Aquella falda blanca
El fútbol, como la propia vida, acaba midiéndose en detalles más o menos caprichosos. Hoy, más de 20 años después, aún puedo recordar la falda blanca que llevaba puesta la madre de mis hijas el día que la conocí. También recuerdo esa pregunta trampa que acerté en uno de los exámenes de la oposición. Y poco parecen importar los meses y meses que andé detrás de Cristina hasta conseguir una cita a solas, o las restantes 99 preguntas de aquel tedioso examen y que fueron las que verdaderamente me dieron la plaza. Sin embargo, en ambos casos, el factor diferencial que quedó grabado en mi memoria resultó ser ese pequeño detalle.
Igual pasa en el fútbol. Después de 38 jornadas, el Granada sacó un agridulce resultado en el partido clave disputado este fin de semana en Mendizorroza. El tiempo dirá si el detalle que recordaremos de esta temporada será el penalti parado por André Ferreira o la rigurosa expulsión de Sergio Ruiz (acompañado del gol de Sandro que dio la victoria ayer a Las Palmas en Eibar y nos saca del ascenso directo).
Pero recuerden, aunque en nuestra memoria queden los detalles, aún quedan 9 puntos en juego. Y es que, seguramente, si no hubieran transcurrido todas aquellas citas afortunadas, hoy no me acordaría de aquella falda blanca. Así que, aunque en nuestra caprichosa memoria quede grabado el detalle más trivial, serán estos 3 partidos restantes los que a final de temporada nos hagan elegir entre el paradón de Ferreira o el fatal arbitraje de Caparrós.