Las autoescuelas granadinas alzan la voz: "Nosotros tenemos trabajo, pero no nos dejan trabajar"

El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas teme la desaparición del sector si no se ponen soluciones ante la falta de examinadores

Entrevista con José Blas Valero Megías de la autoescuela Genil
Valero Megías es, además de presidente de la APAG, técnico superior en prevención de riesgos | Foto: Antonio L. Juárez / GD
Rosa Núñez
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La situación provocada por la pandemia de Covid-19 está afectando a múltiples sectores laborales. Uno de los más destacados es el de las autoescuelas. Con la actual tercera ola de coronavirus, el colapso en cuanto a exámenes ha ocasionado que más de 10.000 alumnos de Granada que han superado las clases necesarias tanto teóricas como prácticas del permiso de conducir (independientemente de cual sea), se encuentren en lista de espera. Las restricciones que está sufriendo la comunidad autónoma, cuyo fin es frenar la expansión del virus en la misma, agravan el problema, por lo que se espera que la cifra de alumnos que aguardan para poder examinarse siga aumentando.

Si bien Andalucía es una de las autonomías que más se está viendo afectada por este problema, Granada se encuentra entre las tres provincias con mayor atasco en los exámenes, junto a Cádiz y Málaga, según explica José Blas Valero Megías, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Granada (APAG), quien define la situación en estas tres ciudades como "un desastre".

El mayor problema con el que se han encontrado las autoescuelas granadinas es el escaso número de examinadores del que dispone la provincia: "Desde 2010 no ha habido reposición de funcionarios examinadores de la Dirección General de Tráfico (DGT)", asegura Valero Megías, quien es además dueño y profesor en una autoescuela en la capital. Esta cifra, como explica él mismo, se calcula de manera proporcional al número de habitantes de la provincia, por lo que "en Granada, legalmente tendríamos que tener 24 examinadores, y hay 19".

Además, la capital granadina registra cada curso un aumento en su número de habitantes por la llegada de los estudiantes que vienen de otras ciudades. A pesar de que la provincia supera los 900.000 habitantes, cuando aparece esta población flotante el déficit de examinadores que registra la provincia en situación normal, se incrementa, dado que "aumentan entre 10.000 y 20.000 las personas en la ciudad, que además están en edad de sacarse el carnet de conducir, ya que son jóvenes".

José Blas Valero Megías, presidente de la APAG | Foto: Antonio L. Juárez / GD

"Nuestro trabajo como profesores termina cuando el alumno ha conseguido el permiso de conducir, pero no podemos terminarlo si no le podemos decir claramente cuándo va a poder examinarse", manifiesta el presidente de la APAG. Para él, este no es un problema que afecte sólo al sector propiamente dicho de las autoescuelas, sino que se trata de un "problema social, ya que el permiso de conducir es necesario para que las personas puedan iniciar una actividad laboral o comenzar a preparase unas oposiciones".

Los precios para recibir clases y examinarse no han variado demasiado con respecto a los previos a la pandemia, además de que "Granada siempre ha sido una de las ciudades más baratas para sacarse el carnet de conducir en España", expresa Valero. "Tenemos una competencia muy feroz", continúa, alegando que subir los precios no sería buena idea.

Aunque las autoescuelas están registrando menos ingresos, el presidente de la APAG apunta de manera tajante que no están recibiendo ayudas concretas por parte de la Administración ni examinadores de refuerzo, y "como microempresas tenemos que seguir pagando nuestros impuestos al 100%, mientras que estamos trabajando al 30%. Nos encontramos en una situación muy seria".

Medidas de seguridad en las clases

Ante la crisis sanitaria, las autoescuelas, declaradas actividad esencial, han creado un protocolo anti Covid-19 (en concreto para las clases prácticas), puesto en marcha por la Confederación Nacional de Autoescuelas (Cnae), y dirigido precisamente por José Valero, que es además técnico superior en prevención de riesgos. Entre las diversas medidas de seguridad se encuentran la desinfección y ventilación de los vehículos antes y después de que se suban los alumnos, la obligación de llevar mascarilla todo el tiempo, el aforo máximo del 40% en las aulas y la opción online para las clases teóricas.

Con respecto a estas medidas, Valero Megías cree que "los alumnos están satisfechos. En las clases online, es el mismo docente el que las imparte de manera normal y ellos se conectan desde sus casas, por lo que yo creo que están contentos". Sin embargo, los exámenes tanto teóricos como prácticos, evidentemente tienen que ser presenciales. En el caso de los primeros se realizan, como de costumbre, en la Jefatura de la DGT de Granada con un 40% de aforo máximo.

José Blas Valero Megías se muestra contento con que, aunque ha habido casos de profesores que han contraído el virus, "ninguno lo ha hecho en su jornada laboral, y creo que es es importante, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro trato es directo con personas y sería muy fácil encontrar a alguien con Covid-19".

Es curioso que, a pesar de las restricciones de movilidad intermunicipal, los ciudadanos siguen queriendo conseguir su licencia de conducir, más cuando muchos intentan evitar el uso del transporte público por miedo al contagio. Es cierto que, según Valero Megías, "ha habido menos matrículas en estos últimos dos meses, pero estoy seguro que ahora volverá a haber más; las medidas no nos están afectando mucho en ese sentido."

Un grito de socorro

Desde que comenzara el estado de alarma en España a causa del coronavirus, el pasado 14 de marzo, el presidente de la APAG define el momento actual como la peor etapa para las autoescuelas, ya que "durante los meses de verano examinamos con bastante normalidad". Valero Megías explica que, además, ninguno de los examinadores cogió vacaciones estivales, ya que durante los tres meses de confinamiento no pudieron trabajar nada. "Esas vacaciones se las han ido cogiendo después, a lo largo del año. De hecho, hasta el próximo 31 de marzo siguen cogiéndose días de los que les tocaban el año pasado". En opinión del profesor de autoescuela, "me parece perfectamente razonable, es un derecho que tiene cualquier trabajador. Pero lo que me parece mal es que si alguien se tiene que ir de vacaciones, la Administración tendría que mandar a alguien para suplirlo mientras tanto, y no es así. Si ellos no son capaces de dar un servicio, que lo externalicen; no me gusta esta solución, pero no podemos permitirnos que desaparezca un sector completo, y como sigamos así, es lo que va a pasar".

"Cuando un alumno termina sus clases o se examina de la parte teórica, pueden pasar meses hasta que lo haga de circulación. Y es entonces cuando la pagan con nosotros, claro", manifiesta indignado José Blas Valero. "Pero no es nuestra culpa. Nosotros tenemos trabajo, pero no nos dejan trabajar", asegura contundentemente, para finalizar con un grito de socorro: "Si esto dura mucho tiempo no vamos a ser capaces de aguantar. Lo estamos pasando muy mal. En 42 años que llevo de profesión no habíamos tenido una situación tan precaria, ni tan compleja. No ha habido ni una sola vez en la historia."