El apagón rojinegro del segundo cuarto condiciona un partido accidentado (87-74)
Aun con Amine Noua en modo héroe, el Covirán Granada sucumbe ante un Hiopos Lleida liderado por Thomas Bropleh con 22 puntos
El pleno de victorias ante rivales directos se resiste para el Covirán Granada. En un duelo de parciales, de un juego frenético y donde el dominio del triple marcó las diferencias, los rojinegros regresa a Granada con una dolorosa y accidentada derrota donde Amine Noua volvió a brillar con 27 puntos, pero no fue suficiente para paliar el apagón sufrido por el equipo en el segundo periodo cuando encajó un parcial de 25 a 1.
La primera mitad del encuentro tuvo dos caras muy diferenciadas para un Covirán Granada que perdió todo atisbo de control del juego en un segundo periodo completamente desastroso. Los rojinegros arrancaron el encuentro con una solidez en su juego más que sorprendente dada la difícil plaza en la que tocaba torear. En un Barris Nord hasta la bandera, los de Pablo Pin dieron el primer golpe sobre la mesa con un Amine Noua desatado. Siete de los primeros diez puntos salieron de sus manos, a lo que además se sumaba una muy buena actuación en defensa. Pin movió con cierta celeridad el banquillo buscando que sus jugadores mantuviesen una intensidad de juego elevada y, sobre todo, evitar que se repitiese la diferencia entre los titulares y aquellos que salían de segundas como ocurrió ante Baskonia.
Un juego rápido, sin apenas errores y forzando a Lleida a lanzamientos precipitados permitió al Covirán dominar en el marcador. Sin embargo, el juego de los visitantes comenzó a resentirse con la salida precipitada de Jonathan Rousselle de la pista. El base francés recibió un golpe de Pierre Oriola en la lucha por un rebote, choque que le provocó un importante sangrado en su nariz y la imposibilidad de regresar al parqué. Por unos minutos el juego de los rojinegros se descontroló, pero el nulo acierto de los de Gerard Encuentra desde el triple, que acabaron el periodo con un 0 de 6, permitió que la ventaja siguiese del lado de los granadinos (14 - 23).
Primer acto sobresaliente para un Covirán Granada acertado en el tiro exterior con un 4 de 7 en triple y dominante en el rebote al capturar 14 balones. Unos números que sorprenden al ser comparados con los firmados en el segundo periodo. 2 de 9 en triples y 0 rebotes. Una radiografía simple, pero certera de cómo los rojinegros tiraron por la borda el trabajo hasta el momento cosechado. Con el 14 a 26 tras un dos más uno de Agustín Ubal, Hiopos Lleida cargó sus muñecas para sacar a relucir una de sus principales armas. Desde el triple, los locales fueron dinamitando la ventaja de doce puntos conseguida por el Covirán. El Barris Nord, que centró parte de sus fuerzas en quejarse por el arbitraje, recobró fuerzas para aupar a los suyos hacia la remontada. Hasta en dos ocasiones paró el encuentro Pablo Pin, pero el bloqueo de sus jugadores era total. Un sonrojante parcial de 25 a 1 dejó noqueado a su equipo, tanto que ni siquiera supo aprovechar la técnica señalada a Encuentra. De tocar el cielo a hundirse en los infiernos en tan solo diez minutos (46-35).
Aun sin tener las mejores sensaciones sobre la pista, por algo el Covirán lleva un fenix en su pecho. El resurgir de sus cenizas se produjo a base de triples. Gian Clavell y Amine Noua se repartieron el protagonismo para con la paciencia que una remontada requiere ir recortando la distancia de once puntos que cosechaba su rival. Lleida siguió haciendo daño desde el rebote y el posterior triple, así como de las continuas faltas señaladas a su favor. La intensidad sobre la pista era evidente, tanto que Rubén Guerrero también tuvo que marcharse al banquillo con la cara ensangrentada y la ceja rota tras una lucha por un rebote. Tanto la acción protagonizada por Guerrero como la de Rousselle fueron tomadas por “accidentales” por los colegiados. El base francés, con la nariz claramente hinchada y posiblemente rota regresó a la pista. El Covirán necesitaba toda ayuda posible. Con Rousselle en pista la imagen de los granadinos cambió radicalmente. Amine Noua mantuvo su actuación impecable en ataque para cerrar el periodo con el 60 a 58.
Había partido, pero las faltas jugaron en contra de los visitantes. En tan solo dos minutos del último cuarto los rojinegros entraron en bonus ante el segundo equipo que más faltas comete de la ACB. Aun con las dificultades que planteó el partido, el Covirán Granada trató de sobreponerse a todas las adversidades. La pista del Barris Nord vivió una preciosa batalla anotadora entre Thomas Bropleh y Amine Noua, ambos liderando a sus equipos, el primero buscando ampliar distancias y el segundo recortarlas, pero este segundo propósito se complicaba cada vez más con el paso de los minutos. Probó Pablo pin todas las alternativas posibles, pero esta vez Hiopos Lleida no iba a dejar escapar una victoria prácticamente amarrada en los últimos segundos como ya había experimentado en otras jornadas. El pleno de victorias ante rivales directos se resiste para un Covirán Granada condicionado por un horroroso segundo cuarto del que no ha podido recuperarse. Con el 87 a 74 la parte más negativa es el average de 13 puntos que el plantel de Pablo Pin deberá remontar en la segunda vuelta.
Ficha del partido:
Hiopos Lleida: Goodwin, Villar, Paulí, Muric, Hasbrouck - quinteto inicial - Walden, Bropleh, Van der Vuurst, Bozic, Madsen, Caicedo, Oriola.
Covirán Granada: Rousselle, Bamforth, Noua, Valtonen, Wiley - quinteto inicial - Vicedo, Clavell, García, Ubal, Aurrecoechea, Tomàs, Guerrero.
Parciales: 14-23; 32-12 - descanso - 14-23; 27-16
Árbitros: Luis Miguel Castillo, Iyán González y Vicente Martínez Silla
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 12 de la ACB disputado en el pabellón Barris Nord.
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