Aprobada la propuesta de Vamos Granada para la reconstrucción de una estatua a las Mujeres del Zaidín
El grupo municipal ha propuesto la edificación de este monumento para el reconocimiento de la lucha vecinal de estas mujeres
La portavoz de Vamos Granada, Pilar Rivas, ha elevado hoy la propuesta, “aprovechando la ilusión y la esperanza que reflejaban las caras de las Mujeres de Santa Adela en el inicio de las Obras de la tercera fase del Plan de Rehabilitación y reconociendo todo un pasado de apoyo mutuo y crecimiento comunitario y colectivo”, la construcción de una estatua en la Plaza de las Palomas como reconocimiento a la lucha vecinal, “en concreto a las mujeres del Zaidín”.
Rivas ha pensado para ello “la celebración de un concurso de entre los jóvenes que desarrollan su actividad en nuestra ciudad, de la Escuela de Bellas Artes y de la Escuela de Artes y Oficios para aprovechar nuestro talento joven y proponemos como tribunal a la Academia de Bellas Artes de Granada para la elaboración de las bases del concurso”. La concejal entiende que así como la Estatua de la Mariana en la plaza del mismo nombre es símbolo de la lucha de una mujer en su lucha feminista por una sociedad más justa, una estatua a las Mujeres del Zaidin sería símbolo de la lucha colectiva, sin fisuras con un objetivo claro enfocado al bien comunitario, porque son las relaciones y la posiciones colectivas las que protagonizan el cambio y la evolución social “fuerza, continuidad, dinamismo y también desgaste, conflicto y colaboración” y la plaza de las Palomas actúa como centro social de todo el barrio de Santa Adela y ha cumplido durante años el papel de espacio de identidad colectiva por lo que pensamos que puede ser una buena ubicación.
La motivación viene dada por la historia del barrio, el distrito del Zaidín nace ante la necesidad de dar alojo a una parte muy importante de la población que vivía en cuevas en las laderas de los cauces de los ríos. “Un barrio que se construyó de forma precipitada e irracional por la necesidad de vivienda, con el atropello de plazas concebidas para el recreo de los vecinos y que sin embargo sucumbieron a la construcciones apresurada de edificios. Así lo atestiguan textos como el libro de Isidro Olgoso, una de las figuras más representativas del movimiento vecinal en el barrio cuyo teatro lleva su nombre, en su libro Entre Rios, Historia del Zaidín, y en textos como el recién concluido informe inicial del Diagnóstico participativo que el área de empleo ha llevado a cabo en el barrio, que entre otro millar de datos relevantes el informe destaca que es lo relacional y lo colectivo lo que define, da forma y transforma lo social alejándonos de lo individual”.
Así lo atestiguan los numerosos testimonios recogidos de las vecinas del barrio, explica la concejal, “un barrio que nació sin colegios”, explica una, “ la 3º fase del Plan Santa Adela ahí empieza el calvario de los vecinos”, explica Encarna. Fueron las monjas, distintas congregaciones, que observaron que eran muchas las mujeres que no sabían leer y escribir y mientras se las enseñaba a leer se las enseñaba también a empoderarse, el aprendizaje era mutuo” dice Carmen, “nos ayudaban a sacar nuestra propia sabiduría para ponerla al servicio del barrio”, nos cuenta para narrarnos los comienzos del Centro Socio-Cultural, las cruces de mayo que cada año reivindicaba un problema del barrio, colegios, conexiones con el centro de la ciudad, asfaltado, plazas. O como reivindican ahora, espacios para los jóvenes.
Pilar Rivas se muestra orgullosa de un barrio construido a pulso por la necesidad convertida en reivindicación y la lucha incansable de sus vecinas, una lucha acompañada de los hombres, pero liderada y sostenida por las mujeres del Zaidín. “Mujeres todas, que la vida no se lo ha puesto fácil, acostumbradas a superar cientos de obstáculos, mujeres luchadoras con la ventaja infinita de ver en los comunitario y en lo colectivo el objetivo de sus reivindicaciones. Años de unión y colaboración que muestran cada día una voluntad férrea de superar las condiciones de dificultad y hacer sostenibles las mejoras para el barrio. Vivismo momentos difíciles para la reivindicación y para observar objetivos comunes, tiempos de individualismos y protagonismos en la sociedad. Es el momento de poner en valor el esfuerzo colectivo de tantas mujeres”.