustaría que esta obra portara es calidad. A todos los escritores nos llega un momento en el que creemos ser testigos de la realidad, queremos hacer una fotografía de la actualidad y eso a mí me apetecía un montón, qué mejor manera de hacerlo que con una novela.

(P): ¿Crees que tratar un tema de actualidad ayuda a que la novela llegue mejor al público?

(R): Puede ser, aquí no hay regla fija porque sino todos los libros serían superventas. Lo que ocurre es que en épocas de crisis, como la que estamos viviendo ahora, este tipo de novelas suelen gustar mucho a los lectores. Por otra parte, resulta muy difícil de hacer porque el lector está muy empapado de la realidad, por lo que hay que ser muy puntilloso con lo que se cuenta.

(P): A parte de esta visión literaria de la realidad, ¿qué reacciones o sentimientos pretendes despertar en el público con “Los dioses cansados”?

(R): Me gusta emocionar a secas y hacer que el lector se lo pase bien y que disfrute. Si una novela no emociona y no entretiene, todo lo demás que pueda tener relevancia, no sirve de mucho. Al final lo que yo busco es que la novela llegue al boca a boca, que cale tanto en la gente, que resulte irresistible recomendarla.

(P): Falsa novela policiaca, así se ha llegado a calificar tu nuevo libro, ¿Por qué esta definición?

(R): Creo que es una definición muy acertada. Obviamente, aunque hay una investigación policial, aunque el protagonista es un inspector de homicidios, eso no es más que una carcasa, es lo que hace avanzar la trama y lo que atrapa al lector;pero interesa contar otras cosas también. Se trata de llamar la atención del espectador con una historia atractiva y entretenida mientras cuentas otra cosa. A mí lo que me interesaba era la atmósfera en la que viven los personajes.

(P): ¿Qué nos puedes contar del protagonista, Nicolás Gallardo?

(R): Nicolás es un tipo honesto, honrado, hasta el punto de tener que saltarse las normas si hace falta para hacer lo que considera que es justo. La novela lleva una faja promocional que dice: “La lealtad es una virtud que no pueden permitirse los hombres desesperados y a veces tampoco los hombres justos”. La primera parte de la frase se refiere a Nico y la primera, a Benito Ferreiras, uno de los personajes secundarios. Ferreiras es un extorsionador, un chantajista y un jefe explotador, pero cuando llega a su casa, es un padre de familia que baña a su hijo con síndrome de Down y se preocupa por los suyos.

(P): ¿Cómo se complementan ambos personajes?

(R): Yo creo que son las dos caras de la misma moneda, un poco por esa frase. A uno - Nicolás - no le queda más remedio que saltarse ciertas normas para hacer lo que considera justo y el otro - Benito - tiene que portarse mal para salir adelante. Son dos buenos tipos pero cada uno en un bando diferente.

(P): ¿Hay alguna fórmula para crear un buen personaje?

(R): No hay una fórmula concreta, todo lo que tiene que ver con la escritura es muy intuitivo. Yo para crear un personaje necesito que tengan muchas aristas, que los malos no sean tan malos y que los buenos no sean tan buenos.

(P): ¿Por qué eliges Sevilla para ambientar tu novela?

(R): Sevilla es una ciudad tan buena o mejor incluso de lo que pueden ser Madrid o Barcelona para ambientar este tipo de novelas. Pero eso no quiere decir que sea una novela local, porque de lo local se puede llegar a lo universal. Además, cre creo que en Andalucía podemos ir perdiendo los complejos. Si la trama me lo permite, me la traigo a un lugar cercano a mí.

(P): ¿Crees que te ha ayudado de alguna manera que fuera tu tierra?

(R): Sí, pero por otra parte también resulta más complicado. Yo suelo viajar, si las circunstancias me lo permiten, a los sitios donde se desarrollan mis novelas. El hecho de hacerlo en Sevilla me he ahorrado el viaje, pero también era más complicado porque trato un tema actual en el que he necesitado documentarme. El mundo de la policía es un mundo muy interesante y he tenido el privilegio de conocerlo y darme cuenta de que no tiene nada que ver con lo que se ve en televisión.

(P): ¿Cómo conseguiste infiltrarte?

(R): Porque conocía a algún amigo policía y a través de él pude entrar en la jefatura. No es nada sencillo porque los policías son muy reservados, incluso entre ellos. En el libro sólo se ve la punta del iceberg, pero a mí me proporcionaba mucha seguridad saber cómo se desenvolvían y cómo trabajaban.

(P): Si no hubieras podido acceder a ellos, ¿la novela hubiera tenido el mismo matiz?

(R): Hubiera sido complicado, hubiera sido otra novela diferente, indudablemente peor. Pero si no hubiera sucedido todo así, no hubiera escrito la novela porque yo soy muy exigente. Me gusta conocer bien los detalles, los matices de la historia que quiero contar.

(P): ¿Cómo te llega la inspiración para escribir?

(R): Como decía Picasso, “cuando llegue la inspiración que me encuentre trabajando”. Una novela es el fruto de muchas cosas, una idea que te surge por aquí, algo de por allí, vas desarrollando poco a poco, se te van ocurriendo personajes. Yo me hago un esquema previo aunque sea para saltármelo, porque desde la primera línea, la propia escritura te lleva por por otros derroteros que a lo mejor no te esperabas y eso es una de las cosas más bonitas del oficio literario.

(P): Has reconocido en alguna ocasión que no te importaría que alguna de tus novelas se llevase a la pantalla, ¿se podrían reflejar bien las historias?

(R): Desde que publiqué “La clave Pinner” en 2004, esta cuestión se plantea continuamente. A mí me gustaría, yo no soy de esos escritores puristas que piensan que el libro es mejor que la película, son dos medios diferentes, con lenguajes distintos. Creo que concretamente “Los dioses cansados” es muy buena para adaptarla a la pantalla, me gustaría mucho ver cómo quedaría una novela mía en en imágenes.

(P): Has tardado bastante tiempo en escribir la novela...

(R): En algunos sitios me han preguntado si soy un escritor lento, lo que soy es un escritor sin prisas. Escribir es un trabajo muy serio al que yo le tengo mucho respeto y que hay que hacerlo bien, darle muchas vueltas, matizar, decidir muy bien lo que se va a escribir…

(P): Cuéntanos, ¿tienes algún nuevo proyecto en mente?

(R): En noviembre estuve en Moscú y en San Petesburgo porque estoy escribiendo una novela en la que recupero al protagonista de “La clave Pinner”, Gordon Pinner y lo voy a tener en los años treinta entre estas dos ciudades rusas.

(P): ¿Con qué novela te quedas de todas las que has escrito?

(R): No me gusta poner a competir mis novelas. Dicen que los escritores somos con las novelas como los padres con sus hijos, que decimos que a todos los queremos igual pero mentimos. Yo estoy orgulloso de todas mis obras, cada una supone una etapa de mi vida, pero quizás “Los dioses cansados” es ahora mismo a la que más cariño le tengo porque me la he jugado, he hecho algo diferente. Además es una novela muy personal porque comparto mucho con el protagonista.

(P): Si tuvieras que quedarte con una novela de la literatura española

(R): Uff...no soy muy amigo de hacer listas. Hay autores que me gustan mucho, otros que no me gustan nada. Prefiero que cada uno decida, no me gusta dar directrices a nadie.