Así preparan los dentistas sus consultas para prevenir contagios por Covid-19

Acudimos a la clínica de Manuel Delgado, que reconoce que las medidas de protección han supuesto un gasto extra, "que no se le debe cargar a los pacientes"

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Así han preparado los dentistas sus consultas para evitar contagios por Covid-19 | Fotos y vídeo: Javier Gea
Patricia Vázquez
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Cristina llega puntual a la consulta del dentista. Cuando Lidia le abre la puerta, le indica que debe limpiarse la suela de los zapatos en la alfombra de la entrada, le acerca unos patucos y le dice que se limpie las manos con gel hidroalcohólico. Le pide que le alargue el brazo y le toma la temperatura con un termómetro digital en la cara interna del brazo: 36,1 grados, es correcta, así que puede pasar a la sala de espera hasta que el médico pueda atenderla. No tardan mucho en indicarle que puede entrar en el gabinete, donde le indican cómo puede dejar la mascarilla y le ofrecen un vaso con una disolución al 50 por ciento de agua y agua oxigenada para enjuagarse la boca. El dentista Manuel Delgado no tarda en llegar para realizarle la extracción de muela para la que había pedido la cita.

Tal y como explica este profesional, es el protocolo habitual con todos los pacientes de su consulta. Una vez se termina el tratamiento del paciente, el material se esteriliza -como era ya habitual- y se vuelven a limpiar todas las superficies con una solución hidroalcohólica o con hipoclorito rebajado y, además, entre un paciente y el siguiente "se abre la ventana para que circule el aire".

"A raíz del decreto del estado de alarma, lo que hicimos fue cerrar la consulta y solo teníamos atención a urgencias muy extremas, dolores inaplazables y alguna prueba que hubiera quedado por el camino que supusiera una invalidez para el paciente para la función masticatoria, a los que enviábamos el tratamiento por WhatsApp o por correo electrónico", nos cuenta Delgado, quien destaca que las clínicas dentales ya estaban preparadas para evitar posibles contagios "no por el Covid, sino mucho antes, porque es un lugar de trabajo donde convivimos con una flora bacteriana muy amplia, porque la boca está muy contaminada y, desde siempre, tenemos la hepatitis B y C o el virus del SIDA, por ejemplo, y éste es uno más, lo que pasa es que su contagiosidad se ha revelado muy fácilmente y hemos tenido que tomar unas medidas extras, como el resto de profesionales sanitarios."

Reconoce que la instalación de algunas de esas medidas de protección ha supuesto un gasto extra, aunque considera que no es un coste que se deba cargar a los pacientes. "Dentro de lo que engloba el sector de la odontología no supone un gasto excesivamente y no estoy de acuerdo con que se aplique la llamada por algunos negocios 'tasa Covid', ya que las tarifas que tenemos ya son bastante altas de por sí", explica.

Desde que volvieran a abrir al público el pasado 11 de mayo, han atendido a casi 300 personas, de las que destaca su reacción "equilibrada y ordenada, sin un miedo especial más del propio estrés que supone una visita al dentista", nos cuenta entre bromas.