¿Y ahora qué?

Hace algunos años, yo era director de un periódico y él, José Torres Hurtado, delegado del Gobierno con sede en Sevilla. Una tarde tuvimos la ocasión de reunirnos por algunos temas que había en el aire y tras el protocolario y pesado acto, un compañero y yo terminamos con él en su zona privada con una copa de ron motrileño sobre la mesa y con una larguísima conversación sobre Granada, Andalucía, el futuro, algo de fútbol… etcétera.

Después nos vimos más veces y siempre con un tono de gran cordialidad y enorme simpatía con un político claro, que miraba a los ojos y que no mostraba señal de alarma de ningún tipo. Mas bien era todo lo contrario.

Fue alcalde de Graná y de pronto llegó el lío. Propios y extraños de dentro y fuera de su partido, determinaron que era malo, bueno él y algunos más, y había que destrozarlo. Y así con una denuncia allí, un movimiento preciso allá y algún periodista afín y de los de esa ola que han ido haciéndose hueco en algunos medios de forma increíble, llegaron una y otra pieza en las que se le involucró y así hasta once.
Y ahora llega el momento clave y por fin Torres Hurtado ha decidido hablar, decir lo que siente y hacer ver a la gente que rápidamente le dio la espalda y a los que sacaron las navajas para acuchillarle, que esta vida no es la que ellos pensaron, que han arruinado su vida política y mucho de la personal y familiar, que hay otros que han ido al fondo del abismo y mientras tanto ellos, los auténticos culpables, hasta ocupan puestos relevantes dentro y fuera de los partidos.

Lo peor, si es que hay algo peor, es que no fue solo él el que tuvo que pasar por todo esto y prácticamente en la misma época.

Ahora, desde las últimas elecciones municipales, José Luis Sanz es el alcalde de Sevilla, por el PP, al que ha llegado después de una lucha sin cuartel y aguantando todo lo aguantable y mucho más. Antes era alcalde de un pueblo, Tomares, al que ha llevó a lo máximo en todos los sentidos siendo ejemplo de administrador municipal para que muchos aprendan. Llevaba una carrera imparable y eso dolió a mas de uno que quería mucho más y había que destrozar al que llegaba tan fuerte. Le acusaron de todo y aguantó, lo llevaron a los tribunales y aguantó, lo criticaron en la prensa y en muchos sitios mas y aguantó y al final… resultó que todo era mentira y era inocente.

La única diferencia entre ambos casos es que en el caso de sevillano se enfadó de lo lindo, no renunció a su puesto de alcalde, peleó como un jabato desde el sillón y ha llegado a donde quería.

¿Y saben una cosa? Los que idearon todo, algunos en ambos casos, siguieron con sus carreras y ahora mismo siguen cobrando del estado sin que haya pasado nada. Lógicamente me refiero también a gente de su partido.

Llegados a este punto hay que pensar en quién va a ser el primero en pedir disculpas.

Quién va a decir que por lo menos hay que dar otra oportunidad laboral y social a muchos perjudicados...

Quién va a ser el que tenga que abrir la cartera rellena durante todos estos años y soltar lo que le deben en el plano económico por lo menos.

Quién va a escribir la verdad y no lo que escribió o publicó basándose en esa artimaña que radica en poner por delante la palabra presunción para después decir lo que se quiera.

En definitiva, ¿cuándo van a dar la cara los culpables?

Pero miren ustedes, no habrá respuesta a ninguna de estas preguntas u otras que se les ocurran. Todos se seguirán ocultando. Todos mirarán hacia otro lado y se encogerán de hombros.

Mientras, señor alcalde Torres Hurtado, que digan lo que digan lo seguirá siendo para siempre, tendrá que seguir mirando de frente porque hay muchos culpables, pero uno de los inocentes, el principal, por supuesto es usted.

Y una última pregunta: los que mandaban en el PP, que aún siguen mandando y que obligaron a la dimisión de Torres Hurtado, ¿cuándo van a dar marcha atrás, irse a su casa y pedir perdón públicamente?