Así es la infraestructura eléctrica para luchar contra los enganches ilegales que afectan a la zona Norte
Solo en el área con más incidencias del distrito hay 23 centros de transformación con una potencia instalada de 28.500 kilovatios
La última intervención contra los enganches ilegales de este jueves, en la calle Julio Moreno Dávila, ha vuelto a poner de manifiesto el problema de la marihuana en la zona Norte. En esta ocasión, en un solo edificio se localizaron 31 viviendas de 65 conectadas de manera fraudulenta a la red. En dos de ellas, además, se hallaron auténticos laboratorios industriales para el cultivo y cosecha de la marihuana. Y aunque la Policía Nacional no quiso desvelar las cifras, los agentes retiraron al menos varias decenas de plantas en avanzado estado de floración.
Pero más allá del hecho delictivo, la verdadera lacra está en la indignidad con la que viven cientos de familias por culpa de los continuos cortes de luz que se producen en el barrio, y que se prolongan durante horas, como consecuencia de los enganches. En ocasiones, los apagones se extienden jornadas diurnas enteras. Una situación que se ha agravado en los últimos meses.
En su encomienda de servicio público, GranadaDigital se ha ido haciendo eco de las sucesivas situaciones que soportan los vecinos. Situaciones infrahumanas como la del anciano que sufrió un infarto en la UCI tras subir nueve pisos a pie porque no había ascensor, la queja de la presidenta de Nueva Cartuja por la imposibilidad de soportar el frío nocturno o las dificultades para mantener la comida en buen estado durante la canícula veraniega.
Las críticas apuntan en diversas direcciones. Pero entre Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Subdelegación y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la palma se la lleva Endesa. La empresa suministradora, y que mantiene la infraestructura en todo el barrio, ha querido mostrar públicamente a este medio su red de distribución en un itinerario por todo el distrito, tal y como se muestra en el vídeo que acompaña a esta noticia.
23 centros de transformación en el área más afectada
La ruta comienza en la calle Pintor Chavarito, la que bordea la Comandancia de la Guardia Civil de la capital por detrás. Allí, la compañía tuvo que instalar postes de apoyo hace poco tiempo tras cuatro noches seguidas en las que, aseguran, el transformador se iba una y otra vez.
Doblando la esquina, la furgoneta entra en Pedro Machuca, una de las arterias principales del barrio, donde aparece el primer centro de transformación junto a una hilera de casas unifamiliares. Se identifican fácilmente en cualquier ciudad por la característica construcción de obra con muros blancos y un cartel de 'peligro' en sus puertas verdes metálicas. Los hay por toda Granada, aunque en la zona Norte se pueden encontrar varios en apenas una manzana. Este se levantó en 2020.
Un grupo de técnicos trata de deslindar el cableado que da servicio a estas viviendas de la red general del barrio para conectarlas a las de esta instalación con 2.000 kilovatios. Potencia suficiente para alimentar a más de 400 viviendas. "Se han desarrollado nuevas líneas de media tensión para reforzar la infraestructura de la zona, destacando una línea de media tensión de 20 kilovatios para la cual se han canalizado 2,5 kilómetros desde la Subestación de Pulianas hasta el distrito. Tras estas obras se han instalado 22.500 metros de cableado de baja tensión que benefician directamente a todo el entorno de la zona Norte", explican desde la compañía eléctrica en relación a lo anterior.
Endesa cifra en 23 los centros de transformación existentes en las áreas del barrio más afectadas por los cortes de luz: Rey Badis, La Paz y Cartuja. En el total del distrito son 59. Y de ellos, 51 se distribuyen entre los tres barrios anteriormente listados más Almanjáyar, con una potencia total instalada de 45.700 kilovoltiamperios (kVA). En La Chana, que cuenta algo más de población, son 31 las instalaciones de este tipo, con 20.100 kilovoltiamperios.
En el entorno urbano, Endesa está obligada a llevar tendido allá donde haya una vivienda que lo solicite, aunque esté aislada. En algunas intervenciones nos hemos encontrado conjuntos de viviendas en los que el único con contrato era el último número de la calle. Todos los demás estaban enganchados a su red y se aseguraban el suministro gracias al paso de la corriente desde el centro de transformación", remarcan.
Según apuntan desde la empresa eléctrica, en la última década se han construido en el distrito afectado por los cortes de luz cinco de estos centros nuevos, cuatro en la zona donde más apagones se producen y uno más en otro sector, junto a otras seis repotenciaciones.
Entre 1.000 y 3.000 kilovatios de potencia
Una de esas actuaciones acometidas en los últimos años se llevó a cabo en la calle Casería del Cerro tras la llamada 'Operación Odolki'. Junto al edificio de viviendas en el que se incautaron 250 plantas en el marco de este golpe a la marihuana se encuentra el IES La Paz. Tras la actuación policial y de los técnicos en el inmueble, los defraudadores se engancharon a la red del centro, que tuvo que ser también reforzada.
Cruzando la acera, a las espaldas del centro de salud de Almanjáyar, se localiza otro centro de transformación más. Este con cableado aéreo tendiendo de los postes para dificultar los enganches al fluido eléctrico o que, al menos, puedan ser visibles visibles si se manipulan. A apenas unos metros, un centro más y un tercero aledaño en la explanada circundada por las calles Pedro Machuca, Poetisa Handuna, Pintor Jorge Apperley y Casería del Cerro. Otros dos apoyos tuvieron que servir hace unas semanas al Colegio María Luisa de Marillac, que se había quedado sin luz.
