El aumento de plantaciones de marihuana ‘indoor’ en Granada acarrea problemas de seguridad y mayor toxicidad

En la provincia granadina se ha incrementado el cultivo de cannabis dentro de viviendas, que es transgénico y con dosis de THC mucho mayores que las de hace 10 o 15 años

Fraude eléctrico en cultivo de marihuana
El cultivo 'indoor' de marihuana ha aumentado en la provincia de Granada en los últimos años | Foto: Archivo GD
María José Ramírez
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La provincia de Granada tiene una problemática con el aumento de las plantaciones de marihuana, especialmente las ‘indoor’, que generan problemas de seguridad debido al fraude masivo que acaba afectando a todos los consumidores. El 47% de la energía defraudada en Granada proviene de plantaciones de marihuana. Esto acarrea también un aumento del consumo de esta sustancia psicotrópica, cuyo cultivo transgénico ha aumentado considerablemente la toxicidad de la marihuana. José Antonio Galiani, psicólogo, sanitario y forense, director del Centro Psicosanitario Galiani, comenta que el THC – tetrahidrocannabinol- de la marihuana cultivada, el principal compuesto psicoactivo que se encuentra en las plantas de cannabis, el que crea una sensación de colocón al consumirla, es “tres veces mayor que hace unos 10 o 15 años”. Además, apunta que hay cierta “permisividad social” con la marihuana y que al considerarla como ‘droga blanda’ no se es “consciente de las graves consecuencias de su consumo”.

Otro dato preocupante es que ha aumentado “la edad de inicio del consumo de marihuana en España, que son los 14 años y medio”. En este periodo, el cerebro del menor está aún en desarrollo, por lo que la toxicidad de la marihuana se ha visto reflejada en un aumento de los ingresos psiquiátricos. El psicólogo José Antonio Galiani apunta que el consumo de la marihuana afecta “a la atención, concentración memoria” y “aparece el síndrome amotivacional, la falta de motivación por la vida”. “Se genera como una especie de fantasía con la realidad, porque no olvidemos nunca que la droga capta, encanta a la persona, en este caso adolescente que la consume, porque genera una modificación de la vivencia que tiene de su persona, de sí mismo y del mundo que le rodea en un instante. Entonces, los adolescentes y los jóvenes se han acostumbrado a vivir en esa virtualidad, en esa, por decirlo así, fantasía que genera esa droga cuando se consume”, señala.

El consumo de marihuana provoca también “mayor desinhibición”. El psicólogo José Antonio Galiani señala que lo que más preocupa es “la dificultad que hoy día tienen también los jóvenes en tomar conciencia del daño tan importante que esta droga genera”. Y apunta que es importante que se ponga el foco en los centros escolares y en las familias “para tomar conciencia del extraordinario daño para la salud que supone el consumo de cannabis”. “Afecta al rendimiento académico, afecta al rendimiento laboral, afecta a la socialización y al cumplimiento de normas en mi entorno. Afecta, por supuesto, a todo lo que es mi autoestima, mi seguridad, mi confianza, la sensación de quién soy. Entonces, el efecto a medio plazo es, generar, en muchos casos, esa necesidad de habituación al consumo, con lo cual, cada vez necesito más y con lo cual cada vez voy teniendo una mayor disposición para normalizar dentro de mi vida esta sustancia”, explica Torres.

El cultivo ‘indoor’ de marihuana es transgénico y, con lo cual, la marihuana está adulterada y la dosis de THC que tiene “es mucho mayor que la que tenían en los cultivos hace 15 o 20 años”, destaca Torres. “Prácticamente se ha pasado de una concentración de un 8% a estar más del 25%. Así que un consumo hoy día, aunque sea esporádico o moderado, es un consumo casi el triple que se podía tener hace ocho o 15 años. O sea, estamos consumiendo más, de más toxicidad, que está generando muchos mayores problemas de los que se venían registrando hasta ahora. Porque antes era como más marginal quien pudiera tener un problema, ahora ya es más generalizado”, apunta. Y lo ejemplifica con que es “como tomar una bebida que tiene 15 volúmenes de alcohol, como puede ser un vino, a tomar ahora un whisky que tiene 40, 42 o 44 volúmenes de alcohol”.

