Los aspectos imprescindibles que debes conocer al comprar unas gafas de sol
La Dirección General de Consumo hace hincapié en su función como protector de nuestros ojos frente a las raciones nocivas
Las gafas de sol no son solamente un complemento o adorno estético, son accesorios esenciales para proteger nuestros ojos de la luz solar durante todo el año, especialmente en los soleados días de primavera y verano, actuando como barrera frente a las radiaciones nocivas. La Dirección General de Consumo hace hincapié en los aspectos que deben tener en cuenta los consumidores a la hora de adquirir unas gafas de sol.
Es fundamental acudir a establecimientos de confianza, preferiblemente adheridos al Sistema Arbitral de Consumo. Antes de proceder a la compra, debemos cerciorarnos de que las gafas cuentan con una protección total contra la radiación ultravioleta y con un tipo y categoría de filtro adecuados al tipo de actividad para la que se vayan a utilizar.
El etiquetado de las gafas de sol es un elemento fundamental, donde debe figurar el marcado CE, que indica el cumplimiento de las normas de seguridad y requisitos legales para ser comercializadas en la UE. Además de identificar el modelo y la entidad fabricante o suministradora, en el etiquetado debe constar una referencia a la norma ISO 12312 (Protección ocular y facial: gafas de sol y accesorios relacionados).
Los consumidores y usuarios deben valorar la actividad para la que van a utilizar las gafas de sol y, dependiendo de la misma, elegir el filtro adecuado. En este sentido, existen cinco tipos de filtro, desde la 'Categoría 0' a la 'Categoría 4', indicadoras del nivel de protección frente al deslumbramiento. Así, las gafas de sol de 'Categoría 0' y 'Categoría 1' presentan poca protección frente al deslumbramiento, pensadas para situaciones de luminosidad muy baja o baja, respectivamente (espacios interiores o semicubiertos, días nublados o con poca luz).
A partir de la 'Categoría 2' y hasta la 'Categoría 4', las gafas de sol presentan una buena, alta o muy alta protección (días soleados, fuerte luminosidad y, en la categoría más alta, son aptas para deportes de alta montaña, como el esquí, y deportes acuáticos).
No obstante, las gafas de mayor protección ('Categoría 4') no son válidas para la conducción de vehículos.
Si las gafas de sol estuvieran destinadas a la infancia, hay que tener un cuidado especial, puesto que las gafas de juguete pueden no ofrecer la adecuada protección contra las radiaciones ultravioleta.