Arriésgate, el tiempo vuela
Como decía Henry Ford: "Aquellos que creen que algo es imposible no deberían molestar a aquellos que lo estamos intentando"
Las personas que arriesgan siempre destacan entre los demás. Sobresalen y son admirados por valientes, por carismáticos, por atreverse a avanzar en sus vidas sin depender de los demás. Si arriesgas, destacas.
Al arriesgar, las cosas pueden salir bien o mal, pero lo que es seguro es que algo aprenderás.
Cuando te acostumbras a arriesgar te acostumbras también a no ser conformista.
Javier Iriondo decía: "Quien no arriesga, no gana; quien no arriesga no vive". Y añadía: "Quien no arriesga nada en la vida es un mero espectador que ve el tiempo pasar. La vida está en el campo, no en la grada. No arriesgar es vivir prisionero de tus miedos. Ser valiente es atreverse a ser vulnerable".
Es evidente que NO arriesgar por miedo al fracaso imposibilita emprender con éxito. De todas formas, innovar es hacer saltos en el vacío, en efecto, pero con una fantástica red de seguridad, que permita sobrevivir. Y decía Francisco Torreblanca que arriesgas cuando después de meses de trabajo crees en algo que tiene sentido, que ahora debes contar sugiriendo, sacarlo de ti para compartirlo y hacerlo como nunca. Y añadía arriesgar invita a provocar. Y decía que provocas cuando eres inesperado, disruptivo, desenfocado y todo ello bajo un paraguas estratégico que da sentido a todo en esencia y origen, con la pretensión de alcanzar un resultado lleno de expectativas ilusionantes en realidad y fin.
Y me meto con lo que dice y escribe mi admirado Álex Rovira:
'Reírse es arriesgarse a parecer tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Alargar el brazo para coger a otro es arriesgarse a implicarse.
Mostrar los sentimientos propios es arriesgarse a mostrarse a uno mismo.
Exponer tus ideas o sueños ante una multitud es arriesgarse a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Tener esperanzas es arriesgarse a perderlas.
Pero se tienen que correr riesgos.
Porque el mayor peligro en la vida es no arriesgar nada.
Si no haces nada, si no arriesgas nada, tu existencia se oscurece.
Es probable que de este modo evites sufrimientos, pero no vas a aprender, a sentir, a cambiar, a amar ni a vivir.
Encadenado a una actitud de miedo, uno se convierte en esclavo…
Y pierde su libertad.
Sólo eres libre si te arriesgas'.
Y es que ante el usa la razón y no te precipites, hay que recordar que buscamos constantemente establecernos en zonas de seguridad. Y ahí está el peligro, porque la seguridad no existe. El fallo es no asumir riesgos. Vivimos en un contexto de riesgo, donde, antes de ignorar, negar o rechazar, debemos aceptar y abrazar. Ante esta falsa sensación de seguridad, la solución es la innovación continua en aras de la supervivencia. No debemos quedarnos parados. Hay que nadar, siempre con una misión antes que una visión, ya que las visiones a largo plazo, al fin y al cabo, resuelven problemas proyectados, situaciones que muy probablemente ya no existirán.
Por tanto: PARA EMPRENDER, NADA COMO ARRIESGAR Y PROBAR. Arriesgar para aprender.
No todo el mundo tiene que arriesgar. No todo el mundo tiene que ser igual, pero no quita que los que no puedan o no sepan tirar del carro no puedan ayudar a los que si. Ahora es el momento de alentar, animar o estimular para que los que arriesgan y hacen, sigan siendo ejemplos vivientes de que si se puede.
Como decía Henry Ford: "Aquellos que creen que algo es imposible no deberían molestar a aquellos que lo estamos intentando". Arriésgate, el tiempo vuela.