Hacer es una forma de hablar: cuidemos los hechos, porque hablan más alto que las palabras
La gran regla de oro es 'Hacer'. Luego si nos equivocamos, corregimos. Mejoramos por el camino
Las tres cosas que te acercarán al éxito son:
-Hacer,
-Hacer
-Y hacer.
Por tanto, la gran regla de oro es 'Hacer'. Luego si nos equivocamos, corregimos. Mejoramos por el camino. Pero no pospongamos eternamente el cambio.
A menudo lo más rápido y útil es HACER... Y si es necesario rectificamos. Empecemos por donde podamos pero empecemos. El primer paso, no es un paso más, es el primero.
"Tus actos siempre hablan más alto y más claro que tus palabras", decía Stephen Covey, frase que me encanta. Las palabras que no van seguidas de hechos no valen nada. Los hechos hablan más alto que las palabras está claro. Es verdad que lo que valen son los hechos.
Ya de pequeños, quizá escuchamos ese cuento titulado Que viene el lobo en el que se narraba la historia de un lobo que nunca llegaba, hasta que llegó, y pilló desprevenidos a los que antes, cuando no venía, estaban prevenidos. Son muchas las personas que valoran la práctica por encima de la teoría, ya que la primera se apoya en hechos. Todos recordamos la frase: Por sus obras los conoceréis. Y así es. La acción más pequeña es mejor que la intención más grande.
Todos hemos aprendido a no dejarnos impresionar por las palabras, especialmente si estas se contradicen con los hechos. Pensar demasiado, sin actuar, crea ansiedad. Sabemos también que leer varias palabras negativas durante algunos segundos aumenta el nivel de ansiedad.
Se estima que para diluir el efecto de una palabra negativa, se requieren entre tres y cinco positivas. Entonces, no basta una disculpa. Hay que hacer mucho más que eso.
Y sabemos que hay gente que hace promesas, construye proyectos y su discurso se adorna de grandes esperanzas y hermosas palabras. Sin embargo, cuando llega la hora de la verdad y surge el instante en el que necesitamos de esa persona, no está. Todo lo dicho y reafirmado hasta la saciedad se queda en humo.
Aunque también sabemos que las palabras ayudan porque algunos experimentos han probado que las diferentes palabras provocan modificaciones en el cerebro. Las palabras destructivas aumentan la producción de la hormona del estrés. Las edificantes, incrementan la segregación de hormonas del bienestar. Las personas estamos hechas de palabras, que no son otra cosa que la materialización de las ideas. Cuando una frase comienza con la palabra 'NO', el cerebro comienza a segregar más cortisol, la hormona del estrés. A su vez, si la frase comienza con un 'SÍ', hay mayor liberación de dopamina, la hormona del bienestar.
Ferran Ramón-Cortés en un artículo titulado los mensajes de nuestros gestos, explicaba un pequeño diccionario de mensajes ocultos, en algunos actos cotidianos que realizamos y el mensaje que ocultan:
1. Llegar tarde: "Mi tiempo es más valioso".
Responder al teléfono mientras estamos con alguien: "Lo tuyo no es tan importante".
2. Mirar el reloj: "No tengo más tiempo para ti".
3. No invitar a sentarse: "Te voy a dedicar muy poco tiempo".
4. Cambiar repentinamente de tema: "No me interesa lo que me cuentas".
5. Cerrar ostensiblemente los ojos ante algo que me dices: "No quiero escucharlo (por miedo o porque no estoy preparado)".
6. Interrumpir al otro: "Lo que yo tengo que decir es más importante".
7. Leer correos en la BlackBerry mientras hablamos: "Hay cosas más importantes que merecen mi atención".
8. Marchar precipitadamente: "Ya has tenido suficiente de mi presencia".
9. Hacer comentarios marginales: "Cambia de tema, no quiero hablar de esto".
10. Traer una tercera persona a una entrevista: "Traigo testigos, no me fío de lo que me cuentes".
11. Fallar a una cita: "No era muy importante para mí".
12. Pasear la mirada por la sala de extremo a extremo: "Me estás agobiando, ¿dónde está la salida?".
13. Entrar con un saludo general sin mirar a las personas: "Miradme vosotros a mí. Yo soy el importante".
Son actos que hablan y mucho. Cuidemos los gestos. Cuidemos los hechos. Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar. CUIDEMOS LAS PALABRAS Y SOBRE TODO, LOS HECHOS.