Antonina Rodrigo: "El festivo de Mariana de Pineda debe ser para siempre porque es un símbolo de Granada junto a Lorca"

La escritora granadina resalta la figura de esta heroína que fue ejecutada en 1831 por tener una bandera revolucionaria y por no delatar a sus compañeros liberales contrarios al régimen absolutista de Fernando VII

Exposición de Antonina Rodrigo en la casa de Bernarda Alba en Valderrubio
La escritora Antonina Rodrigo en la exposición 'Obrera de la pluma' en la que mostró sus obras | Foto: Antonio L. Juárez
María José Ramírez
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Este año, el Día de Mariana de Pineda es festivo en Granada capital. “Esto es una lucha que trajimos los escritores, pintores, poetas y todo el mundillo artístico de Granada. Primero estuvimos luchando por que la casa de Mariana fuera un museo, en la calle del Águila, donde está hoy. Íbamos el día 26 de mayo allí. Pasó de todo en aquella casa, en la que se habían metido okupas y se estaba destruyendo, hasta que ya la adquirió el Ayuntamiento y hoy es el museo de Mariana, donde hay muchos recuerdos de ella. Ahora también se luchaba desde hace años para que el Día de la Toma se cambiara por el de Mariana de Pineda. Es un símbolo universal de la defensa de los derechos humanos y, sobre todo, de la mujer en un tiempo en el que la mujer tenía prohibido actuar en política”, cuenta a GranadaDigital la escritora Antonina Rodrigo, quien ha escrito la biografía y varias obras sobre la heroína granadina. Este festivo de Mariana de Pineda “no puede ser cosa de un año, debe ser para siempre”, según señala Antonina Rodrigo, ya que considera que Mariana “es un símbolo de Granada junto a Federico García Lorca”. “Son símbolos universales los dos, mueren en defensa de la libertad”, añade.

Antonina Rodrigo conoce en profundidad la figura de Mariana de Pineda, “una mujer íntegra, valiente, que sabía lo que hacía y lo que defendía”. La escritora nacida en el barrio del Albayzín y residente en Barcelona desde 1970 empezó a escribir de la heroína granadina cuando decidió hacer un libro sobre mujeres de Granada. “Cuando yo iba de la mano de mi madre, no veía nunca una estatua dedicada a una mujer y siempre vi Mariana de Pineda. Yo estuve en una escuela que estaba en la calle Enriqueta Lozano y cada día pasaba por la calle San Matías y entraba en esta calle. Era una escuela de maestras republicanas. Mariana de Pineda me atraía mucho. Federico escribió que era una amiga de su infancia. Recuerdo que entonces los niños jugaban a la rueda cantando lo de Mariana y yo lo aprendí: ¡Oh! Qué día tan triste en Granada, que a las piedras hacía llorar al ver que Marianita se muere en cadalso por no declarar”. Tanta es la vinculación de Antonina Rodrigo con Mariana de Pineda que eligió para casarse la fecha del 1 de septiembre, el día que nació Mariana. Lo hizo porque para ella es su primer personaje biográfico, al que le dedicó muchos años, “porque el personaje estaba muy distorsionado”. “Era una mujer que había muerto por amor, por bordar una bandera. Y ella no la había bordado, había mandado bordarla y no había muerto por amor, muere porque tiene unas ideas que tiene que defender. Ella era un personaje en aquella Granada en la que las mujeres no actuaban en política. Y era una mujer muy clarividente en sus pensamientos”, destaca.

“Mariana de Pineda es un personaje con el que Granada está siempre en deuda. Mariana era un personaje prohibido, una mujer de izquierdas, que vuelve defendiendo la libertad”, resalta Antonina Rodrigo, quien indica que “lo más grande de Mariana es que le proponen la pena de muerte en un proceso al que ella ni asiste, una cosa vergonzante”. “Ella prefiere subir al patíbulo antes de declarar a sus compañeros de causa. Se inmola ella”, apunta Antonina Rodrigo.

El jueves 26 de mayo de 1831, Mariana de Pineda, una joven de 26 años, subió al cadalso mientras era observada por el público que se encontraba en el Campo del Triunfo para ver su muerte por garrote vil. Mariana fue condenada a morir por este cruel método por tener en su poder una bandera revolucionaria a medio bordar y por acoger a liberales y revolucionarios contrarios al régimen absolutista del rey Fernando VII. Durante un duro interrogatorio, a Mariana se le ofreció conmutar la pena si delataba a sus compañeros, pero se negó. “Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios", dijo. Su lealtad es ya parte de su leyenda. Mariana fue fuente de inspiración para poetas como Federico García Lorca, que escribió una obra de teatro basada en su vida que, en principio, nadie se atrevía a publicarle. “Hasta que se encuentra con Margarita Xirgú. La obra se estrena el 24 de julio en Barcelona y en Granada en el 29”, recuerda Antonina Rodrigo.

La escritora granadina cuenta con entusiasmo cómo fue la vida de Mariana de Pineda y su ajusticiamiento. “Mariana nació de un padre noble y por eso es Mariana de Pineda. La obra de Federico es ‘Mariana Pineda’ y lo tenemos que respetar porque un dramaturgo puede hacer las cosas que quiera, pero en los documentos que se conservan ella firma Mariana de Pineda, porque el padre era un marino, un personaje noble: Mariano de Pineda. Esta niña nace de una criada de su casa. Hay un episodio en el que el padre pide permiso a la corte de Madrid para casarse con ella, pero era una plebeya, muy joven, y no se lo permiten. El padre de Mariana muere al poco tiempo y le deja toda su herencia. Le deja la niña a su hermano, que es ciego, pero este hombre se casa con una familiar que va a ser la que le robe a Mariana la herencia de su padre. Todo eso está explicado en el libro. Es una vida apasionante la de Mariana”, explica.

