Aprovecha su trabajo como empleada del hogar para robar joyas por valor de 10.000 euros en Granada
Su compañero sentimental también ha sido detenido ya que era quien se encargaba de vender las piezas sustraídas de hasta cuatro viviendas
La Guardia Civil, en el marco de la operación Elgold, ha detenido a una mujer de 46 años y a su compañero sentimental, un varón de 42, como presuntos autores de cuatro delitos de hurto continuado de joyas.
La mujer detenida ha sustraído poco a poco para no levantar sospechas joyas valoradas en aproximadamente 10.000 euros, en lo que se denomina método del “goteo”, en las cuatro casas en las que trabajaba como empleada de hogar, joyas que luego su compañero sentimental vendió en un establecimiento de compraventa de oro del Área Metropolitana de Granada.
El pasado mes de julio una vecina de Cájar denunció en el acuartelamiento de la Guardia Civil de La Zubia le había sustraído varias joyas, y entendía que había sido alguien de su entorno familiar porque no había ninguna puerta ni ventana forzada en la vivienda. No obstante, según manifestó la denunciante, la desaparición de las joyas coincidió con la reciente contratación de una nueva empleada de hogar.
Los agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de La Zubia recorrieron numerosos establecimientos de compraventa de oro del Área Metropolitana de Granada y de la propia capital granadina, y descubrieron que la pareja sentimental de la sospechosa, y ella misma, habían vendido numerosas joyas, entre ellas las sustraídas en el domicilio de Cájar, en uno de estos establecimientos.
La Guardia Civil descubrió que además de las joyas hurtadas en Cájar, esta pareja había vendido numerosas joyas más a lo largo de este año 2024.
Los investigadores de La Zubia se hicieron con una copia de las fotografías de las joyas vendidas en este establecimiento, averiguaron que la sospechosa trabajaba como empleada de hogar en otros tres domicilios de Albolote, Alfacar y Granada y se entrevistaron con los propietarios de estos domicilios, les mostraron las fotografías de las alhajas, y estos las reconocieron como suyas y averiguaron, de paso, que habían sido víctimas de un delito de hurto continuado.
Debido al tiempo transcurrido desde el primer hurto, la mayoría de las joyas ya habían sido fundidas. Solo se han podido recuperar joyas por valor de 1.500 euros y se le han devuelto a su propietaria.