Estos centros cuentan por lo general con 2.000 kilovatios de potencia, a razón de 1.000 por cada uno de los transformadores que albergan, con las debidas excepciones. El de la calle Tarragona, una de las zonas más delicadas del barrio, llega a los 3.000 kilovatios, por ejemplo. El de Pedro de Moya, a escasos metros de la parroquia de La Paz, solo recibe 1.000 por falta de espacio.
Allí, un vecino se para mientras el reportero gráfico que ha filmado esta pieza recoge un plano de la infraestructura, que ardió en el puente de Andalucía debido a las sobrecargas y tuvo que ser reconstruida y nuevamente instalada con todos sus elementos: máquinas transformadoras, celdas de media o salidas de líneas de baja tensión. Lo mismo sucedió en marzo del año pasado en la cercana calle Puerto Lumbreras, donde se levanta uno más de estos centros. Mientras volvieron a edificarse, la empresa eléctrica explica que desplegó grupos electrógenos –generadores que funcionan con gasoil– para garantizar el suministro.
"Más de seis millones de euros de inversión"
Desde Endesa salen al paso de las críticas asegurando que "en los últimos años se ha realizado una inversión de más de seis millones de euros en el distrito". Destacan las actuaciones en los cuatro centros de La Paz, Rey Badis y Cartuja, así como la repotenciación de otros "con tecnología punta".
"La potencia instalada por cliente es tres veces superior a la del conjunto de Granada capital", subrayan. Así, y a tenor siempre de las cifras facilitadas por la compañía a este medio, la potencia instalada por cliente en vigor era de 3,4 kVA en la ciudad y 5,37 en la zona Norte. Este margen se mantuvo similar en 2019 (4kVA y 6,29 kVA, respectivamente), mas en 2020 la diferencia se amplió considerablemente (4,2 y 12,02).
Un solo piso dispuesto para el cultivo de 'maría' demanda una potencia equivalente al consumo de 80 viviendas normales. "La capacidad de las instalaciones de la zona es muy superior a la que teóricamente se necesitaría, incluso, si los usuarios que están en situación 'legal' (esto es, con contrato en vigor e instalaciones interiores conforme a la normativa), utilizasen todos sus suministros a la máxima potencia", insisten antes de remarcar que, en ese supuesto, "aún habría capacidad en los centros de transformación para suministrar a otros 4.000 clientes más en las mismas condiciones".
Los datos facilitados por la suministradora revelan que la potencia total contratada en los 23 centros de transformación más afectados es solo del 30% del total de la potencia instalada en los mismos. "Además, solo el 49% de los 6.160 suministros a los que abastecen estos 23 centros de transformación tienen contrato en vigor, y el resto están cometiendo un delito de defraudación del fluido eléctrico, creando un grave perjuicio al resto de usuarios que cumplen con la ley", agregan para apostillar que "en los últimos cinco años ha descendido un 29% la potencia contratada".
Vecinos y Ayuntamiento
Mientras, el Ayuntamiento de Granada replica a Endesa que la contratación en el distrito alcanza el 75%. Y en el centro del debate, ancianos electrodependientes, otros imposibilitados para salir o entrar en su casa al no funcionar el ascensor y jóvenes que se sacan el Bachillerato con linternas.
Este periódico ha querido testar una vez más la opinión de algunos representantes vecinales, quienes opinan que opinar sobre acontecimientos como la operación contra los enganches de este jueves "hace que Endesa parezca que es la que está perdiendo, cuando los que pierden son los vecinos a los que se les está yendo la vida con estos cortes".
Para ellos, la "única culpable" de la situación es la compañía "por el olvido de todos estos años y su falta de interés en el barrio". "Son los culpables de que pasen estas cosas", sentencian. Una vez más, manifiestan su "cansancio, mucho cansancio de que al final Endesa quede impune de su dejadez y se excuse en lo mismo de siempre por entonar el mea culpa". "Cansados –dicen– de perder la vida en esta lucha contra un gigante como es Endesa", aunque a la vez fuertes para "seguir defendiendo que somos un barrio normal, de personas normales maltratadas por la exclusión a la que nos somete".
Y es que para los granadinos de la capital que no viven en la zona Norte, Julio Moreno Dávila es tan solo la terminal de la línea 8 de los autobuses urbanos. Rey Badis, la barriada de La Paz y Cartuja son 'el Polígono', sin distinción. Y Almanjáyar una extensión algo más light donde el ferial irrumpe en la longitudinal calle Joaquina Eguaras, a la que muchos apodaron hace tiempo 'avenida del Colesterol'.
El distrito ha sufrido durante décadas el estigma del peligro, la criminalidad y el "por ahí ten cuidado". Y por si eso fuera poco, desde hace más de diez años copa semana sí y semana también titulares en los que se habla casi exclusivamente del negocio de la marihuana. También por los cortes de luz que sufren quienes tratan de hacer allí su vida de manera medianamente digna. Lo sufren también los que no cumplen las reglas, pero el drama es para todos aquellos que pagan religiosamente sus recibos.