La antelación y planificación, claves en el dispositivo de la Guardia Civil para 'La Vuelta'
La etapa, que arrancaba en Salobreña, tuvo unas arduas labores para velar por el paso de la competición en la provincia granadina
La Vuelta Ciclista a España es una de las competiciones más destacadas que hay en el panorama nacional. Para todos los seguidores del deporte y, en concreto del ciclismo, es uno de los retos más duros y arriesgados, que requieren de una ardua labor previa para poder rendir notablemente en ella. Partiendo desde Utrecht, la edición de este año pasa por numerosos puntos de la geografía española, lo que hace que despierte mucho fervor entre los ciudadanos. Para velar por la seguridad de ellos, y la de la propia carrera, la Guardia Civil despliega un gran dispositivo para garantizar que todo transcurra con normalidad.
Este pasado jueves, 'La Vuelta' transcurrió por la provincia granadina en su duodécima etapa. Con salida en Salobreña a las 12:20, un total de 217 efectivos de la Guardia Civil hicieron acto de presencia horas antes para comenzar con los preparativos para velar por la integridad de la carrera. El teniente Javier Barja es una de las figuras que se encarga de controlar que todo vaya como estaba previsto. Como bien comenta en declaraciones a GranadaDigital, la planificación no se hace "de la noche a la mañana", ya que requiere de "bastante tiempo". "Se planifica primero creando la Unidad de Movilidad y Seguridad Vial, que somos 130 componentes que acompañamos a 'La Vuelta'. Salimos de Países Bajos, hemos recorrido las zonas de Cantabria, Asturias, hemos dado el salto a Alicante y ahora vamos hasta Madrid. Los demás guardias civiles los aporta cada provincia y región", explica. La mayoría de los agentes desplazados a la provincia de Granada son de diferentes puntos de España. Hay de todos los rincones del país, lo que evidencia que este evento requiere de un imperioso apoyo desde todos los puntos de la nación.
Para participar en la Unidad de Movilidad y Seguridad Vial, varios efectivos han tenido que superar un proceso de selección a nivel nacional. "De los 83 componentes, 59 vienen en motocicleta, esos individuos tienen que ser voluntarios, postularse para participar y luego se pasan una serie de cribados provinciales y autonómicos para, finalmente, el elenco que pase esas pruebas vaya a una selección de ámbito nacional. Los resultantes de ahí van a Mérida, se pasan unas pruebas psicotécnicas, culturales y de habilidades y destreza, para concluir con una entrevista personal con el jefe de 'La Vuelta'", razona el teniente.
En este dispositivo se ha contado con un amplio número de recursos materiales. Como declara Barja, "en esta unidad, además de las 59 motos, hay multitud de vehículos de cuatro ruedas, 10 vehículos del grupo de reserva y seguridad y un helicóptero Dauphin, que nos da imágenes en directo y nos mantiene como enlace desde el aire".
Cuestionado por la dificultad de la etapa, el teniente Barja comenta que, "al ir en cabeza" garantizan que todo vaya bien, pese a que sea la labor "más peligrosa" ya que cintan parte de las carreteras con el tráfico todavía abierto: "Hay bastante dificultad en el periplo por Salobreña, Almuñécar y La Herradura, donde pasan por la N-340, que es una travesía continua con múltiples rotondas, unido a la multitud de cruces, aglomeraciones de gente y salidas de garajes que hacen que se de mucho trabajo".
Un dispositivo que ha impedido muchos sustos
En todos los puntos se evidenciaba un cierto interés de los residentes y vecinos, que salieron con antelación para ver pasar a todos los ciclistas. El dispositivo de la Guardia Civil garantizó que no hubiera problemas ni sustos con ellos, al igual que en anteriores etapas: "El dispositivo vela por la seguridad de todos. Está compuesto, en primer lugar, de los motoristas de seguridad interna (sin bandera), que se dedican a ir unos 45 minutos por delante de la carrera, señalizando todos los obstáculos, cintando rotondas y marcando aquellos peligros que nos podemos encontrar".
Como bien marca, "por detrás vienen motoristas con bandera amarilla, que su misión es ir cortando toda la circulación que vienen en sentido contrario. A continuación seguiría un motorista con bandera roja, a partir del cual toda la circulación estaría cortada y se determinaría el propio sentido de carrera".
Posteriormente van "todas las demás banderas rojas que dan protección inmediata a los ciclistas" y, por detrás de los corredores, "tenemos un pequeño grupo de reserva por si hay algún imprevisto", concluyendo con "un motorista con bandera verde donde, a partir de ahí, vuelve a estar abierta la circulación".
Sin encontrar grandes incidentes en anteriores etapas, el teniente Barja asegura que habitualmente "se intenta que todo transcurra con normalidad" y haciendo que todos disfruten de este espectáculo, que mueve a las personas y alimenta la pasión por el ciclismo y este espectáculo con casi un siglo de historia.