Son muchos los episodios “tremendos” que vive Mariana de Pineda a lo largo de su vida. Antonina destaca que se casó a los 16 años y en seguida se quedó viuda. “Tuvo dos hijos, pero la hija desaparece. En España, en aquellos tiempos, no se investigaba gran cosa”, señala la escritora. “Nunca he podido saber cuándo muere esta niña. Luego tiene otra hija con José María Peña y Aguayo. Todo el mundo dice que Mariana tiene un hijo y una hija, pero no, el hijo tiene once años cuando la Policía va a la casa de Mariana a buscar la bandera bordada y la niña es una bebé, su primera niña no está”.

Antonina cuenta también cómo fue el momento en el que Mariana fue a la cárcel y salvó del patíbulo a una persona que estaba condenada a muerte: “Mariana mandó bordar una bandera a unas bordadoras del Albayzín. Al juez Pedrosa lo mandaron a Granada para acabar con los tumultos políticos granadinos. Este hombre firmó la sentencia de muerte de Mariana, pero realmente él fue el verdugo de Mariana porque, al parecer, estaba enamorada de ella y ella lo rechazó. Viene de muy lejos. Y una de las bordadoras que bordan la bandera tiene un amante que es un cura y éste se lo cuenta a su padre, que era políticamente reaccionario. Le dijo: ‘Ten cuidado con lo que hablas porque en Granada hay un posible levantamiento de los liberales’, que para eso Mariana había mandado bordar la bandera. Este hombre va al juez Pedrosa y se lo cuenta. Hay mucho de película y obra de teatro. Él ofrece a las bordadoras dinero y ellas no lo quieren. Entonces, les impone que bajen a Granada y entreguen la bandera, que estaba todavía en el bastidor a medio hacer, a casa de Mariana. Entregan la bandera asustadas y, en ese mismo momento, llega la Policía a hacer un registro. Buscan la bandera y no la encuentran porque la madre de Mariana la había metido en un hueco de la hornilla. La Policía le toma declaración a todos los sirvientes y también al hijo de Mariana. Inmediatamente, ella queda en su casa encarcelada, vigilada y empieza el drama que la va a llevar al patíbulo”.

Monumento a Mariana Pineda | Foto: Andrea Carrillo

“En su casa detenida, un día se disfraza de anciana y sale. El portón ha chirriado y van a buscarla. La encuentran en mitad de la calle en dirección a San Antón. Cuando salva de la cárcel a un hombre que está condenado a muerte, va a esconderse allí. Tenía que ser una persona importante en Granada. Él vivía en la calle San Antón y ella va seguramente a casa de él. Esta persona sabe que si Mariana se escapa, lo van a ejecutar a él. Adelanta por la calle a Mariana, se pone enfrente y descubre que es Mariana. Ahí, inmediatamente, ella dice que estaba muy enferma y le hacen las sangrías, que es como curaban antes. Los médicos defienden que Mariana no puede irse a la cárcel. Entonces no había cárcel de mujeres en Granada, había un convento, en la calle Recogidas. Yo conocí la celda donde estuvo Mariana. Después de convento fue un lugar de residencia para universitarias”, detalla Antonina, quien añade que cuando se enteró de que estaban destruyendo el convento pidió a las monjas que le dejaran la llave de la habitación de la celda de Mariana, ya que para ella tenía “mucha importancia”. “Las monjas me hicieron un documento en pergamino diciendo que Antonina Rodrigo es propietaria de la llave de la celda de Mariana y lo firmaron las monjas más antiguas. Esto se puede encontrar en el museo de Mariana”, apunta.

Del convento, Mariana fue trasladada en carruaje a la cárcel de Granada de hombres, que estaba en la calle Cárcel, enfrente de la Catedral. “Entra en capilla como ajusticiada con un cura para que se confiese. La mujer del alcaide del penal de la cárcel y una criada van a despojarla de las cintas, gomas, horquillas y todo lo que sea susceptible por si hay suicidio. Ella se deja, pero cuando van a quitarle las ligas, ella se opone y dice: ‘Nunca subiré al patíbulo con las medias caídas’. Es una mujer que es consciente de todo lo que le espera, pero mantiene la dignidad. Para mí es un detalle muy hermoso”, enfatiza Antonina Rodrigo.

Mariana salió de la calle de la cárcel montada en mulo, presidida de un pregonero, y fue por la calle Elvira hasta llegar al patíbulo que estaba en el Triunfo, detalla Antonina Rodrigo. “Iba gente a presenciarlo. Era algo tremendo que la gente fuese a ver morir a otras personas. Ella muere con mucha entereza, sin signo de debilidad. Ella va a morir y sabe por qué muere. En algún momento dice: ‘Si yo hablara, muchos padres de familia dejarían a sus hijos huérfanos’”, añade.

La granadina Mariana de Pineda sigue siendo memoria viva de la libertad. Antonina Rodrigo destaca que en el Parlamento de Estrasburgo la sala principal lleva el nombre de Mariana, una mujer que fue “precursora del feminismo” y se ha convertido en una mártir por la libertad y símbolo de la lucha contra el absolutismo.