Falta de gravedad de las penas por el tráfico de marihuana

En España, las penas que implica el delito del cultivo de marihuana son menores, por lo que se convierte en un país atractivo para el crimen organizado en este sentido. Según el Informe Europeo sobre drogas de este año, España se sitúa como principal país de tránsito para el tráfico de cannabis y zona de producción: el 74 % de todas las incautaciones de plantas de marihuana en la UE fueron dentro de nuestras fronteras. Incluso las estadísticas de la Oficina de Drogas y Crimen de la ONU posicionan a España como uno de los mayores productores mundiales. Juan José Torres, abogado del Estado en excedencia y experto en Derecho Administrativo en Roca Junyent – Gaona, Palacios y Rozados Abogados, asegura que “la falta de gravedad de las penas en torno al tráfico de marihuana, que en muchas ocasiones no llegan a traducirse en ingresos en prisión, incitan a las mafias a desarrollar su negocio en nuestro país”.

“La pena básica por tráfico de drogas duras es de tres a nueve años, de la marihuana es de uno a tres. Pero muchas de estas condenas por tráfico de marihuana quedan impunes en el sentido de que no conllevan ingreso en prisión”, asegura Juan José Torres. Por ello, se produce la llamada “espiral del delito, esto es, que el primero cuesta cometerlo; el segundo, algo menos y el tercero viene de carril”, apunta Torres. “Si se comete un delito y queda impune o se percibe como tal, se convierte en uno de los pilares del ‘Todo vale’. Y ese delito viene aparejado a otros delitos vinculados a la criminalidad organizada”, añade.

Otro de los problemas es que el delito del fraude eléctrico “tiene la misma concepción que hace 100 años”, según apunta Torres. “El fraude eléctrico es un delito tipificado en el Código Penal y con penas irrisorias, de multa, que no tienen ningún efecto disuasorio que invita a incumplir la ley”, explica. En otros países, las penas son más agravadas que en España. “Los países que tienen penas más graves lo penalizan como un delito de hurto, pero con penas más severas de ingreso en prisión, porque es un delito de estafa”, apunta.

Para solucionar esto, la primera y principal medida sería, según Torres, “la reforma de la legislación”. “Las mafias siguen la economía del delito y ¿dónde van? Donde lo tenga más fácil. ¿Qué hay que hacer? Ponérselo más difícil endureciendo las penas”, argumenta.

Aumento del fraude por cultivo de marihuana en Granada

El aumento del cultivo de marihuana provoca que se produzca también un mayor fraude. Desde principios de 2024 y hasta el mes de octubre, la energía defraudada en la provincia de Granada ha superado los 56,9 millones de kilovatios hora, de los cuales 26,8 provienen de plantaciones de marihuana. Es decir, el 47% de la energía defraudada hasta el mes de octubre en Granada proviene de plantaciones de marihuana, según los datos aportados por Endesa.

Los expedientes de fraude por marihuana también han registrado un aumento del 48% respecto al mismo periodo del año anterior, pues ha pasado de 599 en 2023 a los actuales 667. “Las plantaciones de marihuana ‘indoor’ suponen una demanda elevada, como el de 80 viviendas a la vez consumiendo energía a la máxima potencia las 24 horas del día. Esta situación provoca la saturación de las redes eléctricas suponiendo un problema para la salud y seguridad de las personas que viven en estos entornos, que ven mermada la calidad de suministro eléctrico y se enfrentan a situaciones de peligro como electrocuciones o incendios al verse manipuladas las infraestructuras eléctricas”, apuntan desde Endesa.

La manipulación de las instalaciones eléctricas para cultivar marihuana y la consecuente sobrecarga de la red por un consumo desorbitado provocan los cortes de luz en barrios donde se concentran más plantaciones de marihuana. En el caso de Granada, esta problemática se detecta sobre todo en poblaciones como Granada capital en Zona Norte o localidades como Pinos Puente donde el fraude por marihuana supone más de la mitad de la energía defraudada.

Para subsanar este problema, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado llevan a cabo actuaciones contra las plantaciones de marihuana para que descienda la sobrecarga de las instalaciones eléctricas y, por tanto, las incidencias.







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